martes, 1 de abril de 2008

León y la Nieve

En las últimas semanas han menudeado las noticias acerca de un posible incremento de la explotación del turismo de esquí en la Provincia de León. Ello se debe en buena medida al giro que el nuevo equipo de gobierno de la Diputación ha imprimido a la actuación institucional. Son varias las razones para animar al gabinete de García Prieto en este tema.

En primer lugar hay que señalar que sólo hay dos grandes zonas de nevada en la Península: los Pirineos y la Cordillera Cantábrica. Nueve provincias norteñas concentran las principales áreas de innivación y sólo ocho disponen de estaciones de esquí para su explotación turística y deportiva. En nuestra zona dos áreas esquiables ocupan, aisladas, los extremos: Manzaneda y Alto Campoo. El resto, cuatro si contamos el Morredero, se concentran entre Asturias y León. Tal circunstancia nos sitúa potencialmente como principal receptor de turistas de deportes de invierno del oeste peninsular. Esta evidencia supone una ventaja competitiva sobresaliente. La potenciación de las instalaciones que existen y la creación de algunas nuevas fortalecería una herramienta de desarrollo poderosa que no debiera ser desaprovechada.

Se da el caso de que nuestras estaciones de esquí activas o proyectadas se encuentran en la montaña, en áreas castigadas laboralmente por la reconversión minera, casi despobladas en algunos casos y con comunicaciones renovadas por los fondos MINER, pero infrautilizadas. Se trata, pues, de poner en valor un recurso autóctono, casi inexistente en otras zonas peninsulares, que contribuiría a fijar población allá donde más sufrimos su carencia. Por esta razón el desarrollo de una nueva estación de esquí en la montaña del alto Esla es un proyecto de gran trascendencia y debiera recibir un seguimiento especial. Las pistas de nieve de Riaño supondrían la consolidación del arco Alto Campoo-Manzaneda como destino alternativo a los Pirineos para cientos de miles de esquiadores y, tras ellos, para millones de turistas rurales.

La precariedad de medios de que adolece la Diputación habrá de subsanarse con una gestión cuidadosa, con la búsqueda de colaboración en las comunidades gallega, asturiana y cántabra, y con el compromiso económico de la Junta. También el papel de las corporaciones locales es crucial. El embellecimiento y armonización arquitectónica en los pueblos, la accesibilidad a todos sus recursos visitables, la preservación de productos y usos tradicionales, y la voluntad decidida de colaborar con la Diputación van a marcar el destino de muchas poblaciones norteñas. La Montaña Leonesa tiene en la nieve una oportunidad para evitar su práctica desertización. La implicación y la inteligencia de sus habitantes definirá el incierto futuro que hoy abriga.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Ultimamente no tengo tiempo para comentar nada, pero sigo tus artículos.
Hoy te he visto en La Crónica... os deseo mucha suerte.

Saludos

Cisastur dijo...

Gracias. Creo que saldrá bien porque veo El Mundo con poco contenido local. Los periódicos nacionales en León tienen su mercado, pero es diferente al de los locales.
Por lo demás pienso que el formato es adecuado, moderno y atractivo. La información gráfica es importante para mucha gente.
El tiempo dará y quitará razones.
Gracias otra vez y un saludo.