sábado, 16 de febrero de 2008

Claves para un Plan-1

La ejecución de un plan especial para el progreso económico del oeste de la Autonomía de Castilla y León -eufemismo con el que se intenta anular el toponímico “Región Leonesa”- puede ser el acontecimiento más importante de cuantos nos ocupen en esta legislatura. Si no se trata de una pretensión con afanes exclusivamente electorales, podemos estar ante un hecho histórico clave para que esta zona de la Península recupere el tono económico en el Siglo XXI.

Se ha dicho que uno de los logros del gobierno socialista en el aspecto de la cohesión territorial fue la conexión del sur del estado con el norte, aspecto éste fallido en otros países próximos, como Italia o Grecia. La acción conjunta en materias como infraestructuras, cultura o política industrial produjo un impulso económico sin precedentes en los últimos cuatrocientos años en Andalucía y Murcia. Ambas quedaban así incorporadas a los grandes flujos de la economía nacional.

El gobierno popular marcó el despegue de Valencia como uno de los grandes centros culturales y de negocios del Mediterráneo. Las Islas Canarias cobraron también un notable impulso económico y una autonomía financiera desconocida hasta ahora. La conexión del norte –Cantabria, Asturias y los puertos gallegos- con los grandes corredores de comunicaciones marcó la segunda legislatura conservadora.

Sin embargo el amplio núcleo del noroeste compuesto por Lugo, Orense, León, Zamora y Salamanca vio acumular un desfase enorme en sus niveles de dotaciones y de atractivo económico. El Plan Galicia podría subvenir en buena medida las necesidades de inversión y apoyo público de Lugo y Orense. Quedaba por tanto el País Leonés varado en medio de la nada económica. Si el Plan Oeste cumple las expectativas deberá proporcionar un extra de inversiones e incentivos sobre los del resto de España que sirvan para situarnos al nivel económico de Aragón o el País Valenciano y así reequilibrar el territorio.

El área objetivo viene marcada por carencias muy claras. En primer lugar falta una gran vía de comunicación interna, pese a que el trayecto Ponferrada-León-Benavente-Zamora-Salamanca-Madrid debería ser una de las principales rutas logísticas del noroeste. Una vez establecido el eje interno por autovía y ferrocarril, habría que lanzar los proyectos de las interconexiones de la región con los centros económicos más notables de su alrededor. La fijación del puerto seco de Aveiro y Oporto en los alrededores de Salamanca debe ser apoyado con un impulso a sus conexiones con Lisboa y Aveiro, así como a las de Zamora con Oporto. León ciudad, al margen de otras obras menores, habría de ser conectada con Braganza y Oporto. Ponferrada, en el extremo noroeste, también debería quedar comunicada por grandes vías, con Santiago, Vigo y Asturias.

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