miércoles, 30 de abril de 2008

El Factor Cascos

Es común que muchos políticos se apunten los triunfos que supone la inauguración de alguna nueva infraestructura en León como propios. Una mayoría desea aparecer como actor principal del desarrollo de esta Provincia, pese a que a los leoneses nos consta la pasividad de la mayoría de ellos en la práctica. La Región Leonesa está viviendo un cambio esencial en sus infraestructuras, pero, en realidad, son pocos los nombres sobre los que reposa el mérito de este logro. Un pequeño ramillete de políticos comprometidos del PP, y la UPL, que presiona constantemente a los dirigentes con denuncias y preguntas, son los auténticos protagonistas que han propiciado nuestra reincorporación al mapa del desarrollo.

Sin embargo, eso no serviría de nada si no hubiese una predisposición positiva, cuando no apoyo explícito, en el Ministerio de Fomento. Tenemos la experiencia reciente del primer ministro del PP, Arias Salgado, más preocupado por la nueva pista de Barajas, por la negociación del trazado del AVE en Cataluña, o por la conclusión de la Autovía de Levante que por dar un impulso decidido a las infraestructuras del Noroeste. La llegada a esa cartera de Alvarez Cascos ha supuesto una revisión de las prioridades. Baste con decir que la comunidad autónoma que más fondos recibió el año pasado de ese Ministerio fue Asturias. Además, el próximo año el Noroeste recibirá el 33% de la inversión total de esa casa. Por ello hay que afirmar sin remedos que nos interesa la continuidad de este titular en el Ministerio. Con este hombre se puede hablar de la necesaria conexión por vía rápida de La Bañeza con Braganza, o de la autovía Ponferrada-Monforte con la seguridad de que las propuestas, al menos, serán sopesadas.

Desde otro punto de vista, este cúmulo de circunstancias viene a confirmar que no es el partido que gane las elecciones quien marca la atención del Estado a una zona, sino las querencias de los titulares de ciertos ministerios. Es fácil comprender lo que supuso Felipe González para el despegue económico de Andalucía mediante la construcción del AVE y de la temprana malla andaluza de autovías. Otro tanto se puede decir de Borrell y su compromiso con la costa mediterránea, que hoy vive un crecimiento desbocado apoyada en la Autopista del Mediterráneo y el tren de velocidad alta “Alaris”, fruto, en buena medida, de las gestiones de aquel responsable.

En definitiva, nadie como Cascos ha propiciado la recuperación económica y demográfica del noroeste. Para los ciudadanos de la Provincia de León, que han visto cómo en una legislatura se ha resuelto un aislamiento prolongado, Cascos, a pesar de su proverbial imagen de político incendiario, merece un recuerdo al margen de su militancia política. ¿Habrá grandeza en sus oponentes como para reconocer ese mérito?

lunes, 28 de abril de 2008

El "Gran León"

Uno de los aspectos en los que la nueva situación política, tras las elecciones del 25 de Mayo, puede resultar beneficiosa es la resolución conjunta de problemas entre León y su alfoz. El gobierno de coalición PSOE-UPL de la capìtal no debería desaprovechar la oportunidad de explotar lo que podria ser su principal legado político en esta legislatura. El “Gran León” se encuentra ahora unido por la sintonía política como nunca anteriormente. A la coalición capitalina le encaja bien el gobierno socialista de San Andrés del Rabanedo y el de Villaturiel. Los municipios leonesistas de Valverde de la Virgen, Villaquilambre y Sariegos completarían el favorable panorama. Los grupos municipales de los tres municipios restantes, Onzonilla, Santovenia de la Valdoncina y Valdefresno, deberían evaluar la conveniencia de hacer un esfuerzo de acercamiento al núcleo, ya citado, de los seis ayuntamientos que forman el grueso de la conurbación leonesa.

Es mucho y muy importante lo que queda por hacer en el espacio periurbano. Mejorar la conexión interna de los dos fascículos en que se divide el área metropolitana, separados por el río Bernesga y la línea de ferrocarril, sería un primer paso. En este campo el Plan General de Ordenación Urbana de León aporta poco. La revisión que ha prometido el nuevo concejal de urbanismo legionense debería resolver el déficit de interconexiones entre ambas orillas. Un viaducto como prolongación de la calle Lancia hasta los aledaños de la Azucarera Santa Elvira y otro desde la antigua cárcel hasta los alrededores de Vitatene podrían contribuir al desarrollo de una solución parcial.

La apertura de una conexión entre la rotonda de San Juan de Dios y el Ayuntamiento de San Andrés es otra de las soluciones más demandadas. Asimismo, una nueva entrada hacia la Ronda Este, entre Villaobispo y Navatejera, facilitaría la descongestión del creciente tráfico en estas zonas. También la rentabilización de la rotonda de los hospitales, mediante una nueva conexión con Navatejera y Villaquilambre, sería un factor de cohesión positivo para el área metropolitana.

Otro aspecto importante es la interconexión de los núcleos periféricos de la conurbación sin pasar por la capital. Así, por ejemplo, Valverde debería crear, de acuerdo con San Andrés, un nuevo nexo entre La Virgen del Camino y la zona de las piscinas de Trobajo del Camino.

En definitiva, son muchos los proyectos que se podrían llevar a cabo en este y otros campos. Se trata de actuaciones necesarias que otros gobiernos no habían abordado aún. Las nuevas corporaciones tienen la oportunidad de forjar la estructura del “Gran León”, una labor pendiente e indispensable. ¿Habrá visión global para acometer un proyecto tan ambicioso, apasionante y necesario?

Economías Autonómicas

Son muchas las ocasiones en que se hace referencia al crecimiento económico de Castilla y León. Se suele utilizar datos estadísticos absolutos, sin hacer constar las posibles comparaciones con otras zonas del Estado. Los juicios de valor así emitidos merecen una atención escasa, ya que un aumento anual del PIB del 3% -a priori un buen dato- es una mala noticia si los otros territorios autonómicos crecen al 4%, porque supondría un retraso respecto al resto de España.

En esta línea argumental acaban de hacerse públicos los datos de la Contabilidad Regional de España por el Instituto Nacional de Estadística. La nota de prensa, disponible en internet, no puede ser más esclarecedora en su exposición. Los datos acumulados entre 1995 y 2002 permiten afirmar que España sumó un crecimiento del 26,4% (base 1995). Castilla y León fue la penúltima comunidad en esta tabla con un 18,5%. Sólo Asturias creció menos: el 16,8%. Por esta razón la Junta de Castilla y León debiera hacer una corrección en sus líneas centrales de actuación, puesto que, a juzgar por los resultados, parecen abiertamente inadecuadas.

Destaca en el opúsculo cómo unas autonomías ganan peso en el conjunto de España (Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía, Madrid, Navarra, Canarias, Cantabria y Extremadura fundamentalmente), mientras otras sufren una pérdida de relevancia continuada (Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón, Galicia, Castilla y León, y Asturias). A esta divergencia se añade que son algunas de las comunidades más ricas las que más crecen, mientras que algunas de las más pobres (Galicia, Castilla y León, y Castilla-La Mancha) son las que menos.

Otro dato aportado por el estudio viene a mostrar que el poder adquisitivo, comparado con la media europea de los quince, ha mejorado en todos los territorios autonómicos entre 1995 y 2002. Sin embargo, Castilla y León, Canarias, Asturias, Castilla-La Mancha y Galicia son los que menos han mejorado en este índice. Por ello sería conveniente revisar si los mecanismos de redistribución de recursos del Estado están funcionando adecuadamente. En el caso de esta autonomía la situación es aún más grave, puesto que no sólo somos relativamente más pobres, sino que además perdemos más población que ninguna otra comunidad.

En resumen, ni crece nuestro PIB colectivo lo suficiente, ni nuestro poder de compra individual mejora al mismo ritmo que la media estatal. Es evidente que se hace necesario una aguda autocrítica y la consecuente revisión de la política autonómica. En este marco las acusaciones de victimismo al uso parecen un producto de la ceguera de quien está a la defensiva. ¿Tendrá el nuevo equipo de gobierno de la Junta la voluntad de encontrar un nuevo camino para la gestión autonómica?

domingo, 27 de abril de 2008

León y las Grandes Ciudades

Recientemente ha finalizado la discusión sobre la Ley de Grandes Ciudades, con la aprobación de un proyecto de ley en el Consejo de Ministros. La primera intención de los redactores iba en pos de adecuar las herramientas de gestión municipal para que ayudasen más a resolver los problemas específicos derivados del tamaño de las grandes urbes. Por esta razón sólo estaban afectadas alrededor de diez ciudades. Tras una negociación laboriosa del gobierno con los partidos del Congreso, ha visto la luz el proyecto de ley con algunas modificaciones. Entre ellas aparece una ampliación del número de ciudades consideradas, integrando a algunas que, a pesar de no alcanzar la cifra censal prevista, muestran una proyección notable gracias a la presencia de sedes autonómicas.

La estratificación realizada para alcanzar el acuerdo viene a establecer en qué “división” juega cada ciudad en la “liga” de la geoestrategia española. Existen dos ciudades de “primera división”: obviamente son Madrid y Barcelona. En “segunda A” estarían aquellas que, por sus características, pasaron el “corte” sin la ayuda de la negociación gubernamental con los partidos. Aquí encontraríamos a Málaga, Zaragoza o Valladolid, por ejemplo. En “segunda B” estarían los repescados, ciudades sin la dimensión adecuada, pero con sedes autonómicas, como Logroño, Santander o Pamplona.

Queda así un grupo amplio de capitales de provincia, que podríamos subdividir entre las que superan los cien mil habitantes (San Sebastián, Orense, Tarragona, Lleida, Castellón, Burgos, Salamanca, León, Badajoz, Huelva, Cádiz, Jaen y Almería) y las que no llegan. Las primeras formarían esa “tercera división” virtual, a la que se ha tranquilizado con la promesa de estudiar cada caso. Las capitales menores de cien mil habitantes, que jugarían en “regional” en esta pretendida “liga de la geoestrategia”, quedarían fuera de toda posible negociación.

Lo más sustantivo de este escalafón es que debería servir para situar a muchos leoneses en la realidad de este momento. Es frecuente oir hablar de León como aquella ciudad que fue en los primeros ochenta: prometedora y susceptible de ser situada en el PDI del 93 -redactado con datos de años precedentes- como una de las veintisiete principales áreas urbanas españolas. Ese tiempo pasó y, si queremos trazar objetivos ambiciosos pero razonables, hemos de ser conscientes de esta pérdida de relevancia. Trazar un futuro mejor exige un sentido de la realidad del que algunas personas, cuando reclamaban la inclusión de León en el grupo de grandes ciudades, no han hecho gala. Es hora de recapitular lo que han supuesto los últimos años y madurar lo que se debe hacer a partir de ahora. ¿Sería la realización de un plan estratégico el útil más adecuado para esta reflexión?

sábado, 26 de abril de 2008

Relevo en el Aeropuerto

El quince de Julio tenía lugar la firma del contrato que permitirá en las próximas semanas que León disponga de conexión aérea directa con ocho ciudades españolas, seis más que hasta ahora. Este paso supondrá un aumento notable del número de pasajeros en el Aeródromo de La Virgen del Camino. La noticia ha de ser recogida con júbilo por todos los leoneses por lo que supone en términos de desarrollo, de proyección económica, y de relevancia de la ciudad y la provincia en el entorno nacional. Todos nuestros polígonos industriales y ciudades principales están a menos de una hora del aeropuerto, lo que les convierte en potenciales receptores de inversiones y personas de cualquier lugar del mundo.

Sin embargo esta primera valoración no debe quedar como única. Aún queda mucho por hacer para que nuestro aeródromo civil alcance un ritmo de crecimiento adecuado. El consorcio institucional liderado por Martínez Majo ha hecho un buen trabajo en la parte que le corresponde. Es ahora Julio Estévez, director de la instalación, la pieza fundamental que ha de actuar como facilitador de ese ansiado desarrollo. El anterior director, Nadal, dejó el listón muy alto y Estévez tendrá que esmerarse para garantizar una línea ascendente en la actividad de la instalación. La agilización de las obras de alargamiento y ensanchamiento de la pista, la ejecución de las marcas de pista, la instalación de luces de aproximación o el establecimiento del sistema de aproximación instrumental ILS son aspectos en los que el papel desempeñado por el director del aeropuerto es crucial.

Otras cuestiones a las que hasta ahora se ha dado menos relevancia también deberían ser tenidas en cuenta desde este momento. El aspecto de los accesos al aeropuerto, rodeados de maleza, deja mucho que desear. Una llamada a las autoridades competentes para lograr su adecentamiento sería muy positiva. La sustitución de la manga de viento destrozada, en la zona del aeropuerto civil, sería también una medida inteligente para mejorar la imagen de la instalación. La realización de movimientos para incluir las rutas de aproximación al aeropuerto en toda la cartografía aérea, cosa que hoy no sucede, también es una gestión en la que el director del aeropuerto tiene mucho que decir.

Julio Estévez tiene ante sí la posibilidad de desarrollar un interesante proyecto, que dejaría una fértil huella en el recuerdo de todos. En cualquier caso, concluida la fase en la que la actuación del Consorcio del Aeropuerto de León era crítica, es la dirección del aeropuerto quien ha recibido el relevo. La importante labor pendiente queda en manos de un equipo de profesionales del campo aeronáutico. Es necesario transmitirles que en pocas ocasiones una institución ha podido contar con tanto apoyo de la sociedad leonesa.

viernes, 25 de abril de 2008

Nuevo Museo Etnográfico

Hace varias semanas se ha inaugurado el Museo Etnográfico Provincial de León, en Mansilla de las Mulas. Se ubica en un edificio nuevo levantado sobre solares de un antiguo convento agustino. Esto ha permitido integrar en su estructura elementos recuperados de aquella fundación.

Así, encontramos el espacio de la iglesia -perfecto como auditorio-, una capilla lateral -ideal para actos de presentación-, o fragmentos de suelo con adoquinados y enchinarrados en la planta baja. Todo ello se combina con el exterior innovador, pues una fachada y el patio simulan labores de cestería. En resumen, la nueva construcción, siendo funcional, está impregnada de atractivo.

Los contenidos del museo destacan por su calidad, algo previsible en una provincia riquísima en la vertiente etnográfica. Sin embargo se ha compatibilizado con una amplitud de exposición comedida, lo que reviste su visita de agilidad, colorido, interés y amenidad. Eso explica el éxito que lo ha convertido en destino recomendado para leoneses y foráneos que quieran conocerlos mejor.

En contraste es necesario citar algunos aspectos que debieran ser mejorados para elevar aún más el nivel del museo. Uno es su insuficiente señalización dentro del casco urbano de Mansilla. Otro es la recomendable preparación de una zona próxima de aparcamiento. Mejorar la iluminación en pasillos y escaleras estaría indicado para evitar accidentes que, de lo contrario, llegarán. También se podría aumentar la iluminación de algunas piezas. Por último, hay que alarmar por la aparición de humedades en la base de los muros, recubierta de hormigón, lo que impide respirar el subsuelo con nefastas consecuencias.

miércoles, 23 de abril de 2008

Patrimonio Ponferradino

Nadie puede dudar que la ciudad de Ponferrada ha sufrido un cambio radical en los últimos diez años. Este núcleo, que al principìo de los años noventa no pasaba de ser un poblachón de aspecto bastante descuidado, ha pasado a estructurarse como un conjunto de áreas de diferente categoría y especialización. De la falta de un centro urbano evidente y la ausencia de una jerarquía de barrios hemos pasado a un modelo organizado, que ha sido rematado con jardines y áreas de paseo amenizadas con vegetación y atractivo mobiliario urbano. Las zonas peatonales han sacado a la calle un número de paseantes desconocido en aquella Ponferrada rural de hace decenio y medio. Las dotaciones comerciales, sanitarias, educativas, culturales o deportivas son incluso superiores a las de algunas capitales de provincia de tamaño similar. Sin embargo aún queda por aprovechar recursos que, a la vista de los ponferradinos, carecen de valor aparente, pero que pueden ser cruciales si se pretende sentar las bases para lograr la ciudad de referencia en los accesos a Galicia que todos queremos.

En una urbe que ha cubierto la mayoría de las necesidades más elementales de la población de manera satisfactoria –aunque todo pueda ser mejorable- se necesita potenciar un aspecto que marca la diferencia entre ciudades modernas: el patrimonio arquitectónico. De no ser así el conjunto urbano puede ser percibido como un lugar sin personalidad ni atractivo.

En este aspecto se ha hecho énfasis en la recuperación del Castillo, directriz muy acertada por cuanto pocas ciudades cuentan con un baluarte de esas dimensiones y características en el casco urbano. También la recuperación de la Calle del Reloj, una de las más nobles de la trama peatonalizada, ha sido un acierto. Sin embargo, cuando se pasea por la ciudad se echa en falta el cuidado de la arquitectura popular. Sin duda muchos bercianos están acostumbrados a ver las sencillas casas de una planta con corredor volado sobre la calle. Esa rutina provoca que no se reivindique dicho tipo de construcción, pese a ser absolutamente peculiar en España. El casco ponferradino cuenta con hermosos ejemplares, como los de la calle de las Carnicerías, que podrían formar un conjunto de gran singularidad. Estas viviendas, ubicadas predominantemente en asentamientos rurales, están desapareciendo rápidamente por la falta de recursos y de estima de particulares e instituciones públicas hacia ellas. Un conjunto urbano de las mismas puede llegar a constituir una muestra de patrimonio popular insólita a los ojos de propios y, sobre todo, de extraños. Conseguir el reconocimiento institucional del valor monumental de estas tipologías arquitectónicas podría ser un primer paso para que este recurso pase a ser un atractivo de gran valor.

martes, 22 de abril de 2008

Relevo Generacional

Una vez concluida la etapa de nombramiento de altos cargos en la política leonesa podemos concluir que se ha producido un cambio importante. Acabamos de asistir a la entrega de los poderes de Delegado Territorial a Eduardo Fernández, un hombre de menos de cuarenta años, que viene a sustituir a Luis Aznar, de más de cincuenta. Al frente de la Diputación leonesa se ha situado Javier García Prieto, persona en la década de los cuarenta, tras la salida de José Antonio Díez, cercano a los sesenta años. El nuevo segundo de la Excelentísima, Juan Martínez Majo, no llega a cuarenta, cuando el anterior, Ferrero, comparte generación con Díez. El afianzamiento de Carlos López Riesco en Ponferrada, que no llega a los cuarenta años, acompañado de un joven equipo, tras la caída de Ismael Álvarez -de una generación anterior- y la entrada de Francisco Fernández en León -en el segmento de edad de García Prieto- y un equipo joven y renovado, con una media de unos cuarenta años, completa un panorama sorprendente visto en estos términos. Recordemos que el grupo liderado por Alejo era notablemente más mayor, como el de Amilivia. Se especula, incluso, con la sucesión de Rodríguez de Francisco en la UPL, con más de cincuenta años de edad -cuestión que se dirimirá de aquí a las generales- tras el correctivo que recibió en las elecciones municipales de León ciudad. Para relevarle se cuenta con Chamorro, Otero o Rubinat entre otros, todos ellos en torno a los cuarenta años de edad.
Así pues, estas elecciones pueden ser recordadas como las del cambio generacional en la política leonesa. Dicha sustitución hace presumir una mejoría de las relaciones de León con Valladolid en el ámbito institucional. Habrá nuevas dinámicas beneficiosas para todos en las relaciones formales (jerárquicas) e informales entre responsables de diversa índole porque la disposición de las personas también está renovada.
Por otra parte, esta tierra reclamaba un cambio generacional. La ascendente inoperatividad de la Diputación, el agotamiento de ideas en el Ayuntamiento capitalino -tras un arranque, eso sí, brillante-, la desconexión creciente con los centros de decisión autonómica en la Delegación Territorial y la desautorización moral en la municipalidad ponferradina van a solventarse con una dosis de juventud.
León afronta nuevos retos tras entrar lentamente en un ciclo económico expansivo. Se necesitan nuevas perspectivas para un tiempo nuevo. Estas dos jóvenes generaciones de políticos – la de los cuarenta años, y la de los treinta, cuya entrada aún se habrá de completar- deberán demostrar si van a volar a más altura que sus, en conjunto, modestos predecesores. ¿Aprovecharán estos jóvenes las oportunidades que a León se le presentan en el nuevo ciclo económico?

Selmo: Belleza Olvidada

Una de las ventajas que reporta a los leoneses la ejecución de la malla básica de autovías es facilitar el acceso a y desde las distintas zonas de nuestra tierra. Esfuerzos como el de viajar de parte a parte de la Provincia, antes inasumible en un día normal de ocio, hoy pueden resultar placenteros. Mucho más si tenemos en cuenta que la mayoría de nuestros paisanos vive en las zonas más centradas: entre Villafranca y Mansilla de las Mulas. Esto tiene dos efectos sobre el territorio: uno, que zonas antaño marginales por su lejanía hoy resultan próximas; otro, que estas zonas, antes recónditas, si son bien dotadas, pierden o atenúan el carácter de desconocidas y ganan en atractivo para el turismo.

Una de estas áreas, quizá la más aislada, es el valle del río Selmo. En él se encuentran los ayuntamientos de Oencia y Sobrado. Lo remoto de su situación no ha sido resuelto del todo, por lo que es necesario que las autoridades pongan su atención en este asunto. Así el acceso a Oencia, cabeza municipal, es, sin duda, el peor de cuantos se hallan en esta Provincia. El desvío que da acceso al valle desde la Nacional 120 es una vergüenza, sin paliativos, algo inadmisible en una provincia que se jacta de atesorar los mayores atractivos para el turismo de interior. La carretera que corre paralela al curso del Selmo necesita, además, una mejora sustancial.

Por otra parte han empezado a proliferar las canteras. Sería conveniente que los responsables estrechasen la vigilancia sobre dichas explotaciones y que se negociasen contrapartidas con las empresas que operan en las laderas de este paradisíaco entorno.

Sin embargo la belleza de sus paisajes es difícilmente igualable. Para aquellos que aún no imaginan de qué hablo explicaré que allí se ven profundas gargantas, vegetación profusa, castaños gigantescos, ejemplares de nuestra arquitectura popular extraordinarios, conjuntos arquitectónicos como sólo allí perviven, fuentes cristalinas, y gente humilde y hospitalaria.

Las posibilidades de la cuenca del Selmo son muchas actualmente, pero pueden ser menos mañana. Lo que se podría llegar a conseguir está a la vista. En la cabecera del río, dos pueblos, curiosamente en la vecina provincia de Lugo, nos muestran un espacio rural recuperado para el turismo con acierto y respeto a lo autóctono. A Seara y Ferramulín son los referentes que muestran el camino hacia el que el resto de la vega del Selmo debería encaminarse. El contraste de ambas poblaciones con sus vecinas de León es tan grande que no vale la pena entrar en detalles. El Selmo, en definitiva, merece atención y mandatarios que estén a la altura de las nuevas circunstancias. ¿Aprovecharán las autoridades las nuevas comunicaciones para mostrar y dar valor a este bellísimo y olvidado espacio?

domingo, 20 de abril de 2008

El Plan de Cabeceras

En un reciente viaje por la hermana tierra de Tras Os Montes nos causó asombro el desarrollo que han alcanzado las cabeceras más importantes de la zona. Vila Flor, con su auditorio, su museo y su oficina de turismo nos sorprendió. Mogadouro, antes un poblachón destartalado, luce su nueva circunvalación desde la que se divisa el castillo y la iglesia en un casco urbano de crecimiento vigoroso. Sendim, Miranda do Douro, Macedo de Cavalheiros o Vinhais no se han quedado atrás. Me preguntaba mi compañero de viaje qué cabecera de comarca leonesa podría citar con un desarrollo similar en los últimos años. Sólo Valencia de Don Juan y, quizás, Cacabelos –ya que considero Ponferrada más que una mera cabecera comarcal- me vinieron a la cabeza. El resto o se ha mantenido o se ha depauperado.

Tal constatación habría de remover las conciencias, ya que sólo con una red de cabeceras atractivas y bien dotadas se podrá sostener, al menos en parte, la población provincial. La gente joven, si se ve privada de servicios termina marchando hacia lugares que los ofrezcan. Dado que León cuenta con un espacio extremadamente comarcalizado y con un buen número de pequeñas ciudades intermedias, las cabeceras, la potenciación de las mismas debiera ser una prioridad. Mucho más porque, tras la nefasta gestión de algunos alcaldes, el debilitamiento de algunos de estos núcleos ha sido extremo.

La Diputación dispone de la capacidad para llegar a esta red de centros con el fin de afianzarlos y potenciarlos. Las posibilidades de acción son muchas. Se podría ejecutar un plan genérico de cabeceras con el conjunto de prioridades que son extensivas a cualquiera de ellas: la creación de un centro urbano, la concentración de servicios en ese centro, el embellecimiento de la población, la conexión con la red principal de comunicaciones, la ejecución de circunvalaciones, la dotación de un “stock” mínimo de servicios, la señalización de la población en carreteras y mapas, y la realización de un inventario de recursos de sus zonas de influencia para ponerlos en valor y publicitarlos asociados al nombre de la cabecera son algunas de las muchas actuaciones necesarias. Aparte de esto cada núcleo debería procurarse unas acciones especiales adecuadas a sus peculiaridades. Uno de los papeles de la Diputación podría ser el de seleccionar los centros por criterios de población y/o potencial centralidad en su zona. Además debería aportar un asesoramiento que, en unas corporaciones muy descapitalizadas intelectualmente -en términos generales-, puede ser incluso más importante que la cofinanciación de obras; cofinanciación que también resulta imprescindible.

León atraviesa un momento clave para aprovechar su red de ciudades intermedias ¿Tendremos la clarividencia para aprovecharlo?

sábado, 19 de abril de 2008

La Cultura Tradicional

Es en estos días del estío cuando nuestra Provincia recibe más turistas. Se trata de una oleada de gente que viene para ver aquello que les resulte más bello, más exótico o más curioso. Paradójicamente para algunos, cuanto más modernizada, impersonal o modificada desde su origen esté una zona menos atractiva resulta para el visitante. También pierde encanto para aquellos que, tras una obligada emigración, vuelven cada verano a su pueblo. Es aquello que más nos caracteriza -la suma de elementos que convivieron con nosotros durante siglos- lo que más aprecia el visitante foráneo y el que regresa. La tradición adquiere así un valor que va más allá de lo folklórico, de lo museístico o del artificio para las fiestas del pueblo. La cultura tradicional ha alcanzado el carácter de recurso económico, de elemento de poderosa atracción, de ventaja competitiva respecto a otros destinos menos singularizados.

A esta argumentación suele contraponerse la de los que dicen que es imposible seguir habitando casas de vieja hechura y mala habitabilidad. También se argumenta que la recuperación de los elementos más atávicos es un teatro, una farsa, un baile de disfraces. Además, se añade, muchos de los objetos, aperos, etc, han perdido toda su utilidad y sentido. ¿Por qué, entonces, recuperarlos?

Evidentemente habitar casas insufribles para que vengan los turistas es una idea peregrina. Sin embargo, recuperar elementos arquitectónicos como los balcones volados sobre la calle, la cara vista simulando mampostería, los rebocos en barro, los colores cálidos de la tierra, el uso de pizarra, los enlosados en el suelo y otros numerosos detalles es fácilmente asumible en una casa de arquitectura y distribución modernas. La personalidad de los hogares que integran detalles de la construcción tradicional es muy acusada y crecientemente apreciada. Buen ejemplo de ello son las tipologías que se desarrollan actualmente en Cantabria para construir chalets.

La denominación de “disfraz” para la recuperación del vestido y las celebraciones tradicionales es tan acertada como lo sería para la compostura de las jóvenes tribus urbanas, la peculiar moda de llevar calzado náutico en León o la incorporación de anillos perforantes en el rostro. “Disfraz” se le puede llamar a muchas cosas, pero con diferente valor. A la que se hace mención en esta columna constituye la reivindicación de la personalidad cultural.

Por último, la recuperación de instrumentos y utillaje tradicional cobraría mucho más sentido en entornos de construcciones más caracterizadas. Luce desencajado un carro chillón anejo a una edificación inclasificable, pero no al lado de una con rasgos tradicionales. ¿Veremos reflejarse pronto la autoestima colectiva en la reutilización de nuestra cultura tradicional?

viernes, 18 de abril de 2008

Nuevo Plan en Valladolid

La pasada semana se presentaba el proyecto “Valladolid Siglo XXI”, realizado por una consultoría, en esa ciudad. Se trata de un estudio abanderado por la Cámara de Comercio, la Asociación Vallisoletana de Comercio (AVADECO) y la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid (FECOSVA). El informe propone impulsar la relevancia de la ciudad a todos los niveles. Para ello reclama la implicación de sus fuerzas vivas en la redacción y ejecución de un plan estratégico con horizonte en 2016.

El plan diseñaría un modelo de ciudad, y marcaría las acciones y plazos necesarios para que Valladolid alcanzase la condición de ciudad de referencia en el noroeste español. En otras palabras, daría continuidad al primer plan estratégico, que vio la luz en 1995. En él ya se marcaba el objetivo de convertir la ciudad en el centro del noroeste español. Las causas de su fracaso no han sido analizadas suficientemente

Como se comprueba, este deseo de suplantación de León persiste. Para ello se disponen a proponer formalmente –ya lo hacen de manera informal- el aeropuerto de Valladolid como instalación de referencia en la comunidad autónoma por vía de la imposición. También reclaman una red radial de comunicaciones desde Valladolid, así como centros comerciales de referencia “regional”.

Ante los próceres de esa ciudad, que no parecen conocer la palabra “competir”, se echa en falta el contrapeso de los de León, urbe reconocida por su intrínseca ambición de liderazgo. Es en este capítulo donde sus fuerzas vivas tendrían que demostrar capacidades de movilización y colaboración. Para empezar sería deseable un debate sobre el papel que León pretende desempeñar.

miércoles, 16 de abril de 2008

León y Valencia

El descanso vacacional suele suponer la realización de viajes y estancias en zonas alejadas que normalmente no frecuentamos. Tal ejercicio tiene un excelente valor terapéutico para el buen juicio, puesto que permite tomar distancia con los acontecimientos locales y valorar los hechos con una perspectiva renovada y más objetiva. Algunos de los aspectos que más beneficiados salen de esa higienización mental son la visión global y el pensamiento estratégico. León, que atraviesa un momento histórico especialmente interesante por los intensos cambios que se están produciendo en su sociedad y en su territorio, es especialmente adecuado para esa reflexión.

Por esta causa merece la pena hacer patente cómo el desarrollo del corredor logístico Oeste-Este de España, el más importante de los que discurren por León (unos 200 kilómetros de longitud en esta Provincia), está experimentando un desarrollo notable. Esa expansión contribuirá a consolidarlo como uno de los pasillos más importantes de la Península. La apertura de la mayor parte de la unión por autovía entre León y Burgos ha hecho ascender sustancialmente el tráfico pesado por esta ruta, que era prácticamente inexistente. Las obras de la autovía Burgos-Logroño, que permitirá distribuir el denso tráfico, y reducir la distancia entre las costas gallega y mediterránea, comenzarán pronto. Sin embargo, la obra de más calado para todo el corredor es la autovía Zaragoza-Teruel-Valencia -en fase de avanzada construcción-, que acercará el mayor puerto de mercancías del Mediterráneo al noroeste español. En un país en el que las distancias se están reduciendo exponencialmente hay que pensar ya en términos peninsulares. Por ello la mayor proximidad a ese gran puerto, que ya utilizan algunas empresas leonesas, es un factor estratégico muy positivo.

En este marco general el papel de los agentes leoneses es decisivo para que León aproveche ciertas ventajas estratégicas que el nuevo escenario proporciona. Así la aceleración de la apertura del demorado CETILE, infraestructura similar a las ya operativas en otros muchos puntos de España, debiera ser una prioridad. El cierre del nudo de autovías de Onzonilla también es un factor clave sobre el que se puede intervenir. Otro que, aunque distante, resulta decisivo es la señalización de los lamentables enlaces entre la León-Burgos y la Autovía de Castilla hasta la ejecución de la obra definitiva entre ambas.

León resulta, merced a sus doscientos kilómetros de trayecto, una pieza clave en dicho corredor logístico, Galicia-Levante. Aprovechar las ventajas de esta posición es un reto que debemos afrontar con inteligencia y eficacia. ¿Tomarán la iniciativa los nuevos gestores públicos para que esta tierra recobre importancia en el nuevo escenario ibérico?

martes, 15 de abril de 2008

Las Marcas de León

Hace pocos días hemos podido leer en los medios que la Diputación de León y el Ayuntamiento de la capital irán juntos a FITUR en un expositor independiente. La medida, si finalmente se lleva a cabo, será un acierto. En las últimas ediciones la representación de León en dicha feria se hacía integrada en un pabellón de la Junta de Castilla y León, con otros muchos expositores provinciales. Dado que la presencia en un certamen de este tipo tiene carácter promocional y que las técnicas de comercialización enseñan que para vender mejor un producto o es más barato, o se considera diferente, había que revisar estrategias.

La diferenciación ha sido la gran ausente en los pabellones de difusión turística de la Junta. Es absurdo ofertar la agreste montaña leonesa, por ejemplo, con el bello Cañón del Río Lobos, pero se viene haciendo con una contumacia inexplicable. León ofrece recursos, en cantidad y calidad, muy diferentes a los del resto de zonas autonómicas. Mezclar en el batiburrillo montado por SOTUR esta oferta con otras, que poca conexión tienen geográfica, paisajística o culturalmente, resultaba un error comercial de bulto.

Uno de los aspectos hasta ahora menos valorados y explotados en nuestra provincia es la marca. Tras el término “León” aparecen denominaciones con un grado de reconocimiento público que para sí quisiesen muchas enseñas de productos de gran consumo. “Bierzo”, “Maragatos”, “Picos de Europa”, “Ancares” o “Babia” son palabras que resultan conocidas para un enorme contingente de potenciales turistas. El esfuerzo económico equivalente para lograr un grado de reconocimiento similar en cualquier marca sería de cientos de millones de euros. Sin embargo los leoneses no parecemos apercibirnos del valor patrimonial de esas palabras.

Para encontrar ejemplos similares, que se asemejen por su amplio eco, podemos citar algunos como “Sanabria”, “Cabárceno”, “La Mancha”, “Rías Bajas”, “Las Hurdes”, “Penedés” “Gredos” o “Pirineos”, que, igualmente, no sólo importan por el lugar en sí que designan, sino por su alto conocimiento y atractivo entre el público. Se puede afirmar que, con la salvedad parcial de El Bierzo, los leoneses no estamos explotando las posibilidades de nuestros más sonoros denominadores.

Por otra parte, la promoción de nuevas marcas para fijarlas en la mente del público es un proceso caro y poco recomendable en una provincia bien dotada en tal cuestión. León es afortunada, ya que existen demarcaciones donde no se encuentra ni uno solo de estos referentes. Que las instituciones apoyen y aprovechen nuestros términos emblema como un recurso más es, por tanto, una oportunidad no suficientemente aprovechada hasta hoy.¿Seremos capaces de explotar convenientemente una herramienta tan valiosa como nuestras marcas?

lunes, 14 de abril de 2008

San Andrés: Ciudad y Patrimonio

Cualquier persona que siga la actividad municipal de San Andrés del Rabanedo podrá percibir cierta falta de cuidado con el patrimonio. Este Ayuntamiento, posiblemente cegado por la cantidad y calidad del conjunto monumental capitalino, olvida que algunos de los elementos esenciales para lograr un casco urbano estructurado son sus inmuebles y parajes más característicos. San Andrés avanza con brío hacia los treinta mil habitantes sin que en la acción municipal se vea otra cosa que el parto de una ciudad dormitorio. Predomina lo nuevo y adocenado. Lo antiguo se sume en el olvido y la ruina, y o bien deja paso a un urbanismo impersonal, o bien conserva solamente el trazado rural en calles que han multiplicado por tres su carga poblacional. Los elementos que podían erigirse en referentes del núcleo en que llegará a convertirse el conjunto San Andrés-Trobajo se hunden o modifican ante la mirada inane de los munícipes.

El edificio Araú, un inmueble muy singular, puesto que no existe nada parecido en parte alguna del área metropolitana leonesa, ve acercarse el fin de sus días entre falsas promesas y brazos cruzados. El conjunto de molinos del municipio, el mejor del alfoz legionense, carece de atención mientras la ruina acecha a varios de los mismos. Las presas, auténticos ríos de esta población, son estorbos que ocultar, cuando podrían convertirse en corredores ajardinados. Las pocas calles de arquitectura popular rural que perviven son, poco a poco, víctima de las excavadoras. Nadie se apercibe de que podría encontrarse ante el futuro casco antiguo de la naciente ciudad.

El municipio de San Andrés del Rabanedo necesita un cambio de mentalidad. El tercer Ayuntamiento de la Provincia pone rumbo hacia la vulgaridad de la ciudad dormitorio, no hacia la pequeña ciudad que sabe ir asumiendo su nuevo papel en el escenario provincial. La misma ausencia de noticias de este municipio en los medios es un síntoma de su actual insustancialidad.

San Andrés tiene un gobierno que vive y pasea por el término, un privilegio del que gozan pocos núcleos. En esas calles que frecuentan están las soluciones. Nadie diría que San Andrés es más grande que Astorga a la luz de su repercusión provincial. El patrimonio es el primer hito para que el pueblo signifique más.

Entre las diferencias de un urbanismo ordenado con otro que no lo es, está la posibilidad de reconocer qué ha dejado cada época en la población. San Andrés aún puede preservar parte de sus inmuebles antiguos, de sus entornos característicos. Se podría recuperar típicos rincones empedrados, ajardinar sebes y cañizales, recuperar caños y callejas, o destacar sus iglesias. ¿Tendremos la ambición necesaria para descubrir en San Andrés la ciudad que esconde tras el hormigón?

domingo, 13 de abril de 2008

León y el Agua

Entre algunos políticos está de moda urdir y presentar proyectos alambicados y asombrosos, que sorprendan al contribuyente. Ante eso es necesario hacer una llamada para reflexionar sobre lo extraordinario de la normalidad para llegar a comprender el auténtico valor de las cosas que nos rodean. Las mejores ideas se ocultan en lo próximo y es su cotidianeidad lo que las camufla a los ojos del lugareño. La utilización de recursos presentes, puede que abundantes y, seguramente, con costes asumibles es una garantía para el acierto.

Entre las oportunidades que ofrece a la promoción pública la peculiar normalidad leonesa está la abundancia de agua. Contamos con la mayor longitud provincial de cursos fluviales de la Península. Ríos y canales conforman una maraña hídrica que divide el territorio, condiciona el paisaje y soporta con holgura una población provincial dispersa. Esto, si se tiene en cuenta que nos incardinamos en una península semiárida, sugiere una alternativa singular si se llegara a aprovechar tal recurso en nuevos usos que contribuyesen a enriquecer el territorio.

Hace tiempo ya expusimos aquí la necesidad de hacer extensiva la construcción de piscinas cubiertas, instalaciones que experimentan un éxito sin precedentes y que han cobrado aquí un valor social sin parangón en otras regiones. En esa línea se puede destacar que León presenta un excepcional desarrollo de elementos culturales tradicionales ligados al agua. Canales, zayas, regueros, técnicas de riego por inundación, molinos, batanes, pisones, fábricas de luz, ferrerías, normativa de uso de las aguas, caños, lavaderos, bebederos, noras, zancos, pontones, puentes, balsas, barcas, “cepelines”, cigüeñales, pozos, etc, conforman un conjunto abigarrado que tiene en la tradición leonesa una presencia incomparable cuantitativa y cualitativamente respecto a otras regiones. Dicho complejo cultural merece un parque temático, porque es digno de ser mostrado a un madrileño, a un vasco o a un valenciano -por poner ejemplos de mercados turísticos destacables-. León necesita un parque de la cultura del agua porque el agua es buena parte de su ser. Aquí se ubica la mayor área de surgencia de aguas dulces del interior penínsular. Esa singularidad representa una provocadora seña de identidad con la que darnos a conocer al mundo.

Un proyecto así –que no tendría por qué ser único, sino formar una red- debería estar complementado con una gran instalación cubierta de baño para el recreo. Modelos como el de las caldas de Andorra podrían ser orientativos. León en su actual coyuntura histórica debe aspirar a ser más atractivo con inteligencia, ambición y economía de medios. Puesto que el agua ya está aquí ¿habrá iniciativa para hacer de ella una fuente más valiosa aún de riqueza y bienestar?

Más Allá de Villalar

En las últimas semanas algunas destacadas instituciones leonesas han manifestado su unánime rechazo a apoyar la fundación cuyo objetivo será fomentar un sentimiento de comunidad en Castilla y León. La desaprobación a esta iniciativa es, inevitablemente, motivo de apasionados comentarios. Sin embargo es posible hacer reflexiones más sosegadas para vislumbrar lo que esconde tal propuesta.

Como cuestión previa cabe preguntarse por qué se utiliza el trasunto histórico de la Guerra de las Comunidades para bautizar un aparato propagandístico de la Junta. Ni el levantamiento aludido se circunscribió al actual territorio autonómico, ni el motivo del mismo tiene que ver exclusivamente con él, ni hubo una participación leonesa destacable. Convertir Villalar en leonés es tanto como llamar criminales a los ingleses sólo porque exista un delincuente nacido en esas tierras. Por tanto, ni la discusión de la fundación tiene trasfondo histórico, ni ese ente pretende una mera exaltación del infausto levantamiento.

El aparato que se pretende erigir se apoya en una tesis: la unidad cultural de Castilla y León. Esa es la única base en que se puede asentar un sentimiento de pertenencia territorial tal y como lo concibe la Junta. Esta idea capital –errónea e injustificada- ya se había puesto en los últimos veinte años al servicio de un modelo de crecimiento autonómico que centra casi todo el esfuerzo en Valladolid. En otras palabras, el sustrato ideológico difundido por la Fundación Villalar afirma que esta autonomía encierra una única cultura a fin de justificar el proyecto de desarrollo económico y político, concentrado en un polo.

Frente a ese esquema se encuentra otro, multipolar, que sostiene la idea de una autonomía basada en el desarrollo de varios sistemas de ciudades; unidades capaces de aprovechar ventajas competitivas propias. Se pone así de manifiesto que los barones de la unipolaridad hacen caso omiso de la “Estrategia Territorial Europea”, aprobada en Bruselas, que apoya este modelo de desarrollo en red. En el trasfondo del centralismo no aparece otra justificación aparente que ciertos intereses particulares. En consecuencia se puede deducir que la supuesta incapacidad para que en Valladolid se comprenda y asuma el hecho diferencial leonés no es más que una simple falta de voluntad, sustentada en el vallisoletanismo –una suerte de localismo militante- más radical.

Por esta razón el hecho de que una generación de leoneses recién incorporada a la política provincial diga “no” a los demiurgos del pucelanismo es una lección de compromiso. Además resulta un motivo de satisfacción para quien aprecie la infrecuente lealtad al programa de los representantes políticos. ¿Entenderán la concepción autonómica multilateral a orillas del Pisuerga?

viernes, 11 de abril de 2008

Polémicos Polígonos

En muchas ocasiones un comentario trivial alcanza resonancia entre el público. De esa manera llegamos a encontrar repetidas hasta la saciedad afirmaciones carentes de fundamento. El caso de los despectivos comentarios sobre la abundante construcción de polígonos industriales en la Provincia de León es un ejemplo palmario.

La ubicación de áreas industriales en cada una de las cabeceras de comarca, y de poblaciones que dispongan de cierta dimensión o de una buena situación obedece, sobre todo, a una necesidad de especialización del suelo. Nuestras localidades han crecido convertidas en un ovillo de talleres, viviendas, oficinas, muelles y dársenas, aparcamientos de camiones, etc. Llegados a un cierto nivel de renta y en el deseo de un futuro próspero, ese “totum revolutum” ha de ser ordenado. Los núcleos necesitan establecer unas jerarquías de suelo si optan a alcanzar mayor relevancia. Ha de crearse un centro urbano, unos barrios, zonas de ocio y, por supuesto, áreas de especialización empresarial. Todos entendemos que las fábricas –grandes o pequeñas- tendrán que salir un día de los cascos urbanos de Trobajo del Camino, Astorga o Molinaseca, por poner algunos ejemplos, si se desea hacer más habitables esos espacios. Para poder reubicar los centenares de negocios que hoy se hallan dentro de las tramas urbanas de la Provincia es imprescindible disponer de polígonos industriales. Frente al tópico del solar hormigonado para la captación de grandes empresas emerge la necesidad perentoria de organizar nuestro espacio vital.

Por otra parte, los centros de trabajo que se trasladan lo hacen a locales más modernos, que favorecen la productividad, estimulan a las plantillas y mejoran la imagen pública corporativa. Las nuevas, suelen ser instalaciones mayores, lo que empuja al crecimiento, a la agresividad comercial y a la eficiencia. Los polígonos son concentradores que reúnen en menos espacio las fuerzas vivas de la economía local, lo que facilita los contactos, los intercambios, la innovación y el asociacionismo. Las áreas industriales constituyen una necesidad y una ventaja, y será aconsejable crear más. Nadie ha de preocuparse por un poligono vacío. Es peor asumir el estancamiento empresarial y el desorden urbano que invertir en suelo industrial potencialmente desocupado.

Por último, es prudente aceptar que el primer motor para el desarrollo de León son sus propias empresas. El milagro de la caza del fabricón es muy difícil, y con ciertas personas en el gobierno autonómico, casi imposible. Obremos con sabiduría y apoyemos el crecimiento de nuestra cantera empresarial sin renunciar a la pugna por el pelotazo industrializador. ¿Tomarán conciencia los críticos de cómo los nuevos polígonos multiplican las oportunidades de esta tierra?

jueves, 10 de abril de 2008

Banca y Desaceleración

El frenazo que está sufriendo la economía española se viene atribuyendo mayoritariamente al descenso de la venta de viviendas y a la consiguiente parada de la construcción residencial. Sin embargo eso es parte del origen de la desaceleración pero no todo, ya que las subidas de los precios de los alimentos, de la energía y de ciertas materias primas influyen incluso más que la crisis del sector inmobiliario.

En estas últimas semanas aparece cada vez más destacadamente un nuevo factor que va a empujar a las familias y a empresas de todos los sectores a pasar dificultades. Se trata del bloqueo que los bancos y las cajas están provocando sobre el crédito. En el primer trimestre de 2008 son llamativas -por numerosas- las solicitudes de préstamo que han sido denegadas en condiciones que hace sólo cuatro meses habrían supuesto su aprobación. Igualmente, empresas de todos los sectores han recibido con sorpresa la reducción súbita y pronunciada de sus líneas de crédito, necesarias para mantener el ritmo en la actividad de cualquier negocio.

Es este factor –más que los anteriores- el que puede poner en grandes dificultades la economía del país. Si las familias no disponen de flexibilidad para el gasto gracias al crédito, el consumo desciende. Como el corte se ha producido bruscamente, el descenso de las compras es vertiginoso. De la misma manera, las empresas se ven sometidas a una impredecible falta de recursos, lo que forzará un descenso de su actividad, que se traducirá en reducciones de personal y en menores inversiones.

Si su comportamiento no cambia, la banca va a inducir una crisis. Las causas de su actuación se harán públicas en breve.

Salamanca a la Baja

Aquellos que hayan observado la evolución económica de las distintas provincias de esta Comunidad Autónoma habrán percibido divergencias en los últimos años. Cuando nació, hace veinte, se podía observar cómo en casi todas las variables relativas al peso económico y social de las distintas provincias aparecían varios grupos. En primer lugar se encontraban León y Valladolid; la primera más activa; la segunda aún alejada del medio millón de habitantes. Tras el primer grupo aparecían Burgos y Salamanca, con una actividad económica cuantitativamente similar, menos de cuatrocientos mil habitantes y capitales de parecido tamaño. Después de estos cuatro territorios principales se encontraban, distanciados, el resto.

Veinte años más tarde se ha producido variaciones en ambos grupos. Valladolid ha adelantado a León en población y actividad económica. Además, Burgos se aproximó al grupo de cabeza. En cambio, Salamanca ha perdido peso relativo de forma considerable.

La situación salmantina resulta preocupante porque trasluce un grave desequilibrio territorial. Esta semana se recibían dos noticias muy negativas que han venido a empeorar las espectativas en dicha provincia. Por un lado, su primera empresa, Globalia, comunicaba el traslado de su sede social y sus oficinas centrales a Baleares. Varios cientos de empleos, una importante masa salarial y mucha actividad inducida desaparecerán del torrente económico provincial. La segunda contrariedad, de mucho más calado, fue la confirmación gubernamental de que el pasillo del AVE hacia Portugal discurrirá por suelo extremeño.

Ante los signos de pasividad mostrados por la Junta cabe preguntarse si la actuación institucional habría sido la misma si se tratase de cuestiones vallisoletanas. La capacidad negociadora y el interés mostrados han dejado la maquinaria institucional en entredicho. Una vez más parece no existir una perspectiva global del territorio autonómico y de las necesidades para su desarrollo equilibrado. Con la imposibilidad de optar al AVE en los próximos años, con la Autovía de la Plata muy retrasada, sin planes de promoción y afianzamiento industrial, y con una pérdida de peso cada vez mayor el futuro de Salamanca se complica.

Por otra parte, a los leoneses no nos conviene esta tendencia, que deja nuestro corredor de transporte peninsular norte-sur debilitado. Una vez construida la red primaria de autovías, debemos trabajar para interconectarla con lugares emergentes, como Sevilla y Lisboa, y la Ruta de la Plata es la herramienta adecuada. Por eso las actuaciones para impulsar el rápido desarrollo de la Autovía de la Plata en Salamanca y Zamora deberían recibir una atención especial de nuestros representantes. ¿Se valorará la importancia de Salamanca para el desarrollo de León?

martes, 8 de abril de 2008

Seísmo Político

La semana pasada ha tenido lugar un hecho sorprendente que supone una revolución en la política leonesa. El portavoz socialista en la Diputación Provincial reclamaba, en nombre de su grupo político, transferencias y fondos de la Junta de Castilla y León. La reivindicación ponía de manifiesto que se pretenden competencias delegadas, pero no compartidas con la Autonomía. Además, se aludía explícitamente a que la Diputación Leonesa debería recibir un trato preferencial respecto a las otras. Al día siguiente el secretario provincial de la Federación Socialista Leonesa respaldaba, punto por punto, dicha reivindicación.

Que un partido nacional haga una declaración de este tipo en León no tiene precedentes y representa un salto cualitativo gigantesco. Supone que un partido estatal comienza a asumir parte del ideario leonesista, con posturas propias de esa militancia. Tras el fracaso de la vía pseudorregionalista del PP -que proponía que la reivindicación cultural, económica y política leonesa podía tener cabida dentro de la actual configuración institucional- nadie podía imaginar que otro partido nacional pudiese ir mucho más allá. Sin embargo el PSOE leonés lo ha hecho.

Las causas de la nueva posición pueden ser varias. La conciencia de que el socialismo leonés estaba en vía muerta si no se operaba un cambio para captar el abundante voto de centroizquierda en poder de la UPL es una. La necesidad de justificar o aprovechar que, existiendo un posible pacto con la UPL, ésta no se presente a las elecciones generales o que esté representada en las listas del PSOE podría ser otra. Una tercera causa a tener en cuenta es la necesidad de Zapatero de ganar las elecciones generales en León para evitar ser cuestionado si pierde a nivel estatal. El último agente es el creciente leonesismo en las filas del PSOE, como producto de la incorporación de gente joven -más comprometida con León- en puestos de relevancia.

Las consecuencias de este desplazamiento ideológico son aún más notables. El PP, que está en su momento de mayor debilidad en la provincia desde hace años, tendrá que hacer un replanteamiento si no quiere verse en un aprieto aún mayor. La UPL, incapaz de generar una alternativa real hasta ahora -más allá de propuestas deslavazadas-, ve invadido su espacio. De no existir un pacto para su desaparición, esta formación habría de mover ficha en las próximas semanas. Si la solución pasase por no presentarse a las generales, UPL podría sufrir una erosión espectacular. La crisis interna que vive ha de saldarse pronto, con un proyecto sólido de personas y de ideas, si no quiere verse desbordada por una FSL que -ahora sí- empieza a demostrar que aspira a todo.

¿Dará pie esta coyuntura a que presenciemos un debate de altura sobre el futuro de León?

León en Alza

Cada año, por estas fechas, hay que hacer un repaso de la situación de León a través de la Encuesta de Población Activa. Gracias a sus datos podemos observar la evolución del mercado laboral, auténtica medida del momento económico en que se encuentran las provincias españolas. Los de esta edición tienen una especial importancia, por cuanto nos permiten corroborar la reacción que parecía registrarse en la economía leonesa.

Una vez consultados podemos confirmar el repunte registrado desde 2000, que rompe la tónica de los dos decenios negros de finales del siglo pasado. Entre el año 1981 y 2000 León era la tercera peor provincia, con una pérdida del 16% de su fuerza laboral, en el conjunto español, que avanzó un 32%. Ese declive se empieza a ver distante, porque entre 2000 y 2003 (datos al tercer trimestre) se observa un avance de la oferta de trabajo del 11,65%. Dicha evolución contrasta más si se añade que, de los vecinos, sólo Orense, Asturias y Cantabria presentan datos similares o algo mejores que los nuestros. Todo hace pensar que las nuevas infraestructuras ya dejan notar su influjo y que la actividad emprende el camino del ascenso.

Los datos a nivel nacional muestran un avance del 15% entre 2000 y 2003; superiores, por tanto, a los de León. Sin embargo, al incluir el Arco Mediterráneo, lejano y mejor dotado, la cifra puede resultar engañosa. De la Autonomía, sólo Burgos y Segovia han crecido algo más deprisa. Ávila, Zamora y Salamanca se hunden en los últimos cinco puestos. De las provincias sin sede autonómica, quince están por delante –entre ellas siete de las ocho que componen el Arco Mediterráneo- y diecisiete por detrás. Asistimos pues a una mejoría económica relativa que, tras la apertura de la autovía León-Benavente y la conclusión de los polígonos industriales, va a verse reforzada.

De esta manera llega una encrucijada para marcar metas que nos hagan más notorios en el concierto peninsular. Primero hay que superar los 188.000 empleados del año 1981 –faltan aún 12.000-. Después debemos recuperar el papel de rótula del noroeste; un desempeño parcialmente hurtado a instancias del Plan Estratégico de Valladolid. También hay que lograr mayor cuota de gasto público. Por esa vía la situación de León sólo podría ya mejorar. El nuevo panorama se aprecia en el creciente consumo de automóviles, en un alza del consumo eléctrico y en la expectativa de nuevas factorías en León, Ponferrada y Valencia de Don Juan, entre otros síntomas.

En definitiva, la historia nos da un respiro, y hay motivos para una prudente, moderada y vigilante alegría. Necesitamos ahora decisiones políticas acertadas para explotar este favorable escenario. ¿Estaremos los leoneses en sintonía con las oportunidades que este momento presenta?

lunes, 7 de abril de 2008

El Empleo Asimétrico

Como veníamos diciendo, la explotación de los datos de la Encuesta de Población Activa resulta de interés para conocer la estructura productiva de España y los intereses de León en ella. Para ordenar el conjunto conviene jerarquizar las provincias según su dimensión. Así, encontramos en un primer nivel las de Madrid y Barcelona, con más de dos millones de empleos cada una. Sus cuatro millones y medio en total suponen más de la cuarta parte de toda la ocupación en España. En un segundo escalón se halla, solitaria, Valencia, con casi novecientos cincuenta mil empleos. En el tercer nivel –más de seiscientos mil- aparecen Sevilla y Alicante. Tras estas cinco provincias, que suponen el cuarenta por ciento del mercado laboral español, se sitúa el resto, por debajo siempre del medio millón de puestos de trabajo. Una primera consideración, por tanto, es que León se engarza en un área actualmente alejada de los grandes centros laborales de España, concentrados en la mitad suroriental del país. En segundo lugar, parece lógico el proceso de emigración hacia esos mercados, que, además, crecieron por encima de la media española los últimos veinte años, salvo Barcelona.

La primera provincia del noroeste en la degresiva, tras Málaga, Murcia y Vizcaya, es La Coruña. Asturias (12ª) y Pontevedra (14ª), ya por debajo de los cuatrocientos mil ocupados, conforman el resto de grandes aglomeraciones del noroeste. En consecuencia, es ese borde marítimo el lugar de referencia que hemos de tener los leoneses para orientar la acción de nuestras empresas. Sus mercados laborales, bastante conectados, suponen seis veces el de Valladolid, dos veces y media el de Vizcaya, y tres veces el de Zaragoza, por poner ejemplos de algunas economías provinciales más cercanas. A ello, por si fuera poco, se suma la proximidad de Oporto.

La debilidad de Lugo y Orense, mercados menores que el nuestro, e interpuestos entre la costa gallega y el sistema de ciudades leonés, podría dificultar el crecimiento basado en las relaciones con el Atlántico. Sin embargo, la orientación de nuestras actividades hacia ese Eje es la mejor opción de cuantas se puedan considerar.

En definitiva, las instituciones leonesas deberían instrumentar las políticas para que nuestro parque empresarial aumente y priorice sus relaciones con dichos mercados, grandes y dinámicos. De ellos podemos obtener una interesante cuota de ventas, suministros en materia industrial, servicios avanzados, logística para la exportación, puertos secos, saber hacer e inversión. En este marco la insignificancia de Valladolid, vigesimosexta del escalafón, hace inconsistente cualquier pretensión de convertir ese mercado en referente. Por todo ello el interés estratégico de León en el Siglo XXI mira hacia la costa.

sábado, 5 de abril de 2008

El Incuestionable CETILE

Durante las semanas precedentes hemos asistido a un caluroso debate sobre la instalación del Centro de Transporte Integrado de León. Para valorar las opiniones vertidas es necesario ponderar las claves de esta instalación. En un centro integrado de transporte se acumulan un conjunto de actividades relacionadas con el tráfico de mercancías. Por enumerar algunas de las posibles podemos citar el cambio de medio de transporte de ferrocarril a camión o viceversa, el paso de camión a camión o de tren a tren, el reposo de unidades de transporte en ruta, el repostaje, la reparación, el estacionamiento, la redistribución de cargas a diferentes destinos, o a transportes de tamaño diferente por fragmentación o concentración, y la contratación de portes. Aparte de estas actividades se pueden atraer otras relacionadas, como la fijación de nodos logísticos o centros de negocios. Así, un puerto seco es un complejo englobable en un centro integrado de transportes. Es posible que el impacto económico de un núcleo de este tipo sea enorme, ya que, si el transporte nacional encuentra una oferta adecuada a sus demandas, concentrará su actividad en él.

León, por su situación como principal ciudad en los accesos al Noroeste, podría aspirar a un gran centro de transportes. Es evidente que tal instalación no debería ponerse en cualquier sitio si se pretende que sea un éxito. Ha de estar sobre una gran ruta, es decir, en nuestro caso en la vía Astorga-Sahagún o sobre la línea La Magdalena-Villamañán, y, preferiblemente, cerca del entronque de ambas. Debe quedar contigua a las vías del ferrocarril y cerca del aeropuerto. Tendría estar alejada del casco urbano para no contribuir al estrangulamiento de los accesos al área metropolitana. La cercanía a los polígonos industriales también es importante, porque facilita su uso. Por todo ello las ubicaciones idóneas son pocas: desde el área de Vega de Infanzones-Cembranos, siguiendo la autovía, hasta Villadangos del Páramo. En su momento se eligió un área en el municipio de Chozas, en el borde del área metropolitana. Sin duda se trata de una de las mejores candidaturas posibles.

Sin embargo parece ser que un grupúsculo dentro de una asociación minoritaria de transportistas locales dice oponerse a la construcción del CETILE en ese lugar. Argumentan que está lejos de su casa. Reclaman que se les ceda el antiguo mercado de ganados, de propiedad municipal, para aparcar sus camiones. Con independencia de que sus problemas personales merezcan la atención adecuada, nos encontramos ante un caso en el que el ayuntamiento ha de ejercer su autoridad si no queda lugar para el diálogo. El calado de una decisión municipal mal tomada es tan grande que aquí, como en pocos casos, el interés común ha de prevalecer.

viernes, 4 de abril de 2008

UPL: Criterios y Facciones

Las divisiones en la UPL han pasado de la discusión interna al escándalo. El intercambio de acusaciones llena hojas de prensa. La imagen pública tras el descalabro de las elecciones municipales y el desplome de las nacionales amenaza con dejar en ruinas el leonesismo político.

Deberían aprender del PSOE, que ha hecho una depuración en el Bierzo sin hacer casi ruido en una crisis más grave que la leonesista. No obstante, la UPL acierta tomando la iniciativa pronto, si había de tomarla, puesto que la memoria del votante es débil. Falta mucho hasta las próximas elecciones y el ciudadano olvida. De ellos tendrá que aprender el PP cara a su congreso si no quiere que el tren socialista le vuelva a pasar por encima.

Volviendo a los leonesistas, los problemas con los procuradores son de dinero. Según se conoce estos días, el grupo político en las Cortes recibe más de 12000 euros al mes –asignación personal aparte-, es decir unos 100 millones de las antiguas pesetas en la legislatura. Los procuradores quieren aportar 2500 euros mensuales y el resto … Si se confirmase esta actitud con la organización a la que deben el acta, la expulsión sería un ejercicio de higiene democrática.

Pero tanto altavoz y falta de tacto están dañando las siglas. Mientras tanto, Pardo pide calma y discreción. Moreno ha respondido que se aplique ese cuento, pero obvia que no ha permitido el análisis de los resultados electorales, ni ejerce el leonesismo como exige Conceyu.

En conclusión, a la cúpula de UPL le desautorizan resultados y gestión ineficaz, pero a los procuradores ... A Conceyu le pierden las formas, pero en el fondo ¿qué se espera de un partido leonesista?.

martes, 1 de abril de 2008

León y la Nieve

En las últimas semanas han menudeado las noticias acerca de un posible incremento de la explotación del turismo de esquí en la Provincia de León. Ello se debe en buena medida al giro que el nuevo equipo de gobierno de la Diputación ha imprimido a la actuación institucional. Son varias las razones para animar al gabinete de García Prieto en este tema.

En primer lugar hay que señalar que sólo hay dos grandes zonas de nevada en la Península: los Pirineos y la Cordillera Cantábrica. Nueve provincias norteñas concentran las principales áreas de innivación y sólo ocho disponen de estaciones de esquí para su explotación turística y deportiva. En nuestra zona dos áreas esquiables ocupan, aisladas, los extremos: Manzaneda y Alto Campoo. El resto, cuatro si contamos el Morredero, se concentran entre Asturias y León. Tal circunstancia nos sitúa potencialmente como principal receptor de turistas de deportes de invierno del oeste peninsular. Esta evidencia supone una ventaja competitiva sobresaliente. La potenciación de las instalaciones que existen y la creación de algunas nuevas fortalecería una herramienta de desarrollo poderosa que no debiera ser desaprovechada.

Se da el caso de que nuestras estaciones de esquí activas o proyectadas se encuentran en la montaña, en áreas castigadas laboralmente por la reconversión minera, casi despobladas en algunos casos y con comunicaciones renovadas por los fondos MINER, pero infrautilizadas. Se trata, pues, de poner en valor un recurso autóctono, casi inexistente en otras zonas peninsulares, que contribuiría a fijar población allá donde más sufrimos su carencia. Por esta razón el desarrollo de una nueva estación de esquí en la montaña del alto Esla es un proyecto de gran trascendencia y debiera recibir un seguimiento especial. Las pistas de nieve de Riaño supondrían la consolidación del arco Alto Campoo-Manzaneda como destino alternativo a los Pirineos para cientos de miles de esquiadores y, tras ellos, para millones de turistas rurales.

La precariedad de medios de que adolece la Diputación habrá de subsanarse con una gestión cuidadosa, con la búsqueda de colaboración en las comunidades gallega, asturiana y cántabra, y con el compromiso económico de la Junta. También el papel de las corporaciones locales es crucial. El embellecimiento y armonización arquitectónica en los pueblos, la accesibilidad a todos sus recursos visitables, la preservación de productos y usos tradicionales, y la voluntad decidida de colaborar con la Diputación van a marcar el destino de muchas poblaciones norteñas. La Montaña Leonesa tiene en la nieve una oportunidad para evitar su práctica desertización. La implicación y la inteligencia de sus habitantes definirá el incierto futuro que hoy abriga.

Universidad y Banderas

Durante la pasada semana hemos asistido al debate sobre la conveniencia o no de situar la bandera de León en los balcones de la Universidad. La cuestión merecería una trascendencia menor si la actitud advertida en el equipo rectoral fuese otra. La soberbia estulta, que tanto caracteriza a algunos titulados universitarios, afloró en forma de mofas hacia las peticiones de un grupo de alumnos. A los sujetos de tal pedantería convendría recordarles su propia “insignificancia” hace sólo unos años y, quizás, hoy mismo. Además, las reclamaciones de los estudiantes, que hacían referencia a un importante símbolo colectivo, merecían la misma atención y respeto que cualquier otra. Según parece la exposición fue realizada con corrección y de forma razonada, por tanto no había motivos para intentar humillar a la representación de alumnos o hacerla de menos, como sucedió entonces con la anuencia del rector.

Por otra parte, que se apunte la necesidad de un tratamiento equilibrado para un símbolo de la colectividad en la que la Universidad de León se imbrica parece lógico. Repasando cómo se parió esta institución cabe afirmar que le debe todo a esta Provincia. La pregunta subsiguiente es cómo no se le había ocurrido al equipo rectoral tomar la iniciativa en este asunto. En cambio eludir el símbolo leonés en los balcones se puede interpretar como un desprecio hacia todos.

Sin embargo el equipo rectoral ha adoptado la postura de la inhibición, que es la de la falta de criterio. Torpe político –ya que los puestos rectorales son electivos- el que decide optar por la vía de la dilación con algo que suscita la aprobación general en la sociedad que le sustenta. El rector se escuda en no sé qué reglamentos y competencias para no colgar nuestra bandera. Se sustenta, en el fondo, en la razón mercenaria: León no tiene competencias en temas universitarios, que es tanto como decir que León ya no paga. Cabe interrogarse sobre su actitud cuando otra universidad reclame -ya lo hace-, con más influencias que argumentos, la carrera de Biotecnología, por ejemplo. Como las universidades son financiadas por la Autonomía y el ascendiente de esa otra universidad sobre la Junta es alto ¿va a dejar hacer el máximo responsable de Vegazana lo que le dé la gana a los de la otra candidata sin contraargumentar?

En definitiva, si un equipo rectoral no está dispuesto a comprometerse con la mera exposición de los símbolos de León ¿qué se puede esperar cuando haya que defender intereses y asuntos de mayor calado en foros lejanos? Como se ve, la significación de este debate ayuda a otear más allá de la simple colocación de la bandera. Esperemos que la amplia nómina de intelectuales que luce el Campus sirva para reconsiderar esta aproximación innecesaria al conflicto.