martes, 8 de abril de 2008

Seísmo Político

La semana pasada ha tenido lugar un hecho sorprendente que supone una revolución en la política leonesa. El portavoz socialista en la Diputación Provincial reclamaba, en nombre de su grupo político, transferencias y fondos de la Junta de Castilla y León. La reivindicación ponía de manifiesto que se pretenden competencias delegadas, pero no compartidas con la Autonomía. Además, se aludía explícitamente a que la Diputación Leonesa debería recibir un trato preferencial respecto a las otras. Al día siguiente el secretario provincial de la Federación Socialista Leonesa respaldaba, punto por punto, dicha reivindicación.

Que un partido nacional haga una declaración de este tipo en León no tiene precedentes y representa un salto cualitativo gigantesco. Supone que un partido estatal comienza a asumir parte del ideario leonesista, con posturas propias de esa militancia. Tras el fracaso de la vía pseudorregionalista del PP -que proponía que la reivindicación cultural, económica y política leonesa podía tener cabida dentro de la actual configuración institucional- nadie podía imaginar que otro partido nacional pudiese ir mucho más allá. Sin embargo el PSOE leonés lo ha hecho.

Las causas de la nueva posición pueden ser varias. La conciencia de que el socialismo leonés estaba en vía muerta si no se operaba un cambio para captar el abundante voto de centroizquierda en poder de la UPL es una. La necesidad de justificar o aprovechar que, existiendo un posible pacto con la UPL, ésta no se presente a las elecciones generales o que esté representada en las listas del PSOE podría ser otra. Una tercera causa a tener en cuenta es la necesidad de Zapatero de ganar las elecciones generales en León para evitar ser cuestionado si pierde a nivel estatal. El último agente es el creciente leonesismo en las filas del PSOE, como producto de la incorporación de gente joven -más comprometida con León- en puestos de relevancia.

Las consecuencias de este desplazamiento ideológico son aún más notables. El PP, que está en su momento de mayor debilidad en la provincia desde hace años, tendrá que hacer un replanteamiento si no quiere verse en un aprieto aún mayor. La UPL, incapaz de generar una alternativa real hasta ahora -más allá de propuestas deslavazadas-, ve invadido su espacio. De no existir un pacto para su desaparición, esta formación habría de mover ficha en las próximas semanas. Si la solución pasase por no presentarse a las generales, UPL podría sufrir una erosión espectacular. La crisis interna que vive ha de saldarse pronto, con un proyecto sólido de personas y de ideas, si no quiere verse desbordada por una FSL que -ahora sí- empieza a demostrar que aspira a todo.

¿Dará pie esta coyuntura a que presenciemos un debate de altura sobre el futuro de León?

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