viernes, 11 de abril de 2008

Polémicos Polígonos

En muchas ocasiones un comentario trivial alcanza resonancia entre el público. De esa manera llegamos a encontrar repetidas hasta la saciedad afirmaciones carentes de fundamento. El caso de los despectivos comentarios sobre la abundante construcción de polígonos industriales en la Provincia de León es un ejemplo palmario.

La ubicación de áreas industriales en cada una de las cabeceras de comarca, y de poblaciones que dispongan de cierta dimensión o de una buena situación obedece, sobre todo, a una necesidad de especialización del suelo. Nuestras localidades han crecido convertidas en un ovillo de talleres, viviendas, oficinas, muelles y dársenas, aparcamientos de camiones, etc. Llegados a un cierto nivel de renta y en el deseo de un futuro próspero, ese “totum revolutum” ha de ser ordenado. Los núcleos necesitan establecer unas jerarquías de suelo si optan a alcanzar mayor relevancia. Ha de crearse un centro urbano, unos barrios, zonas de ocio y, por supuesto, áreas de especialización empresarial. Todos entendemos que las fábricas –grandes o pequeñas- tendrán que salir un día de los cascos urbanos de Trobajo del Camino, Astorga o Molinaseca, por poner algunos ejemplos, si se desea hacer más habitables esos espacios. Para poder reubicar los centenares de negocios que hoy se hallan dentro de las tramas urbanas de la Provincia es imprescindible disponer de polígonos industriales. Frente al tópico del solar hormigonado para la captación de grandes empresas emerge la necesidad perentoria de organizar nuestro espacio vital.

Por otra parte, los centros de trabajo que se trasladan lo hacen a locales más modernos, que favorecen la productividad, estimulan a las plantillas y mejoran la imagen pública corporativa. Las nuevas, suelen ser instalaciones mayores, lo que empuja al crecimiento, a la agresividad comercial y a la eficiencia. Los polígonos son concentradores que reúnen en menos espacio las fuerzas vivas de la economía local, lo que facilita los contactos, los intercambios, la innovación y el asociacionismo. Las áreas industriales constituyen una necesidad y una ventaja, y será aconsejable crear más. Nadie ha de preocuparse por un poligono vacío. Es peor asumir el estancamiento empresarial y el desorden urbano que invertir en suelo industrial potencialmente desocupado.

Por último, es prudente aceptar que el primer motor para el desarrollo de León son sus propias empresas. El milagro de la caza del fabricón es muy difícil, y con ciertas personas en el gobierno autonómico, casi imposible. Obremos con sabiduría y apoyemos el crecimiento de nuestra cantera empresarial sin renunciar a la pugna por el pelotazo industrializador. ¿Tomarán conciencia los críticos de cómo los nuevos polígonos multiplican las oportunidades de esta tierra?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Es que es imposible atraer empresas sin suelo industrial disponible. En mi pueblo se ha tratado el tema desde hace 30 años, pero lo de siempre "sobran muchos polígonos" o "¿quién va a venir aquí?", y eso que estamos en la N-120...
La máxima "Industria atrae industria" es cierta, no se van a crear miles de puestos de trabajo, pero cuando una empresa da el salto al polígono quiere decir muchas cosas: nuevas instalaciones y maquinaria que habrá que amortizar (hay que crecer para producir y vender más), es una empresa que tiene vocación de permanencia (si cambia de emplazamiento, muchas veces muere en el cambio generacional), se crea espacio para construir con calidad en el centro de las ciudades (algunos sacan buen dinero de esos solares), se crean asociaciones, todo el mundo se conoce, es más fácil para los comerciales visitar a empresas juntas, con el tiempo se promueve transporte público para ir al polígono, guarderías, seguridad común, logística, etc

Por otro lado una buena tarjeta de visita de una ciudad cuando se transita por una autovía, es ver una moderna zona industrial repleta de empresas, ajardinada, con servicios...

Alfonso Mielgo dijo...

Tan necesario como los polígonos, es el parque tecnológico. Creo que es una irresponsable cacicada dejar fuera el Inteco. Es más debería trasladarse ahí el parque científico de la universidad.

Lo mejor hubiera sido hacer un parque científico-tecnológico anexo al campus, donde universidad, laboratorios, centros de investigación y empresas fueran uno solo... sería un factor competitivo incontestable, con absoluta facilidad en la movilidad a la hora de trabajar y estudiar, o de hacer prácticas, o de impartir docencia en las horas libres de empresa (o a la inversa)... sería la semilla de un verdadero campus tecnológico y el verdadero motor provincial a largo plazo.

Recuerdo unas jornadas en la Escuela de empresariales de Valladolid en 1993, cuando la gente no se creía lo que podía ser Boecillo, que un investigador del País Vasco decía que en 15 ó 20 años se verían los resultados... y ahí están.