domingo, 20 de abril de 2008

El Plan de Cabeceras

En un reciente viaje por la hermana tierra de Tras Os Montes nos causó asombro el desarrollo que han alcanzado las cabeceras más importantes de la zona. Vila Flor, con su auditorio, su museo y su oficina de turismo nos sorprendió. Mogadouro, antes un poblachón destartalado, luce su nueva circunvalación desde la que se divisa el castillo y la iglesia en un casco urbano de crecimiento vigoroso. Sendim, Miranda do Douro, Macedo de Cavalheiros o Vinhais no se han quedado atrás. Me preguntaba mi compañero de viaje qué cabecera de comarca leonesa podría citar con un desarrollo similar en los últimos años. Sólo Valencia de Don Juan y, quizás, Cacabelos –ya que considero Ponferrada más que una mera cabecera comarcal- me vinieron a la cabeza. El resto o se ha mantenido o se ha depauperado.

Tal constatación habría de remover las conciencias, ya que sólo con una red de cabeceras atractivas y bien dotadas se podrá sostener, al menos en parte, la población provincial. La gente joven, si se ve privada de servicios termina marchando hacia lugares que los ofrezcan. Dado que León cuenta con un espacio extremadamente comarcalizado y con un buen número de pequeñas ciudades intermedias, las cabeceras, la potenciación de las mismas debiera ser una prioridad. Mucho más porque, tras la nefasta gestión de algunos alcaldes, el debilitamiento de algunos de estos núcleos ha sido extremo.

La Diputación dispone de la capacidad para llegar a esta red de centros con el fin de afianzarlos y potenciarlos. Las posibilidades de acción son muchas. Se podría ejecutar un plan genérico de cabeceras con el conjunto de prioridades que son extensivas a cualquiera de ellas: la creación de un centro urbano, la concentración de servicios en ese centro, el embellecimiento de la población, la conexión con la red principal de comunicaciones, la ejecución de circunvalaciones, la dotación de un “stock” mínimo de servicios, la señalización de la población en carreteras y mapas, y la realización de un inventario de recursos de sus zonas de influencia para ponerlos en valor y publicitarlos asociados al nombre de la cabecera son algunas de las muchas actuaciones necesarias. Aparte de esto cada núcleo debería procurarse unas acciones especiales adecuadas a sus peculiaridades. Uno de los papeles de la Diputación podría ser el de seleccionar los centros por criterios de población y/o potencial centralidad en su zona. Además debería aportar un asesoramiento que, en unas corporaciones muy descapitalizadas intelectualmente -en términos generales-, puede ser incluso más importante que la cofinanciación de obras; cofinanciación que también resulta imprescindible.

León atraviesa un momento clave para aprovechar su red de ciudades intermedias ¿Tendremos la clarividencia para aprovecharlo?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Ya, pero en Portugal funcionan muy bien las "cámaras municipales", que son como pequeñas diputaciones de ámbito comarcal. Son como nuestras mancomunidades pero con presupuestos (y sin tener que financiar además ayuntamientos, diputaciones, juntas y demás envoltorios)

Cisastur dijo...

Yo creo que las cámaras municipales son lo que tendrían que ser aquí, en León, nuestros ayuntamientos.
Los ayuntamientos-comarca podrían prestar mejor los servicios al ciudadano, como lo haría el de Laciana-Villablino si no fuera por los zoquetes que lo han dirigido: Babia-Cabrillanes, Omaña-Riello, Luna-La Magdalena, etc.