sábado, 24 de enero de 2009

Infraestructuras, Prioridades y Regionalismo (1995)

El mes de Septiembre se ha despertado en León con malas noticias. La primera se refiere al retraso indefinido de la construcción de la autopista Onzonilla-Benavente y su ramal hasta Astorga. Se alega para justificarlo que el recorte presupuestario, aplicado para cumplir con los objetivos de déficit público para el 96, afecta directamente a esta obra. La autopista era una realidad tan solo hace unos meses, justo en plena campaña electoral y en boca del mismísimo Ministro de Obras Públicas, el Sr.Borrel. Sin embargo, todo induce a pensar que León no entra en las prioridades del actual gobierno puesto que tras la consulta electoral nos enteramos, en el mes de de Julio, del avance de las obras del AVE en su tramo Zaragoza-Lérida. Por lo visto, que los ciudadanos del Noroeste nos movamos por vías de comunicación decimonónicas no es relevante y quedan, así, más de 300 kilómetros de autovía Nacional-VI (de la red básica de comunicaciones del Estado: las radiales) sin construir todavía. Mientras tanto, otros territorios del Estado, más reivindicativos, podrán en breve disponer de autopista, AVE y red de ferrocarril de velocidad alta.
Don José María Aznar ha prometido la construcción de una autovía sobre la Nacional-122, más conocida como corredor del Duero, cuando mande en Madrid. La cuestión no sorprende puesto que el constructivo Sr. Rato, del mismo partido, ya advirtió que para acometer dicha carretera habría que cambiar todo el Plan Director de Infraestructuras. Dicha carretera recorre, desde Zaragoza hasta la frontera zamorana con Portugal, gran parte del curso del Duero. con una longitud total de 529 kms de los que 30 ya son autovía (Tordesillas-Valladolid). El coste, por tanto, a unos 350 millones por kilómetro, en el más barato de los casos, será la tontería de unos 175.000 millones de pesetas. Supondremos, lógicamente, que para financiarla se suspenderán indefinidamente las obras de la León-Burgos. Otra “fantástica” noticia ha sido el anuncio (día 31 de Agosto) del líder de la oposición, puesto que la Junta quiere participar en su financiación. Además, esta autovía une puntos de enorme importancia geoestratágica y “densísimo” tráfico como paso a explicar. Los mayores son Soria (27.000 habs.), Aranda de Duero (30.000 habs.), Valladolid (375.000 habs.) y Zamora (55.000 habs.). Estos son los puntos más relevantes de la ruta, aunque constituyen uno de los corredores más despoblados de España. Permitirá esta obra que Don Juan José Lucas tenga autovía en su pueblo, Burgo de Osma y que Valladolid se convierta en capital neoimperial, junto a Quintanilla de Onésimo, lugar de veraneo del Sr. Aznar, que también se verá favorecida por la espléndida derrama. de OnŽsimo. La irracionalidad, a lo que se ve no falta en la alternativa al actual Gobierno de las Españas. Otra noticia digna de mención para los leoneses ha sido que los primeros tramos de la Autovía “Rías Bajas” están en plena fase de movimiento de tierras. Lo curioso es que dichos tramos quedan en la mitad del recorrido. Debo entender que la “populosa urbe” de Puebla de Sanabria genera tráficos que justifiquen la puesta en servicio de los viales antes que por Benavente. Este disparate es uno más en la suma de esa obra inexplicable del actual gobierno de Madrid. Cuando por Monforte de Lemos (vía Ponferrada) se puede acceder a Galicia sin puertos de montaña, tal y como se había planificado inicialmente, el actual trazado, elegido no se sabe por qué razones políticas, debe superar la friolera de 5 puertos atravesando una zona de 200 kms semidespoblados y, por lo tanto, sin tráfico interior. A esto se suma que parte de las expropiaciones ya estaban realizadas en el trayecto alternativo por Valdeorras. Para equilibrar el panorama veraniego leonés entre los dos partidos mayoritarios y dejarlo en un empate a 2 quiero referirme ahora al Aeropuerto de León. Parece ser que el Sr. Díez, Presidente de la Excelentísima Diputación Provincial de León, y la Junta de Castilla y León quieren acabar con el proyecto del Aeropuerto de la Virgen del Camino. Para ello van a exigir al proyecto beneficios económicos directos desde el primer año de funcionamiento, ya que pretenden dejar la gestión en manos de una Sociedad Anónima. La diferencia de trato con el de Valladolid es abrumadora como paso a explicar. El Aeropuerto de Villanubla comenzó su andadura y en 1984 contó 21.725 pasajeros. En 1986 eran 26.632. En 1988 viajaron 36.532. 73.087 lo utilizaron en el 90. En el 92 eran 149.521 para bajar a 139.259 un año después. Este retroceso se explica por la dependencia que el aeropuerto vallisoletano tiene de los vuelos “charter”, de Marzo a Octubre, que son las dos terceras partes del tráfico, y que retrocedieron en 1993. Por cifra de pasajeros está entre los más pequeños de España según el Plan Director de Infraestructuras (menos de 300.000 pasajeros/año). Ha sido deficitario de continuo, pero la Junta de Castilla y León cubrió generosamente el déficit. De hecho, este año he regresado desde París con otros 7 viajeros en un avión de 90 plazas en un vuelo típico de negocios (Otoño-Invierno, entresemana, ...). Esta situación es habitual durante esas temporadas según me explicó el sobrecargo, pero la Junta garantiza una ocupación mínima de asientos que cubre con sus presupuestos si no se alcanza. ¿Qué debemos pensar en esta situación?. ¿Actúa el Sr. Díez de acuerdo con los intereses de León o con los de sus jefes de partido?. La última consideración que se puede hacer es si, independientemente del color ideológico que se tenga, León tiene más relevancia para el gobierno de Valladolid tras las pasadas elecciones autonómicas o si tiene la misma. ¿Tiene más presencia León hoy en los órganos de representación autonómica que hace un año?. En qué medida un regionalismo fuerte puede inclinar la balanza de la inversión pública hacia León es algo que debemos ver en los próximos meses. Desde luego, tras todo lo expuesto, la situación que León ha soportado, inerme hasta ahora, de sus representantes electos es triste e inmerecida para una tierra solidaria y trabajadora como ésta. “Regionalismo” debe empezar a significar voz en el concierto del Estado y solidaridad simultánea con aquellas otras regiones que lo necesiten, pero de una vez por todas, también el adiós a una pasividad que nos ha estado matando de inanición.

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