miércoles, 21 de mayo de 2008

Atasco en Onzonilla

Si se cumplen los planes previstos, en el mes de Mayo serán inaugurados los tramos restantes de la autovía entre León y Burgos. A partir de ese momento se producirá una redistribución de los tráficos que circulan hacia y desde el noroeste de la Península. Esos cambios, que ahora sólo podemos percibir débilmente, afectarán más al desplazamiento de mercancías. El factor determinante de tal suceso será la posibilidad de que los camiones pesados circulen por esta ruta, el Camino de Santiago, sin peligro. Actualmente la autovía tiene continuidad en un vetusto puente de un solo carril que desemboca, por uno de sus extremos, en una angosta y cerrada curva en ángulo recto y en cuesta. El puente de Melgar de Fernamental, cuyo mantenimiento como paso necesario en la ruta constituye un canto a la estupidez humana, es el motivo de que muchos transportistas hagan caso omiso de los tramos de autovía puestos en servicio hasta hoy. Los grandes “carriers” no cuentan siquiera con la ruta gracias a este paso sobre el río Pisuerga. Así, tras la apertura de los tramos pendientes -con el nuevo puente sobre el río incluido- los recorridos de estos grandes transportadores logísticos variarán para desplazar por la León-Burgos un enorme tonelaje, que ahora recorre la Autovía de Castilla. Será entonces cuando tomaremos conciencia de la importancia de esta infraestructura, que servirá para ponernos en el mapa. Sirva de orientación que los datos de tráfico de camiones por la autovía León-Burgos a la altura de Santas Martas son de unos 800 por día (IMD 2001, www.jcyl.es), a pesar de que no existían más que los tramos hasta Sahagún en el momento de medición. Solamente dos puntos en las cercanías de Ponferrada, uno en la de León, dos en Valladolid, uno en Salamanca y dos más en Burgos presentaban cifras más altas dentro de una extensa red autonómica, con cientos de estaciones de medida.

La masa de camiones que a partir de mayo llegarán a Onzonilla desde distintas carreteras podría suponer un entorpecimiento -si no el colapso- de la entrada sur a León. Tal cosa sucedería siempre y cuando nadie hubiese contado con la posibilidad de adelantar las obras de la conexión directa entre la autovía y la León-Astorga, aprovechando al menos uno de los carriles de la futura autovía León-Benavente. Eso liberaría el tramo de nacional, de un kilómetro, entre la León-Burgos y la vía rápida de Asturias, que no se encuentra preparado para tal densidad de desplazamientos. Adelantar la apertura del enlace entre la autovía de Burgos y la autopista de Asturias es una necesidad más que una propuesta. De cara a la “operación salida” del verano esa actuación es crucial para evitar un previsible caos en el tráfico. ¿Se tomarán las medidas oportunas ahora que todavía hay margen de actuación?

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