domingo, 11 de mayo de 2008

Líneas de Futuro

Hace unas semanas tuve oportunidad de asistir a una mesa redonda en la que se abordaba el futuro de León y sus necesidades por destacados miembros de la profesión periodística. La sensación que transmitieron, pese a sus demostradas capacidades, fue la misma que se percibe cuando hablas con otras personas de este tema: falta de claridad y ausencia de análisis global. Afrontar tal labor es mucho más importante ahora que se acercan unas elecciones locales y autonómicas. Los partidos deberían explicar y debatir cómo proponen que lleguemos a ser un territorio emergente, si quieren convencernos de la bondad de depositar nuestra confianza en ellos.

Bajo un punto de vista personal, el crecimiento de León va a venir modulado por tres vectores fundamentales: la recuperación del orgullo colectivo, el desarrollo de un proyecto para León y la disposición de dinero público para desarrollarlo. El primer pilote ha de ser la recuperación de nuestro orgullo colectivo, porque los pasos previos han de fundamentar el compromiso activo de los leoneses con su tierra. Si hemos de acrecentar nuestro empuje, ha de hacerse de forma participada, con la implicación de todos. Ese impulso debiera materializarse en una entidad que tenga capacidad de interlocución y que permita proyectar dicho orgullo colectivo en tal institución representativa.

Un segundo aspecto para el desarrollo de León es la plasmación de un proyecto para esta tierra. Debe retratar cuál va a ser nuestro papel en España, en Europa y en el mundo. Ese es el único medio de que todas las fuerzas sociales, motivadas e implicadas, caminen en la misma dirección. León debería tener la posibilidad de aportar al mundo su visión particular, su forma de entender la vida y la convivencia. El “proyecto” se erige, además, en una pieza clave para vislumbrar el escenario futuro de nuestra región.

El tercer elemento debería ser la fijación del dinero público. No podremos alcanzar ritmos razonables de desarrollo si una buena parte de nuestra inversión y gasto continúa siendo desviada hacia otras zonas. El desarrollo adecuado de nuestro proyecto colectivo requerirá unos ritmos financieros públicos que no debieran desacompasasarse respecto a los de otras regiones. Por eso, la territorialización del presupuesto autonómico en el caso de León es imprescindible como herramienta de gestión y garantía de prosperidad. La atonía del gasto público autonómico –que cumple veinte años- supone una merma del crecimiento sustancial y un factor de debilidad insoslayable.

Las diferentes concepciones para alcanzar estas tres metas compondrían la esencia de lo que deben proponernos durante la campaña electoral. ¿Tendrán los partidos la disposición para explicar abiertamente cuál es su proposición?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Buen análisis y mejor diagnóstico.
La pregunta final encierra la respuesta...

Cisastur dijo...

Otra columna de 2003. Yo creo que la situación ha cambiado desde entonces, pero no enormemente. No tenemos políticos de altura para defender nuestros intereses. Falta formación y liderazgo. Veremos cómo afectan los cambios en el PSOE con la marcha de Martínez y de Villalba.
También la reestructuración de la UPL va a ser clave. El PP está fuera de combate.