martes, 26 de agosto de 2008

León a Contraciclo

Se acabó el verano y es hora de hacer balance de las noticias que constituyen lo más sustantivo de este periodo. Mi predilección por aquellas que más impacto económico tienen me lleva a las relativas a las comunicaciones. Así, en primer lugar, supimos que, gracias a varios ayuntamientos gallegos, la ruta Ponferrada-Monforte será una vía rápida de tres carriles, que permitirá alcanzar Galicia desde León en condiciones casi óptimas. En segundo lugar, se abrieron nuevos tramos de la Nacional-VI hasta dejar sólo unos 15 kms en obras. En tercero, se confirma que la vía rápida entre Sahagún y Palencia está en trámite o construcción, según tramos, en toda su longitud. Incluso la circunvalación de Sahagún está ya prevista. Con ello el corredor de Castilla estará más cercano. Por otro lado, el eje transversal marcha viento en popa. La autopista León-Astorga se construye a gran velocidad, lo mismo que la León-Burgos, que se encuentra en obras en todos sus tramos. Las conexiones con Cantabria avanzan también a buen ritmo: en el tramo Torrelavega-Los Corrales se trabaja a dos turnos, en el Aguilar-Reinosa los trámites están muy avanzados y en el Osorno-Aguilar el estudio de impacto ambiental será aprobado pronto. Queda por saber los plazos para la León-Benavente y qué se va a hacer con la León-Braganza en sus distintos segmentos. Vemos, pues, que la deuda de España con León se va cubriendo lentamente, tarde, pero paso a paso. Incluso con cierta urgencia por parte de algunas administraciones. Con ello podemos asegurar ya que León, de la mano de tales infraestructuras, disfrutará de un tirón económico que se empezará a sentir a finales de 2002 y que no sabemos cuánto se prolongará (seguramente tanto como dure nuestra ventaja competitiva como región). Esa coyuntura va a coincidir con un proceso de ralentización económica en el resto de la Península, según apuntan todos los indicadores. León, una vez más, camina a contraciclo. Pensando en los efectos que eso tendrá, se pueden deducir varias tendencias. Podría ser que no podamos aprovechar el tirón en toda su intensidad por la débil actividad del entorno. Por otra parte, se trata de la escusa idónea para que los de siempre argumenten que no es necesario que lleguen más inversiones a León. Un efecto muy positivo será la conexión, por fin, de nuestros procesos económicos con los del resto del país, como le sucedió al conjunto de España con Europa con el ingreso en la Comunidad. Se presenta, en definitiva, un momento histórico vibrante en el que los leoneses, si queremos romper con viejas inercias, tenemos que dar un paso adelante y trabajar por nuestro progreso. Estamos capacitados. ¿Nos falta conciencia para tomar el impulso?

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