martes, 1 de julio de 2008

Baloncesto, León y Relevancia

Baloncesto León sume su futuro en la incertidumbre estos días. Tras dos intentos de ascenso consecutivos a la liga ACB desde la segunda categoría nacional, la financiación para la temporada entrante parece estar poco clara. Las causas de esta situación son muchas, pero la principal parece la actitud dubitativa de las instituciones públicas, que han sostenido buena parte del presupuesto. Por ello, merece la pena analizar fríamente la necesidad o no de mantener un equipo de estas características con dinero de todos.
En primer lugar, se puede afirmar que el hecho de que León mantenga desde hace un puñado de años un equipo -de lo que sea- en categorías nacionales superiores significa que acoge la experiencia y el saber hacer imprescindibles para lograrlo. Pocas ciudades en España disponen de un efectivo humano de estas características. En el caso del baloncesto, unas treinta y cinco. El abandono de un equipo como Baloncesto León a su suerte supondría la disolución de los grupos de trabajo capaces de darlo cobertura y la desaparición de cuanto valor añadido aporta. Desde el punto de vista del esfuerzo económico, en el caso de esta ciudad es residual. Hablar de cincuenta o cien millones para este equipo en un presupuesto municipal de más de quince mil es insustancial si se tiene en cuenta que León existe en los medios de comunicación gracias a éste y a otros dos o tres. La relevancia de la ciudad depende en gran medida de sus deportistas, por asombroso que pueda parecer. Si se midiese los centímetros cuadrados ocupados por noticias de León en los medios nacionales los últimos años, descubriríamos que más de la mitad se deben al baloncesto, al balonmano, a los discípulos de Carlos Burón y a poco más. La presencia de equipos en categorías superiores constituye, por tanto, un factor de relevancia para cualquier ciudad. Perderlos es perder protagonismo en el conjunto del país. Un tercer factor, de mayor peso aún, es la capacidad de atracción de la urbe. Existen desde hace años escalafones en los que se mide la “atractividad” de las principales ciudades españolas para las grandes empresas y para sus directivos. En aquéllos se valora la oferta de suelo industrial, de centros educativos, de campos de golf, de teatros, ... y la presencia de espectáculos deportivos de categorías superiores, entre otros aspectos. No es sólo si Pardo está animado, o si Ferreras sigue, la clave de esta situación. El trasfondo está en que esta ciudad no puede perder ni uno solo de sus equipos en categorías superiores si no quiere desaparecer aun más del mapa mental de los españoles. Un equipo grande supone un activo y León no puede permitirse sacrificar ninguno. ¿Habrá visión global para entender la importancia extradeportiva de nuestros equipos punteros?

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