viernes, 29 de febrero de 2008

El Vuelco Anímico

La evolución de los acontecimientos en León es positiva. Esta semana se ha podido advertir uno de los cambios más notables y sorprendentes que ha experimentado esta sociedad en los últimos decenios. La llegada de Zapatero a León en loor de multitudes era algo esperado, sin embargo su visita se acompañó de un inesperado cambio ambiental.

En los últimos veinte años la sociedad leonesa ha presentado un preocupante sesgo derrotista. La propia prensa ha reflejado, en general, ese pálpito descorazonador. No parecía haber espacio para un mensaje abiertamente positivo en las portadas de los medios o en las conversaciones de la calle. Cierto es que no han existido momentos muy favorables en ese periodo, sin embargo, en los últimos cinco había cambiado la tendencia. Las infraestructuras de transporte se están completando, y León y Ponferrada han concluido una etapa de transformación urbana sin precedentes. Con todo, el desánimo prendía en las gentes sin que se viese remedio alguno para cambiar esa visión melancólica.

Tras la victoria de Zapatero se ha dejado sentir un hálito de alegría en la provincia. Parece que, lejos de cautelas pasadas, el ciudadano cree que ahora sí se aproxima un momento de prosperidad. Con independencia de que vaya a ser así o no, este vuelco en la mentalidad colectiva tiene una enorme importancia para el impulso de nuestra región. La economía se mueve en función de espectativas y las de León, a los ojos de los leoneses, no pueden ser mejores. La autoconfianza es su primer y más importante factor de desarrollo.

Por otra parte, para los escépticos con la futura ejecutoria de Zapatero, también el escenario ha cambiado. Zapatero no se comprometió antes con León y ahora, que es presidente, no le corresponde ya hacerlo expresamente. No obstante se ha rodeado de un grupo creciente de leoneses de reconocida trayectoria en pro de esta región. Estas personas pueden ser actores fundamentales para que León pese más de lo que ha pesado hasta ahora.

Por último, la complacencia no debiera implicar pasividad. Es aconsejable reivindicar algunas acciones esenciales para confeccionar el anunciado Plan Oeste. Puesto que es imprescindible para asegurar el futuro que el área fronteriza con Portugal recupere población y peso económico, se debería considerar la posibilidad de constituir regiones –denominadas NUT 2- con elementos de esta área y de las limítrofes de Portugal, a fin de no perder la consideración de Zona Objetivo 1. Se trata de demarcaciones que, sin necesidad de que sean autonomías o sus equivalentes, son reconocidas a efectos estadísticos. Así se paliaría que la actual mezcla de las cifras de León con las de otras provincias más ricas de la autonomía oculte ante Bruselas la necesidad de ayudas de nuestra región.

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