martes, 12 de agosto de 2008

La Crisis de Antibióticos

Se ha comentado extensamente la situación de incertidumbre que vive Antibióticos tras el cambio de accionariado que la compañía matriz, Montedison, ha experimentado las últimas emanas. Los sindicatos han dado la voz de alarma ahora, pero se venía sopesando la posibilidad de una venta hace meses. El futuro de Antibióticos en León está ligado a más de un factor y no solo a la construcción de un planta de biosíntesis de vitaminas, Vitatene, como se ha expuesto.
Rememorando, Antibióticos pasó de manos nacionales a italianas tras la venta que Abelló hizo a Ferruzzi hace unos años. A partir de entonces recibió inversiones, pero también pasó por la descapitalización de su cartera de productos, por la minimización de su departamento de investigación y, finalmente, por el derrumbamiento de los precios de los productos cuya producción se había dejado en la planta, lo que llevó a la reciente regulación de empleo. La descapitalización de la cartera se produjo porque los italianos llevaron la producción con más valor añadido a las plantas de su país, trayendo aquí otra de precio mucho menor. La labor de investigación se trasladó a Italia, y nada hubiese quedado si la actuación de los sindicatos no lo hubiese impedido.
Tras la descapitalización productiva e investigadora la planta vio cómo los fabricantes del tercer mundo desencadenaban una caída de los precios de lo que a Antibióticos le habían dejado, productos muy antiguos ya, lo que supuso una situación difícil.
De todo esto cabe sacar algunas enseñanzas. Antibióticos debería escapar de manos italianas, un país en plena decadencia industrial y con una inestabilidad política interna incompatible con la elaboración de planes empresariales de largo alcance. tampoco sería bueno caer en manos de un grupo de inversión, consorcios preocupados más por el beneficio a corto y medio plazo que por la planificación rigurosa del futuro o la sostenibilidad de una fábrica. La opción de inversores industriales norteeuropeos, donde las compras especulativas están peor vistas y la investigación es costumbre, es una de las favorables. La posibilidad de un inversor español no es, como se ha dicho, la mejor opción, salvo que se trate de alguna de las pocas compañías grandes del sector farmacéutico, únicas con capacidad de desarrollo de nuevas moléculas con valor comercial.
Respecto al desmantelamiento de la planta, resulta improbable. La ley obligaría al dueño a realizar un costosísimo proceso de descontaminación del suelo que, sumado al valor intrínseco de la instalación, muy alto en cualquier química, desincentiva esa vía. ¿Sería posible realizar un esfuerzo colectivo para orientar Antibióticos hacia un futuro exitoso?

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