miércoles, 12 de noviembre de 2008

León, Crisis, Psicología y Empleo (I)

Se escuchan numerosas afirmaciones acerca de los efectos de la crisis sobre el empleo. Frecuentemente se basan en repetir lo que otros dicen, sin atender a las cifras disponibles. Esto amplifica la oleada de derrotismo –porque ahora toca desánimo-, al contrario que antes, que por idénticas causas desencadenaba el júbilo. Sin embargo gran parte de estas ondas de la psicología colectiva carecen de una base económica consistente. Ni siquiera son diferentes los comentarios sobre León, que muestra una trayectoria singular.
En primer lugar se debe distinguir lo que son datos confirmados, como la Encuesta de Población Activa (EPA), los cotizantes de la Seguridad Social (SS) o la inscripción en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (INEM), de las estimaciones aportadas por diversos organismos, que son especulaciones. Así lo demuestra la continua corrección de éstas, lo que pone de manifiesto su escasa fiabilidad en la actual coyuntura.
Lo que traslucen las cifras del INEM es que el paro sube notablemente en España, pero eso no supone que se haya destruido mucho empleo. Sólo confirma que continúa incorporándose un alto número de nuevos demandantes. En realidad en el último año –de octubre a octubre- se han perdido 270.000 cotizantes a la SS, una cifra moderada e inferior al más de medio millón que se incorporaron cada año de los últimos 10. Por lo tanto, hasta ahora la destrucción de empleo es dolorosa, sí, pero no muy acusada.

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