martes, 8 de enero de 2008

Empacho Vial

La difusión del Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) ha puesto de manifiesto otra vez la escasa talla del ruedo político para evaluar las necesidades de León. Paradójicamente nuestros representantes se inflan utilizando la palabra “estratégico” para demostrar segundos después que sus declaraciones adolecen de toda visión global, de objetivos generales y de la imprescindible priorización, que se traduce en plazos razonados. En otras palabras, se hace gala de una estrategia, que no existe en los planteamientos. La broma de la autovía paralela a la autopista del Huerna, que se comenta estos días, es un capítulo más de este recurrente problema.

León, por su posición geográfica, está destinado a actuar como nexo de los grandes núcleos urbanos del noroeste. Asumir esto resulta imprescindible para empujar eficazmente toda la zona, que acumuló un retraso notable en los últimos veinte años. Según desentrañan algunos especialistas, como Omahe o Porter, las zonas de crecimiento económico destacado necesitan, entre otras condiciones, una cifra de población mínima -unos cuatro millones de habitantes en nuestro actual nivel de renta e industrialización-, una cierta proximidad entre sus urbes y fuertes interconexiones entre ellas. Esas premisas, que Castilla y León no puede cumplir, se podrían reunir en el área formada por las regiones de Galicia, Asturias y León, y, más periféricamente, las ciudades de Valladolid, Oporto y Braga.

Para lograr ese objetivo es preferente completar la red interna de autovías. Por ello la inclusión de la Ponferrada-Orense en el PEIT es un acierto. Sin embargo el despiste de los que defienden la autovía a Asturias –y no hablo de los alcaldes afectados, que están en su papel- no tiene explicación. Acaso se podría justificar el desdoblamiento hasta La Robla y, desde ahí, un ramal hasta La Magdalena. Hacer más sería un derroche sin justificación. La mejora parcial del trazado de la autopista o una rebaja del peaje en la zona interprovincial serían medidas complementarias certeras.

Por otra parte, el PEIT sigue sin abordar la imprescindible conexión entre la Nacional VI y Braganza por La Bañeza. La garbanzada asfáltica de nuestros prohombres les impide intuir que sólo así puede romperse el “efecto frontera” que sufre todo el suroeste cisastur, auténtico baldón también para el despegue de las otras provincias occidentales. Por último, hay que insistir en que se echa de menos la actividad en torno a la autovía Benavente-Salamanca, cuyos tráficos tanto pueden aportar al desarrollo. Para imaginarnos lo que puede llegar a ser la Ruta de la Plata podemos comparar con la proyección de la autovía a Burgos, que de la nada se ha convertido en la principal ruta de tráfico pesado de la Red Autonómica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javier:
Acabo de leer tu columna de hoy, 9 de enero, y creo que no estaría de más que le echaras un vistazo a esta otra, escrita hace días por un compañero tuyo en La Crónica:

http://santiagomacias.bitacoras.com/archivos/2007/12/06/vias-solidarias-i-y-ii

Creo, humildemente, que su planteamiento es muy razonable.

Cisastur dijo...

Había leído la columna y, efectivamente, su planteamiento es muy razonable, aunque sólo en apariencia, y te explico por qué.
Santiago, bienintencionado sin duda, plantea como excluyentes las dos alternativas cuando esa es una premisa falsa. Se ha de aspirar a todas las obras que cita y a la que debería unir Ponferrada con Puebla y Braganza. ¿Que tardará? ¿y qué no ha tardado? Estamos planificando el futuro.
¿Son demasiadas vías rápidas? (no necesariamente autovías) No. Nuestro objetivo ha de ser comunicar óptimamente los centros urbanos, que es donde se concentra la actividad económica y ¡ojo! desde donde irradia a todas las zonas rurales. Lo más favorable para cualquier pueblo es la suma de un casco urbano dignificado y la accesibilidad fácil a una ciudad. Eso garantiza comercio, trabajo y prosperidad.
Santiago dice que 20 o 30 kms no son importantes. Falso. Es la diferencia entre tener un itinerario óptimo y competitivo, y no tenerlo. De la riqueza a la pobreza, de la irrelevancia a estar en la línea de salida.
Santiago dice que la IP-4 es similar a una nacional. Falso. Es un vial que permite velocidades de crucero de 100 kms/hora continuas. Te lo dice un usuario frecuente. Santiago afirma que la carretera de Braganza a la frontera es un camino de cabras. Falso. Es muchísimo peor la Puebla-frontera, que no permite medias superiores a 40 kms/hora.
En definitiva, Santiago carece de conocimiento de la zona y de visión global a mi forma de ver. Para aspirar a algo en el panorama europeo hay que tener otras miras, conciencia de colectivo y saber que nuestra tierra es un lugar con unos 6 millones de personas, 5 culturas diferentes, una disgregación territorial con la que hay que acabar y unas posibilidades de desarrollo enormes. Sobre esa base hablamos. En ese mar Ponferrada es una gota y León capital apenas un vaso. Ese es mi punto de vista.