miércoles, 9 de julio de 2008

Bucles de Futuro

Los leoneses estamos asistiendo a una de las evoluciones más notables de nuestra historia: el cambio en el sistema de ocupación del territorio y la redistribución de la población sobre el mismo. Una buena parte de esos avances va a venir propiciada por la red de carreteras de gran capacidad que se está llevando a cabo en estos momentos. Los leoneses tienden a ubicarse en los espacios en torno a esas vías y en aquellos que queden englobados dentro de los bucles que formen las mismas. Así, la acumulación en los alrededores de la León-Benavente, que ya es notable, se va a acelerar. La León-Astorga pende hacia lo mismo, con la salvedad del tramo de Estébanez de la Calzada. La línea Benavente-Astorga, aunque con menos evidencia, está empezando a aglutinar población en sus márgenes. Queda, por tanto, un bucle en el que aparece embolsada Santa María del Páramo, población que debiera recuperar su circunvalación y mejorar sus accesos a Villadangos, La Bañeza, León, Laguna de Negrillos y Valcavado del Páramo para convertirse en el organizador del espacio paramés, en el centro del triángulo. En el área oriental de nuestro territorio se configura, pues, un área capaz de concentrar en pocos años al noventa por ciento de la población. Es necesario tomar conciencia de que la configuración eficiente de ese espacio, aprovechando todos los potenciales y ventajas, es decisivo para aprovechar las corrientes del desarrollo adecuadamente.
En el área occidental la creación de un segundo bucle que englobe los núcleos con más posibilidades, es, desgraciadamente, mucho más lento. Aunque la línea Ponferrada-Villafranca se consolida rápidamente, en torno a la N-VI, y la Ponferrada-Toreno está empezando a cuajar, queda mucho por hacer. Las comunicaciones del área principal con la zona Fabero-Vega de Espinareda van a llegar tarde si la nueva ruta Berlanga-Fresnedo no se abre pronto, puesto que el pronunciado descenso de población de ambos núcleos puede disminuir sus posibilidades de reacción. Sería necesaria, además, una vía Fresnedo-Sancedo, que rompería el aislamiento de Toreno con el occidente. La apertura de una buena comunicación Vega de Espinareda-N-VI a través de Quilós o, mejor aún, por Paradiña, despertaría nuevas oportunidades y vendría a concluir el cierre del bucle, crucial para asegurar un futuro próspero. El área de Cacabelos-Sancedo quedaría, así, como organizador de ese espacio. Habrá quien piense que se habla de grandes inversiones, pero no es así. Con unos tres mil quinientos millones quedaría configurada la red para fijar eficientemente el ochenta por ciento de la población occidental leonesa. ¿Habrá capacidad para hacer éstas y otras inversiones estructurantes con la máxima rapidez?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Bueno, no te olvides que Ponferrada y Bembibre están prácticamente unidos por San Román, Almázcara, San Miguel y Congosto... además, la zona de Albares-Las Ventas-Folgoso amplía esa zona hacia el Este.

Ese eje de la N VI es una pequeña "Bierzocity"

Qué pena que Brañuelas, Tremor, Torre, Montealegre, etc, estén en declive (eufemismo para no decir en desaparición)... sería el nexo de unión con el resto de la región leonesa

Cisastur dijo...

Si el corredor Bembibre-Ponferrada se consolida será un gran paso para el relanzamiento de la zona. No creo que haya posibilidades de fijar actividad económica notable en el entorno del puerto, por duro que sea decir esto.
Nos falta tanto que hay que priorizar y apostar por aquello que es más plausible.