miércoles, 16 de abril de 2008

León y Valencia

El descanso vacacional suele suponer la realización de viajes y estancias en zonas alejadas que normalmente no frecuentamos. Tal ejercicio tiene un excelente valor terapéutico para el buen juicio, puesto que permite tomar distancia con los acontecimientos locales y valorar los hechos con una perspectiva renovada y más objetiva. Algunos de los aspectos que más beneficiados salen de esa higienización mental son la visión global y el pensamiento estratégico. León, que atraviesa un momento histórico especialmente interesante por los intensos cambios que se están produciendo en su sociedad y en su territorio, es especialmente adecuado para esa reflexión.

Por esta causa merece la pena hacer patente cómo el desarrollo del corredor logístico Oeste-Este de España, el más importante de los que discurren por León (unos 200 kilómetros de longitud en esta Provincia), está experimentando un desarrollo notable. Esa expansión contribuirá a consolidarlo como uno de los pasillos más importantes de la Península. La apertura de la mayor parte de la unión por autovía entre León y Burgos ha hecho ascender sustancialmente el tráfico pesado por esta ruta, que era prácticamente inexistente. Las obras de la autovía Burgos-Logroño, que permitirá distribuir el denso tráfico, y reducir la distancia entre las costas gallega y mediterránea, comenzarán pronto. Sin embargo, la obra de más calado para todo el corredor es la autovía Zaragoza-Teruel-Valencia -en fase de avanzada construcción-, que acercará el mayor puerto de mercancías del Mediterráneo al noroeste español. En un país en el que las distancias se están reduciendo exponencialmente hay que pensar ya en términos peninsulares. Por ello la mayor proximidad a ese gran puerto, que ya utilizan algunas empresas leonesas, es un factor estratégico muy positivo.

En este marco general el papel de los agentes leoneses es decisivo para que León aproveche ciertas ventajas estratégicas que el nuevo escenario proporciona. Así la aceleración de la apertura del demorado CETILE, infraestructura similar a las ya operativas en otros muchos puntos de España, debiera ser una prioridad. El cierre del nudo de autovías de Onzonilla también es un factor clave sobre el que se puede intervenir. Otro que, aunque distante, resulta decisivo es la señalización de los lamentables enlaces entre la León-Burgos y la Autovía de Castilla hasta la ejecución de la obra definitiva entre ambas.

León resulta, merced a sus doscientos kilómetros de trayecto, una pieza clave en dicho corredor logístico, Galicia-Levante. Aprovechar las ventajas de esta posición es un reto que debemos afrontar con inteligencia y eficacia. ¿Tomarán la iniciativa los nuevos gestores públicos para que esta tierra recobre importancia en el nuevo escenario ibérico?

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