sábado, 10 de mayo de 2008

Ambigüedad Electoral

Una vez concluido el plazo de presentación de listas electorales el lunes, día 21 de Abril, podemos hacer un repaso de aquellos aspectos más genéricos, comunes a todas. Son esas observaciones las que nos mostrarán por dónde van las tendencias de la política en León ciudad. La lista más madrugadora ha sido la del PSOE, sorprendente por lo que muestra: una radical renovación que mantiene solamente a Picayo, concejala en la legislatura presente. Si se tiene en cuenta la juventud de Natalia, la reaparición de Fernández al frente de la candidatura, después de unos años al margen, y la falta de experiencia política del resto de integrantes, podemos hacer una interpretación: el PSOE quiere mostrar un “borrón y cuenta nueva”, recuperar los votos tomados por la UPL en los últimos años y, quizás, aprovechar la oportunidad para proyectar una imagen distinta. La insistencia, además, en el pseudoleonesismo de los responsables del PSOE leonés parece indicarlo así.

La lista del PP fue la siguiente en ser conocida. La sustitución de los ediles moranistas marca también un giro aquí. La incorporación de una extraña mezcla de personajes más o menos conocidos (Martínez, Ordóñez, Valencia, Lamelas, etc) no puede ser más expresiva de un giro hacia cierto populismo y a una desideologización que puede causar desconcierto. Más si se toleran declaraciones como las de Martínez, que lo mismo podría ir con la UPL o con el PSOE según sus propias palabras. El deseo de renovación es evidente, pero no se ha hecho, como en el PSOE, contando con los afiliados del partido, sino unilateralmente y dando prioridad a la imagen.

La UPL ha esperado al último día para inscribir su lista en la Junta Electoral. La exclusión del edil con más ejecutoria leonesista -y único líder de un grupo amplio en ese partido con la salvedad de de Francisco- de la candidatura ha sorprendido a todos. La lista perdió así su contenido ideológico y, con la salvedad del cabeza de lista, es intercambiable con la del PP. Esta renovación parece intentar captar el voto por la derecha, pero es evidente que, a cambio, perderá una parte de los apoyos leonesistas y del voto joven, principal capital electoral de la UPL. En cualquier caso el resultado de este movimiento, como el del PP, resulta incierto, aunque no variará sustancialmente el gobierno resultante.

Lo que parece común a todas las listas es un abierto deseo de renovación y de captar nuevos filones de votantes. En el PP y la UPL el populismo y la desideologización han sido las herramientas utilizadas. Para el PSOE la renovación de la candidatura, pero con militantes, y un ligero leonesismo –con valor esencialmente cosmético- fueron las armas elegidas. ¿Triunfará la omnipresencia del pensamiento débil y de la ambigüedad en esta pugna electoral?

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