martes, 26 de febrero de 2008

Prerrománico en León

Las recientes noticias acerca del descubrimiento de nuevas pinturas en la iglesia de Peñalba de Santiago han tenido escasa repercusión pública. La importancia de este hallazgo parece diluirse con el paso del tiempo, quizás, por un desconocimiento generalizado. Por ello habría que procurar que sea ponderado en la medida justa.

Como es bien conocido, en la centuria del 800 los reyes asturianos promocionaron en los territorios bajo su control un estilo arquitectónico peculiar que hoy denominamos “prerrománico asturiano”. En esa época las corrientes artísticas no eran de carácter europeo aún, sino más bien locales. Por esta razón el arte asturiano resulta de una gran singularidad y se ha erigido en un elemento representativo de la actual Comunidad de Asturias.

Una vez trasladada la sede regia a León, en la centuria del 900, los reyes comenzaron a promocionar un nuevo estilo en sus edificios. Ese modelo se denominó “mozárabe” hace setenta años, aunque hoy se admite que no existe una base consistente para afirmar tal filiación, ni consta fehacientemente que sus principales rasgos tuviesen origen andalusí. Tampoco resulta necesaria la intervención de los mozárabes para explicar sus principales características. Sin embargo existe la certeza de que se trata de la arquitectura que promovieron los reyes de León, por lo que algunos técnicos lo denominan “arte prerrománico leonés”.

Su importancia es enorme porque, como el asturiano, es un estilo arcaico y singular en Europa. Se trata de una rareza producto, probablemente, de una evolución propia. En la provincia de León se han conservado, entre otras, tres obras fundamentales del prerrománico leonés. Se trata de Santiago de Peñalba –la más completa-, San Miguel de Escalada –la más espectacular- y la cúpula de Palat del Rey –el origen-.

La situación en la que se encuentra ese conjunto actualmente es triste. A Peñalba se accede por una carretera angosta. Las otras dos reciben el tratamiento más inadecuado que imaginarse pueda. San Miguel de Escalada sufre unas obras inacabables, infradotadas y cuestionables. Palat del Rey está cerrado desde hace años. Nada presagia su apertura ni su puesta en valor.

Ante tal desaprovechamiento de nuestros recursos es lógico reclamar algunas medidas urgentes. Por ejemplo, una de ellas podría ser la difusión de un estudio global sobre este estilo arquitectónico desde la ciudad de León, lugar del que partió como idea hace mil cien años. Además, la apertura de Palat del Rey al público y la creación de un aula de interpretación cercana a cada uno de los tres edificios son necesarias.

Por otra parte, hay que vigilar y concluir las obras de San Miguel de Escalada antes de que se termine por dañar el edificio. La situación del templo es insólita y carece de justificación.

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