jueves, 21 de febrero de 2008

Restauración y Futuro

Asistimos en las últimas semanas a algunas noticias muy positivas para nuestro patrimonio inmobiliario. Por un lado, se ha hecho pública la partida económica de la Diputación para la recuperación de arquitectura tradicional leonesa. Se trata de la institución que más fondos dedica para recuperar nuestras edificaciones populares, ya que la Junta de Castilla y León poco hace al respecto y la Junta de Galicia excluye las tipologías leonesas -abundantemente representadas en Valdeorras y en otras zonas gallegas- de sus líneas de ayuda. Sería deseable que estas partidas fuesen progresivamente más abundantes, entre otras razones, porque se trata de uno de los mayores atractivos de León. Además, se podría actuar en una segunda línea promoviendo la incorporación de ciertos rasgos arquitectónicos típìcos a casas de nueva factura. La convocatoria de algún premio o la exposición periódica de los mejores proyectos serían actuaciones recomendables.

Por otra parte, esta semana hemos tenido noticia de que el palacio de los Condes de Luna, en León ciudad, puede recibir un impulso definitivo para su recuperación. La noticia es excelente por cuanto la casona reúne elementos especialmente singulares. Sin embargo, la conservación de su interior no parece bien definida. Este palacio, como toda la ciudad medieval, estaba construido en buena medida con barro o sus combinaciones. Venimos observando cómo el rastreo arqueológicoen nada respeta estas estructuras en aras de alcanzar los niveles de la ciudad militar romana. Aún se está a tiempo de hacer un estudio en profundidad de la planta de este palacio y de recuperar algunas estructuras, como su hermoso patio con corredores. Otro asolamiento como el del Palacio de Don Gutierre sería una broma de mal gusto.

Al hilo de esto se echa en falta un grupo leonés de arqueólogos especializado en la arquitectura del barro -que aquí encontró una de sus máximas expresiones- y también de restauradores que usen ese material. Las instituciones podrían propiciarlo en facultades y escuelas-taller.

Las futuras obras en el Castillo de Cornatel son otra excelente noticia, que contrasta con el oscuro porvenir del Castillo de Alba, en La Robla, que, según parece, será demolido. Sería ésta una decisión ilegal adoptada con la anuencia de todas las instituciones. Conciliar pasado, presente y futuro es un deber colectivo que en este bastión medieval, lo más valioso de la comarca, puede encontrar una oportunidad. Ha de existir una solución para que la cantera afectada se extienda en otro pago. Así no se comprometería la actividad de la empresa promotora por la conservación del recinto amurallado. Para ello las instituciones deberían buscar alternativas. ¿Se está haciendo todo lo posible para salvar esa fortificación única?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Cuatro años más tarde, el artículo conserva íntegra su vigencia.

Me gustaría que se hablase de recuperar la fachada del palacio de los marqueses de Villasinta (al estar al lado de Los Guzmanes, serviría como posible edificio institucional de la Autonomía leonesa), la casa del cardenal Lorenzana y algún otro.

En la provincia, hay tanto que conservar que la Diputación no podría sola ni en 50 años... sin fondos europeos, ni ayuda de la Macro-gestoría "Junta de CYL", muy ocupada en instalaciones para ella misma, la iniciativa privada ha de tomar el relevo.

Cisastur dijo...

Mientras no se coja el toro por los cuernos y se busque una cofinanciación a las labores de recuperación-restauración va a ser muy difícil sostener la masa patrimonial que aún nos queda. O a los fondos públicos se le suma el dinero de la empresa privada y la explotación mercantil de esos recintos -cobrando entrada o admitiendo su uso a cambio de prestaciones económicas- o nos pasaremos la vida lamentando el mal estado de esos enfermos crónicos que son nuestros mejores edificios, esculturas, ...