domingo, 16 de noviembre de 2008

El Hipermercado como Factor de Progreso

La Bañeza asiste a un debate sin tregua. Existe la posibilidad de que una gran superficie comercial se asiente en la ciudad. La ciudadanía se ha dividido entre los que opinan que se debe impedir su implantación y los que piensan todo lo contrario. Sin embargo, parece que es mucha la gente que no ha percibido el auténtico calado de una decisión como ésta. Del resultado de ese debate depende el futuro de La Bañeza en mucha más medida de lo que pudiera pensarse. Veamos lo que implica cada una de las opciones.
Si triunfa la tendencia que se opone a la llegada del hipermercado se sentará un precedente que será visto por otras empresas comerciales, de este ramo y de otros, como un condicionante negativo para la ubicación de sus centros en La Bañeza. Si se rehusa a Eroski, será difícil que puedan recibirse propuestas de Decathlon, Leroy Merlin, etc, que verán en ese rechazo un motivo para descartar la ciudad como objetivo de su expansión, a fin de no malgastar su tiempo y sus esfuerzos. En cambio, si se acepta el centro comercial dentro del municipio, hay muchas posibilidades de que, tras él, lleguen otros establecimientos.
Si, como parece, la empresa inversora tiene decidido implantarse en la zona, aunque no lo haga en La Bañeza, lo hará en otro lugar cercano. Esta primera superficie puede ser, por tanto, el inicio de un polo de atracción de otras empresas comerciales. En definitiva, lo que se decide es si La Bañeza acepta o no ser el futuro centro comercial de esta zona de las Provincias de León y de Zamora, o bien, si ese centro se consolida en Astorga, Benavides de Órbigo o, quizás, Riego de la Vega o Requejo de la Vega. ¿Qué argumentos hay a favor y en contra?
En contra se está argumentando que las grandes superficies destruyen empleo, cosa que es cierto, pero en menor medida de lo que se dice, como se ha podido comprobar en León y en Ponferrada. También se expone que el comercio local sufrirá un duro golpe. Indudablemente las tiendas más antiguas y menos evolucionadas, las que más caro venden y que menos valor aportan al comprador, sufrirán y puede que desaparezcan. Sin embargo, cabe preguntarse por qué los titulares de estos negocios no los hacen evolucionar, invierten en ellos y modifican planteamientos caducos que, en algún caso, proceden de sus padres y abuelos. El mercado cambia ¿por qué no progresan esos negocios en la misma medida?
A favor existen razones comerciales y no comerciales. Entre ellas está la mejora de este sector empresarial de La Bañeza. La competencia es buena y un empujón obligará a todos los emprendedores locales a mejorar, beneficiando a los consumidores. Además, contribuirá a fijar las compras de la población beduniense y de las comarcas contiguas en La Bañeza, algo que hoy no sucede. Por ello se producirá una compensación de la pérdida de puestos de trabajo, que puede llegar a significar un crecimiento neto de la población activa ocupada. Por otra parte, se evita que otro centro urbano se convierta en el área comercial de la zona centro de León, lo que supondría el final de gran parte del comercio de la ciudad. La fijación de las grandes cadenas en La Bañeza convertiría la urbe en posible referencia para el resto de inversores, que buscan asentamientos con un mínimo de servicios para sus empleados y directivos. En otras palabras, si se permite la fijación de esa gran superficie la ciudad asistiría a un aumento del volumen de compras realizadas en la misma. El comercio anticuado está en vía muerta en cualquier caso porque, si Eroski viene, no resistirán la competencia, y, si se va, tampoco, ya que el volumen de las ventas comerciales en La Bañeza descenderá.
Los establecimientos que se oponen a la implantación de la Cooperativa Mondragón proponen el sacrificio de toda la ciudad y de su futuro en aras de mantener una posición privilegiada y cómoda, es decir, convierten su problema en el de toda la ciudad. No es de recibo una posición tan sumamente egoísta e insolidaria. León, Ponferrada y Palencia están llenas de tiendas que, no sólo resistieron el empuje de las grandes superficies, sino que, además, se ganan muy bien el sustento. Sería lícito pedir al Ayuntamiento, al hilo del advenimiento del supermercado, acciones de formación para titulares de estos negocios, con el fin de adaptar sus conocimientos a los nuevos tiempos. Más esfuerzo para proteger a ciertos grupos de capital privado entra dentro del campo del abuso.
Los anaqueles llenos de polvo, la atención displicente, los proyectos sin ambición, los empresarios sin preocupación por la formación y la asociación, y la ausencia de inversiones y renovación durante años se contraponen con los negocios prósperos. La llegada de mastodontes comerciales no es un trance fácil para nadie en el sector, pero la suerte de los comercios depende más de las capacidades de sus dueños que de las calamidades que la competencia traiga. Hay otra posibilidad: si no se está dispuesto a ser empresario, con todo lo que supone en cuanto a sacrificio, se puede ser empleado. No es una ironía, es una apreciación objetiva y, aunque dura, realista. Por otra parte, sobrevivir como comerciante no es tan difícil. Los genios no abundan en ninguna parte y en todas hay muchos comercios.
La modernidad ha llegado. La Bañeza no puede esperar. Si los bañezanos desean un futuro próspero para su ciudad deben abrir ésta a lo nuevo, a lo que ya llegó a ciudades más grandes. Habrá cosas mejores y peores, pero todo va en el mismo lote. La concentración urbana es cada vez mayor y los núcleos destinados a crecer son cada vez menos porque no hay población para todos. Oponerse a las tendencias actuales es matar el futuro y acabar con la ambición de crecimiento de esta ciudad. Miremos a Tábara, a Medina de Rioseco, a Boñar, a Lerma. Todas fueron grandes poblaciones. Algunas conservan restos de su pasado esplendor. La Bañeza puede imitar el modelo de Benavente o el de estas poblaciones, pero con plena conciencia de que son planteamientos con resultados contrapuestos. A la vista está.
En manos de los ciudadanos queda ahora, por tanto, un paso fundamental: la fijación de un inversor exterior en la ciudad. ¿Qué podría venir de la mano del hiper? Sólo si viene sabremos la respuesta. Con iniciativas de este tipo, acceso a nuevos directivos y empresas foráneas, y un equipo municipal habilidoso ¿qué no podría conseguir La Bañeza?

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