lunes, 11 de febrero de 2008

Turismo de Paso

Uno de los problemas que más dificultades presenta en materia turística para los gestores públicos es aumentar los días de permanencia de los visitantes en un lugar. En el caso de León, la escasa duración de las estancias en la Provincia es una queja repetida cada año.

Sin embargo no es éste un problema al que sea fácil dar solución, pese a que las causas parecen bastante claras. Cuando uno acude como turista a un lugar, suele hacerlo tras elaborar un programa previamente. Por ello hay que deducir que la imagen de León que existe en el resto de España es la de un lugar que no merece más atención que la de una parada de uno o, a lo sumo, dos días.

Una de las causas es la pérdida de presencia pública de León hasta llegar casi a la irrelevancia, o la impresión que se llevaron anteriores viajeros que ya pasaron por aquí. También la contumaz política turística de la Junta, con unos folletos que, año tras año, repiten errores y barbaridades, o que presentan León como “una tranquila ciudad de provincias”, tiene que ver en la actitud de los que se informan para programar su viaje. Afortunadamente la Diputación viene a paliar en parte la desacertada política turística autonómica.

El primer problema comentado, la pérdida de relevancia de la Provincia, podría tener a corto plazo un antídoto parcial: la presencia de la promoción turística de la Diputación en los medios de comunicación nacionales, para lo que es necesaria la captación de las competencias turísticas y su dotación económica.

La segunda cuestión, la impresión que los viajeros se hayan llevado tras la estancia aquí, es un aspecto en el que habría que trabajar en varias vertientes. Es inevitable que cualquier turista que pase por León o Ponferrada constate que son ciudades pequeñas, con una cantidad de atractivos demasiado limitada como para dedicar más tiempo a su visita. A pesar de eso es necesario poner todos los recursos en valor porque es la vía más fácil para aportar unas horas más de estancia. El Palacio de los Luna, el aljibe del castillo de Ponferrada con su coracha o Palat del Rey son ejemplos de lo que se debe recuperar con urgencia. Poner a disposición guías e informantes que “enganchen” al visitante es otro recurso que, en lugares de tanta enjundia, puede dar excelentes resultados.

No obstante la clave podría estar en la apertura de una nueva etapa que enfatice en la amplitud de las ofertas al visitante, ya que los cascos urbanos por sí no son suficiente para retener al viajero. Hay que realizar una oferta integral, incluyendo recursos en la cercanía de las ciudades. Por ejemplo, se podría explotar el prerrománico leonés -lo más singular que tenemos-, los conjuntos arquitectónicos populares, las bodegas, los miradores o la naturaleza ribereña. Posibilidades no faltan.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Promovamos paquetes turísticos de dos o tres días, incluso de semanas completas.

En Navarra (sin mar) y País vasco ya lo hacen, "Asómate a Valladolid", Circuitos conjuntos con Asturias, ...

Si hay un "Praga-Viena-Budapest" mundialmente consolidado (salvando las distancias", ¿porque no hacer un Salamanca-Zamora-León?, o la ruta de la plata, pero con promoción de verdad, no poner un tenderete en una feria con una señorita que reparta folletos, sino persiguiendo a touroperadores, agencias, prescriptores en general, a lo mejor "Madrigal inversiones" debería gastar más dinero ahí que comprando bodegas (lo del grupo Unigro me parece bien)

Cisastur dijo...

Creo que lo que el ayuntamiento de León está empezando a realizar es un acierto. La gruta romana, las murallas o la promoción a nivel de recepción de hotel abren nuevas posibilidades.