sábado, 8 de noviembre de 2008

20.000 Empleos

Comenzó un año más el Curso de Economía Leonesa que coordina el profesor Julio Rodríguez Lago, de la Universidad de León. Cada otoño este ciclo de conferencias se convierte en un aldabonazo para que los leoneses sepamos, de verdad, cuál es la situción de nuestra tierra, transmitiendo una visión objetiva y poco dependiente de las dádivas políticas, cosa, por otra parte, inhabitual en el ámbito de nuestra universidad. Decía Lago en la conferencia de apertura que León ha perdido veinte mil empleos en los últimos diez años. Sin duda el dato resulta estremecedor en una economía provincial que oferta apenas 160.000 puestos de trabajo. Sin embargo, el dato sería tanto menos preocupante cuanto que el resto de España hubiese evolucionado de forma similar. Al menos podríamos recurrir a la socorrida explicación de los ciclos económicos, que a todos afectan.
Quisiera añadir un dato más que pone en entredicho ese argumento: entre 1981 y 1999 sólo seis provincias españolas perdieron población activa ocupada (datos EPA del tercer trimestre). Entre ellas, como se imaginan, está León, pero es que las otras cinco son las vecinas Orense, Lugo, Zamora, Asturias y, más lejana, Pontevedra. En definitiva, todo el noroeste está siendo castigado por una tremenda crisis con pérdida de empleo. ¿Somos más tontos los de las tierras atlánticas? ¿Son más listos los mediterráneos?
Los prefijos “infra” y “super” se vienen añadiendo a la palabra “estructura” para explicar que un sistema económico contiene al menos dos partes: una básica, la infraestructura, que es el conjunto de instalaciones y servicios necesarios para producir otras actividades, la superestructura, basadas en las primeras. Algo tan elemental nos permite advertir que, puesto que el nivel de infraestructuras públicas -única titularidad posible para muchas de ellas- en nuestra tierra es muy inferior al de la media de España y de nuestra Comunidad Autónoma, es muy difícil que podamos crear superestructuras, privadas en gran parte, que oferten nuevo empleo. Como ese desfase es cada vez mayor, la destrucción de empleo continuará, salvo que alguien empiece a paliar el enorme déficit que León y todo el noroeste interior arrastran en autovías, ferrocarriles, aeropuertos, hospitales, dotaciones educativas, atención geriátrica, redes de fibra óptica, telefonía inalámbrica, protección del patrimonio, museos, suelo industrial equipado, instalaciones deportivas, medicina ambulatoria, etc. Por lo tanto tiendo a pensar que no es que seamos más tontos; si no crecemos es porque quienes tienen la responsabilidad de invertir equilibradamente los fondos públicos no lo hacen, y, además, se vienen equivocando hace mucho. ¿Qué sugieren que hagamos?

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