viernes, 24 de agosto de 2007

Cambios en la Universidad

La universidad española atraviesa un momento delicado, dado que debe someterse a reformas de metodología de trabajo y de estructura. De las medidas que se adopten dependerán sus posibilidades de proyección futura. Por esta razón es importante que la institución leonesa haga las modificaciones necesarias para asentarse en el mercado académico con garantías.

En España había en 2005 cuarenta y ocho universidades públicas y veintidós privadas, una cantidad desmedida para poco menos de millón y medio de universitarios. A esto se suma el descenso de alumnos en las mismas, que supuso unas veinte mil matrículas menos entre 2004 y 2005. Tal coyuntura provoca que existan titulaciones que experimentan drásticas reducciones de alumnado, condicionando la viabilidad futura de ciertas facultades.

En tal escenario conviene que la Universidad de León aborde sus planes con acierto y que integre algunas sugerencias que permitirán eludir el peligro de desaparición en momentos no lejanos. Para lograrlo basta con examinar al entorno sociolaboral hispano y extraer conclusiones lógicas.

Una cuestión previa es la relativa a la orientación de los estudios universitarios. Si bien se ha ido transformando los planes de estudio, se trabajó bajo la premisa de conservar más o menos el mismo contenido bajo otras denominaciones. Así, las clases impartidas mantienen una carga excesiva sobre temas fundamentalmente científicos o técnicos, sin duda necesarios en su justa medida.

Hay que tener en cuenta que las salidas laborales para el alumnado en el campo científico-técnico son la universidad -donde hay unos noventa mil puestos de trabajo que, parece, no aumentarán- y las instituciones de investigación -donde trabajan apenas unos miles de personas-.

Por esta razón los alumnos deberían recibir adicionalmente clases donde se les explique la estructura de la oferta laboral y la ponderación de las diferentes salidas profesionales relacionadas con sus estudios. Eso contribuiría a no crear falsas expectativas en el alumnado y a que el profesorado, que frecuentemente desconoce el mercado de trabajo no universitario, oriente sus explicaciones hacia los temas de más utilidad. Bajo esa perspectiva se lograría situar más ex alumnos en altas responsabilidades y ganar así influencia.

Otra cuestión básica es la ratio entre titulados medios y superiores. La estructura de la sociedad española por su nivel de estudios presenta notables diferencias con la de los países que nos sirven de referencia. Aunque nuestro número de titulados superiores guarda proporciones adecuadas, el de titulados medios resulta escaso. En consecuencia la institución leonesa debería elaborar estrategias para potenciar su oferta de título medio, mercado ascendente en un entorno bajista de demanda académica.

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