viernes, 1 de agosto de 2008

La Zorra en el Gallinero

En días precedentes hemos tenido la desgracia de ver cómo una empresa desestimaba la candidatura de León para fijar una instalación de componentes aeronáuticos. Las razones para justificar dicha decisión se situaban en dos órdenes: el primero, porque la empresa no resultó adjudicataria de la subcontrata de EADS. El segundo, no menos importante, argumentaba que una fábrica de este tipo ha de levantarse en lugares donde existan talleres y empresas auxiliares con el saber hacer suficiente. Esta afirmación, contrastada con algunas personas ligadas al sector, resulta ser cierta y descalificaba a León de salida. El hecho de que Valladolid, sin tradición fabril aeronáutica, capte a la vez una inversión como la de Aries Complex significa que una enorme presión política y todo tipo de facilidades han hecho reconsiderar la conveniencia de esa ubicación a la empresa. Ni la negociación, ni los incentivos han podido ser los mismos para el proyecto leonés. En ésta, como en otras ocasiones, pero de forma más palpable, se aprecia cómo cualquier inversión externa, captada por autoridades locales o por leoneses, ha de ser puesta en manos de una institución, la Junta, que, si puede actuar con disimulo, se lo lleva al entorno de Valladolid o no apoya adecuadamente. Llevar iniciativas a la Junta es tanto como meter a la zorra en el corral de las gallinas para “protegerlas”. Con aliados como éste ¿quién necesita competidores? Lo que dicha situación plantea, de forma repetitiva, es que este esquema administrativo no funciona para nosotros. Ante eso existen varias posibles posturas. Una, sostenida por una parte del PP y por otra del PSOE, es no hacer nada y asumir una pose de postración. Otra, recogida por otras partes del PP y del PSOE, propone un intento de variar la situación sin cambios en la estructura política, pero dicha tesis está naufragando con estos lamentables episodios. Una tercera, defendida por cierta parte del PSOE y parte, también, de la UPL, sostiene que es necesario crear estructuras administrativas nuevas para León, pero dentro del marco autonómico actual. Por último, está la postura mayoritaria en UPL, la segregación de León en una nueva autonomía. Estos sucesos sólo incentivan a discutir sobre cuál de las dos últimas opciones es más rápida y beneficiosa. Acabamos de perder el medio millón de habitantes y, en estas condiciones, la vida política no está para bromas. ¿Habrá valentía en los partidos grandes para plantear este debate?

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