sábado, 15 de marzo de 2008

Efectos del Ajuste Inmobiliario

La parada del mercado inmobiliario ha generado numerosas reflexiones. Las más frecuentes aluden al aumento del paro en el sector de la construcción sin profundizar en otras vertientes. Sin embargo las consecuencias inducidas son más y no todas negativas.

La caída del mercado inmobiliario impone un descenso en el ritmo de las ventas de solares y de su valor, lo que va a afectar a la integración del AVE en las ciudades. Esto se debe a que en los trayectos ferroviarios urbanos se incluían grandes y costosas obras para disimularlo. La mayor parte se presupuestaron para ser financiadas por la revalorización y venta de los solares liberados. La nueva situación del mercado impide cumplir esas previsiones por lo que soterramientos, como el de León tendrán que esperar por el momento. En consecuencia aún veremos pasar el tren por los cascos urbanos durante años.

Otro aspecto del que no se habla apenas es la financiación municipal. Los ayuntamientos han venido obteniendo abundantes recursos de la subasta de sus solares; fondos que luego se han gastado con cierta alegría. La crisis inmobiliaria no dará margen a los municipios para frivolizar con dinero público. En consecuencia se extenderán las políticas de ajuste a instituciones hasta ahora aparentemente saneadas. Esto a su vez aumentará las tensiones entre las entidades locales y las comunidades autónomas, reacias éstas a descentralizar fondos y gestión. Por consiguiente cabe esperar en última instancia que el gobierno central se vea obligado a reelaborar con cierta urgencia el sistema de financiación autonómico y local.

La crisis inmobiliaria está haciendo abandonar el sector a muchos pequeños empresarios que no han podido soportar la caída de las ventas. Una parte de los mismos se está trasladando al mercado de reformas de inmuebles usados. La imposibilidad de muchos particulares de obtener créditos por importes altos acrecentará esta tendencia. Como efecto subsiguiente veremos revitalizar los antiguos centros de las ciudades, donde las personas jóvenes aún pueden optar a viviendas reformadas por precios más proporcionados a sus posibilidades económicas.

El reajuste inmobiliario también va a impulsar el retorno de numerosos inmigrantes a sus países de origen tras haber creado aquí sus propias empresas, adquirido destrezas profesionales y capitalizado en términos relativos a su país de origen. Por ello esta crisis permitirá a los estados de los emigrantes retornados incorporar un saber hacer que dará viveza y rigor a sus mercados.

Por último, el ajuste provoca que las fortunas acumuladas en la construcción se vean impelidas a diversificar. El destino es la bolsa o sectores empresariales de más complejidad y valor. Ese trasvase redundará en aumentos de la productividad del conjunto de España.

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