martes, 7 de agosto de 2007

Euforia Berciana

El ascenso de la Ponferradina a la segunda división del fútbol español unida a la positiva evolución de la economía berciana ha despertado una oleada de sano optimismo en la comarca. Es excelente que una parte de León alcance ese actual grado de orgullo colectivo y autoconfinza, por cuanto son éstos algunos de los motores de la iniciativa y el progreso. No en vano el crecimiento económico es producto de las buenas perspectivas más que de realidades bien fundadas.

Sin embargo ello no puede ser obstáculo para que se ignoren las debilidades y amenazas que acechan en el devenir económico más próximo. La conveniencia de explotar las posibilidades de este buen momento pasan por analizar las limitaciones actuales y futuras de la comarca bergidense.

Para hablar con más propiedad hemos de centrar el área de eclosión económica en Ponferrada y su área metropolitana –básicamente la hoya berciana-, ya que las zonas más alejadas sufren los mismos problemas de declive que el resto de León. Por otro lado, entender que la apertura de los últimos tramos de la autovía A-6 tuvo una relación directa con el inicio de este proceso ayuda a ponderar la importancia de las comunicaciones aquí.

A partir de ese hito la concentración de inversión pública, gracias al plan del carbón, explica este periodo expansivo, ya que ha supuesto una llegada de fondos suplementarios desconocida históricamente. Al mismo tiempo, esto supuso el drástico recorte de inversiones públicas en el resto de la provincia, puesto que la Junta retiró sus fondos propios para emplearlos en otras zonas. El resultado ha sido un evidente contraste entre la evolución de la Ponferrada metropolitana y el resto de León, que puede haber llevado a la interpretación de que se asiste a un crecimiento endógeno casi sin límites. No hay que confiarse: cuando Ponferrada deba ser competitiva sin fondos del carbón la coyuntura será muy distinta.

Es necesario considerar que los fondos de la reconversión del carbón irán descendiendo hasta desaparecer. Por esta razón es fundamental que los que llegan actualmente sean dedicados a garantizar una favorable posición competitiva de Ponferrada y su entorno en el marco de 2015.

Ponferrada ha de ser el motor de la economía en ese espacio invertebrado que ocupan las montañas entre Monforte y Foncebadón, entre Braganza y Cangas de Narcea. Los fondos del carbón permiten grandes inversiones para acometer ese objetivo; concentración de fondos que será imposible para una zona de apenas 150.000 habitantes dentro de diez años.

Es necesario abordar el futuro del occidente leonés con una visión integral que incluya los espacios ultraperiféricos. La Diputación debería planificar las acciones que garanticen el liderazgo de Ponferrada en esa zona cuando concluya este Plan del Carbón, en 2013.

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