martes, 15 de abril de 2008

Las Marcas de León

Hace pocos días hemos podido leer en los medios que la Diputación de León y el Ayuntamiento de la capital irán juntos a FITUR en un expositor independiente. La medida, si finalmente se lleva a cabo, será un acierto. En las últimas ediciones la representación de León en dicha feria se hacía integrada en un pabellón de la Junta de Castilla y León, con otros muchos expositores provinciales. Dado que la presencia en un certamen de este tipo tiene carácter promocional y que las técnicas de comercialización enseñan que para vender mejor un producto o es más barato, o se considera diferente, había que revisar estrategias.

La diferenciación ha sido la gran ausente en los pabellones de difusión turística de la Junta. Es absurdo ofertar la agreste montaña leonesa, por ejemplo, con el bello Cañón del Río Lobos, pero se viene haciendo con una contumacia inexplicable. León ofrece recursos, en cantidad y calidad, muy diferentes a los del resto de zonas autonómicas. Mezclar en el batiburrillo montado por SOTUR esta oferta con otras, que poca conexión tienen geográfica, paisajística o culturalmente, resultaba un error comercial de bulto.

Uno de los aspectos hasta ahora menos valorados y explotados en nuestra provincia es la marca. Tras el término “León” aparecen denominaciones con un grado de reconocimiento público que para sí quisiesen muchas enseñas de productos de gran consumo. “Bierzo”, “Maragatos”, “Picos de Europa”, “Ancares” o “Babia” son palabras que resultan conocidas para un enorme contingente de potenciales turistas. El esfuerzo económico equivalente para lograr un grado de reconocimiento similar en cualquier marca sería de cientos de millones de euros. Sin embargo los leoneses no parecemos apercibirnos del valor patrimonial de esas palabras.

Para encontrar ejemplos similares, que se asemejen por su amplio eco, podemos citar algunos como “Sanabria”, “Cabárceno”, “La Mancha”, “Rías Bajas”, “Las Hurdes”, “Penedés” “Gredos” o “Pirineos”, que, igualmente, no sólo importan por el lugar en sí que designan, sino por su alto conocimiento y atractivo entre el público. Se puede afirmar que, con la salvedad parcial de El Bierzo, los leoneses no estamos explotando las posibilidades de nuestros más sonoros denominadores.

Por otra parte, la promoción de nuevas marcas para fijarlas en la mente del público es un proceso caro y poco recomendable en una provincia bien dotada en tal cuestión. León es afortunada, ya que existen demarcaciones donde no se encuentra ni uno solo de estos referentes. Que las instituciones apoyen y aprovechen nuestros términos emblema como un recurso más es, por tanto, una oportunidad no suficientemente aprovechada hasta hoy.¿Seremos capaces de explotar convenientemente una herramienta tan valiosa como nuestras marcas?

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

De Los Ancares se han apropiado los de Lugo, los Picos de Europa son de todos menos nuestros, si nos dejamos, el cerro San Cristóbal de valladolid será la primera estribación de los Picos de Europa, total, dentro de nada se podrá esquiar en Villavieja, al lado de Tordesillas (si los ecologistas lo permiten).
Con Babia lo tendríamos "chupao", sólo hace falta imaginación... todavía mucha gente recuerda el caballo negro de Campsa corriendo sobre el puente de la autopista de Luna (perdón, del Huerna, que también nos lo han quitado los asturianos)... y en el último anuancio de Sacyr (Itinere), creo que volvía a salir, luegom el producto es bueno y vende... hagámoslo competitivo con más oferta (cultural, monumental, gastronómica, relax, ...)

Cisastur dijo...

El trabajo de márketin es fundamental tanto para el mercado exterior como para el interior. No entiendo el esfuerzo por crear nuevos iconos y marcas teniendo otros que ya son reconocibles para gran parte de población. Será que hay quien piensa que nos sobran los recursos.