domingo, 9 de marzo de 2008

Turbulencias Poselectorales

Se puede afirmar que el atentado del 11-M y los resultados electorales del 14-M conforman uno de los trances históricos más relevantes que viviremos. Las consecuencias alcanzan escala nacional y local especialmente, aunque sus efectos son también numerosos en el ámbito internacional.

Para el PP este vuelco supone el cese inesperado de una multitud de altos cargos, el desgaste definitivo de la, hasta ahora, primera línea del partido, y su aconsejable y prematura sustitución por una nueva generación. En el nivel local el PP leonés deberá resolver una crisis que se cerrará cuando nada vuelva a ser como antes del plebiscito. Sólo grandes cambios y nuevas caras podrán cerrar esta complicada etapa de los populares leoneses.

En el PSOE, a pesar de los mensajes de tranquilidad al país, la sorpresa es protagonista. El aparato se tendrá que apresurar para encontrar a quienes puedan cubrir los abundantes puestos que ahora quedan a merced del nuevo gobierno. Es una singular oportunidad de promoción para los militantes leoneses, que ahora disponen de contactos al más alto nivel. En la Federación Socialista Leonesa la euforia vendrá matizada por la incertidumbre. La certeza de que ha sido la UPL quien ha impedido a su partido alcanzar al PP durante los últimos años podría propiciar el giro hacia una ejecutoria de corte leonesista. Por el contrario, si los tres próximos años demostrasen a la sociedad leonesa que las promesas de Zapatero eran un engaño, las consecuencias podrían ser electoralmente trágicas para la agrupación. Por tanto los socialistas leoneses afrontan un periodo decisivo para la posible perpetuación de su mayoría en León. Asimismo tendrán que definir cómo explotarán el boquete abierto en el principal bastión electoral del PP: Castilla y León. Por eso nuestra provincia puede convertirse en una pieza clave para el partido socialista.

Para la UPL se abre un escenario de crisis, de pugnas, de negociación y de reestructuración. Las declaraciones contradictorias entre el -hasta las elecciones- líder y el secretario general traslucen la existencia de notables diferencias internas. Vanagloriarse de la victoria de otros o minusvalorarla, cuando se ha concurrido a las elecciones, resulta una reacción incomprensible. En la actual situación la UPL debería cambiar de rumbo si pretende evitar el desastre. La convocatoria de un congreso -repetidamente demorado- para Mayo podría evidenciar quién y cómo juega sus bazas. En cualquier caso se puede decir que, como en los campeonatos deportivos, UPL depende ya de lo que hagan otros; más concretamente, de lo que haga el PSOE, como ya se ha expuesto.

Quedan así unos meses para el despliegue de apasionantes estrategias políticas en las que León tendrá un papel primordial.

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