domingo, 11 de enero de 2009

¿Qué es León? (1996)

Es curioso que en un momento en el que todo el mundo parece reivindicar lo leonés el concepto de León aparezca como algo nebuloso e indefinible. Podemos preguntar a diferentes personas qué es lo que ellos entienden por territorio leonés, cuáles son sus características o hasta dónde llegan sus confines. Las respuestas no pueden ser más dispares. Unos lo engloban en la provincia, otros en las tres provincias (León, Zamora y Salamanca) que estudiaron en la escuela; algunos incluyen 5 provincias (las anteriores más Valladolid y Palencia) y otros mantienen que es el Viejo Reino de León cuando alcanzó su máxima extensión (incluiría Extremadura y Huelva).
En medio de este maremágnum de opiniones, a las que podríamos añadir algunas más, es necesario hacer algunas reflexiones esclarecedoras al respecto.
Todo el mundo coincide en algo: existe un pueblo leonés cuyo referente principal (o central si así queremos llamarlo) se halla en la Provincia de León, aunque pueda no encontrarse en ella una parte, y que mantiene supuestamente unas pautas de conducta, de pensamiento y de estructura psicosocial comunes.
Lógicamente no es esta una afirmación que así expresen las personas comunes, pero haciendo inventario y resumen de las opiniones recibidas sí podremos llegar a esta conclusión.
Evitemos por un momento poner premisas historicistas desde el punto de vista de la historiografía clásica, es decir, basándonos en los reyes, conquistas y fenómenos políticos en general. ¿Qué es lo que produce, a grandes rasgos, la aparición de un grupo con una común y propia escala de valores?. ¿Qué factores hacen que las personas puedan ser agrupadas por utilizar pautas de conducta iguales o muy parecidas?.
Nunca podríamos hablar de un solo factor como causante de esa unidad sociológica. Sin embargo hay dos elementos principales que marcan las grandes líneas en nuestras estructuras psíquicas:
*El pueblo originario (el más antiguo al que podamos remontarnos) que estuviese plenamente asentado en la zona que habitamos. Este grupo humano -que aportó las bases sobre las que se desarrollaría después toda la estructura psicosocial de nuestro pueblo- debió ocupar un territorio concreto que tendremos que intentar conocer.
En el caso de León el pueblo más antiguo que nos consta es el astur, y dentro de él el grupo cismontano o, como lo llamó Roma, augustano. Puede que hubiese pueblos anteriores que desconozcamos, pero la cuestión esencial es que en ese momento y en los anteriores la estructura social venía determinada por condiciones medioambientales.
Su territorio es delimitado con bastante aproximación, aunque no con total exactitud. Algunas zonas de los márgenes surorientales fueron habitadas por los vacceos, cuyo núcleo principal se halla en Palencia. En los márgenes nororientales vivieron grupos comarcales cántabros. En estos dos últimos casos no los consideraremos al estar ligados a regiones antropológicas lindantes con la leonesa.
*El sistema tradicional de poblamiento, es decir, si el pueblo sometido a estudio vive en grandes o pequeñas poblaciones y si éstas están distantes entre sí o no. El sistema de ocupación del territorio es fruto de la adaptación que ese pueblo ha tenido que realizar ante las variables medioambientales y los recursos para la supervivencia que ese medio regional ponía a su disposición.
La distribución del poblamiento influye mucho en la estructura de socialización típica que un pueblo tiene, en sus actitudes cooperativas, en la propiedad de la tierra, en su explotación y, en definitiva, en gran parte de la escala de valores que ese colectivo comparte. Dicha variable tiene una incidencia directa sobre la economía y el desarrollo de cualquier pueblo.
En León se puede hablar de un sistema de poblamiento en aldeas, pequeñas poblaciones, con poca separación entre sí. Tal esquema es fruto del asentamiento de un pueblo primitivo que lo hacía de forma muy dispersa, pero que condicionado por las bajas temperaturas se concentró en complejos de varios vecinos.
Estos centros han sido muy independientes ya que es característico de la aldea leonesa poseer una iglesia y su correspondiente cementerio. Esto nos habla de una gran desconcentración del poder vecinal, que reposa en la reunión de vecinos o concejo. La iglesia y, colindante, el árbol de reuniones es la simbología del poder temporal y espiritual indelegables en cada unidad de poblamiento. En la vecina Galicia la vida comunitaria pivota sobre otra institución bien diferente como es la parroquia, además de existir gran cantidad de casas aisladas.
La proximidad entre núcleos responde a la abundancia de fuentes de agua potable en toda la zona lo que permite una gran libertad de ubicación.
La producción excedentaria por antonomasia es la ganadera dentro de una economía de subsistencia muy diversificada con la agricultura de secano, la de huerta, la recolección, la pesca y la caza como fuentes complementarias de alimento. La adopción de la agricultura de regadío intensivo -sobre todo en el Páramo- es una adaptación local de la etapa romana que se ajusta bien a los ritmos de esfuerzo ganaderos. La propiedad de la tierra es poco concentrada lo que produce un minifundismo que aún hoy se reproduce una y otra vez tras las concentraciones parcelarias.
En definitiva debemos hablar de León como un área sociológica multicomarcal con pautas de conducta comunes. Se trata de un espacio con una geografía física bien compartimentada lo que llega a ser otra de sus características.
Se ha atribuido algunas veces este carácter sociológico a los reinos o a cualquier otra división política. Es difícil de creer que dos pueblos bien diferenciados lleguen a fundirse por una circunstancia ocasional como lo son todas las políticas. Hay que tener muy presente que las regiones sociológicas perduran por siglos y sólo se modifican por fenómenos económicos o medioambientales muy sustanciales. Las regiones políticas se superponen a las sociológicas, pero no modifican radicalmente pautas de conducta colectivas sino que hacen aportaciones de menor calado, sobre todo en el ámbito de la economía (impuestos, obras públicas, fomento de algún sector preexistente, ...).
Todos estos planteamientos no son nuevos. Han sido sostenidos por estudiosos tan dignos de crédito como Tuñón de Lara, Caro Baroja o Esteva Fabregat por citar sólo algunos. Quizá lo que hemos hecho ha sido buscar el ensamblaje de diferentes aportaciones científicas y corroborar sus resultados en el campo.
Bajo este punto de vista la región leonesa estaría comprendida entre el río Esla -final de un terraplén a donde van a parar gran parte de las aguas de la Cordillera Cantábrica-, el Cordal de Ponga y la curva de nivel 400 aproximadamente en Asturias (donde las aldeas se empiezan a disgregar en caseríos), la línea del Navia, el límite -dentro de Galicia- entre aldeas que poseen iglesia-cementerio y las que no (área de Becerreá), la sierra del Caurel (que hace de divisoria entre aldea-iglesia y la organización en parroquias), el río Lor e, incluyendo Tribes, hasta el río Onor y después el Sabor.
Este territorio, que aún no hemos terminado de investigar, es el área probable -no segura- del antiguo solar astur. Quedan algunas incógnitas como el papel desempeñado por el río Túa entre otros. Pronto tendremos una respuesta fruto del trabajo de campo que estamos realizando.
Otro problema planteado es la confusión que origina la consideración de las áreas lingüísticas como elemento diferenciador de la pueblos. Esta idea es incorrecta puesto que la lengua adoptada en una zona depende de los términos tecnológicos, que pueden ser importados, y del código lingüístico en el que se escriben las leyes del poder político establecido.
Por ejemplo sabemos que los astures llegaron a hablar en lengua latina abandonando sus dialectos célticos. Esto no quiere decir que dejasen de ser astures. Más bien indica que no les quedó otro remedio que el de adoptar al menos una parte de la legislación romana y con ella la lengua en que estaba escrita. El mismo ejemplo lo vemos hoy en día en zonas donde se hablaban dialectos euskéricos en Burgos, Cantabria y Logroño.
En resumen, independientemente de las divisiones políticas y lingüísticas, León (si se quiere utilizar este nombre en vez del de Asturia del sur o cismontana) es la región de aldeas que ocupa la parte occidental de la Cordillera Cantábrica y sus terraplenes más altos. Su economía es muy uniforme con una producción de subsistencia en términos generales, excedentaria en ganadería y con abundantes explotaciones mineras. Por su situación es un pueblo adaptado a climas fríos y terrenos húmedos y montuosos. Se articula en aldeas con sus propias estructuras de autogobierno vecinal que se agrupan en comarcas muy identificables con cabecera en cada una. Esta región es la zona más inaccesible de la Península Ibérica lo que ha marcado el carácter de sus individuos. En estos momentos atraviesa un periodo de incertidumbres por encontrarse su solar regional distribuido entre varias divisiones políticas. En todas ellas se halla en situación de minoría lo que incide en que apenas existen políticas adecuadas para hacer óptimo el desarrollo económico y espiritual de esta región.

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