lunes, 6 de agosto de 2007

Turismo en el Alto Bernesga

La cuenca alta del río Bernesga tiene más fama de industrial y degradada que otras de su entorno. La acumulación de grandes pueblos, de una carretera nacional, de líneas de alta tensión, del ferrocarril, de minas, de canteras o de algunas grandes industrias ha fomentado la imagen de área con limitado interés para el turismo.
Sin embargo es precisamente esta diferencia la que puede resultar ventajosa ante las nuevas demandas. La existencia de grandes empresas simultaneada con el mantenimiento de espacios naturales de valor a tan sólo unos minutos de coche puede llegar a ser un binomio poderoso, capaz de transformar la visión peyorativa que frecuentemente se ha cernido sobre esta zona.
Si La Robla no es todavía un lugar que pueda ofrecer un conjunto urbano atractivo -a pesar de la sensible mejora experimentada en los últimos años-, sí reúne importantes recursos para cumplimentar una oferta absolutamente fuera de lo común. La explotación del creciente turismo industrial puede tener en esta población y su zona de influencia un impacto sobresaliente.
En las tierras de Alba y Fenar se encuentra una industria cementera indudablemente espectacular por su tamaño. La visita al complejo que integra su enorme cantera, su cinta transportadora y sus ciclópeas instalaciones es una oportunidad que podría ambicionar cualquier visitante de turismo interior. Aledaño a esta planta se podría mostrar la central térmica, alimentada por otra cinta transportadora desde una mina. Otro de los aparatos productivos más espectaculares de cuantos se encuentran en el norte de León es la mina a cielo abierto de Santa Lucía, a la que se puede acceder desde La Robla por una carretera de ensueño, entre praderas, montes y bosques.
Para potenciar este recurso latente, hoy inexplotado, el Ayuntamiento de La Robla podría llegar a acuerdos con las empresas en los que éstas permitiesen una visita guiada, con las limitaciones pertinentes, como una forma de revertir en el contorno los inevitables daños ambientales ligados a su actividad industrial.
A esto se puede añadir la visita a otros recursos singulares cercanos, como el Fontañán, el Faedo de Ciñera, el desfiladero de Piedrasechas o las prodigiosas ruinas del no menos asombroso Castillo de Alba; mirador ideal desde el que se aprecia una visión panorámica del conjunto industrial, la vega del Bernesga y, al fondo, la ciudad de León, así como del Teleno, Pajares, la cruz sobre la vega del Porma y hasta los Picos de Europa.
Las ruinas del Castillo de Alba son el complemento fundamental para cerrar una oferta diferenciada y atractiva porque aúnan el valor histórico y el paisajístico, y su conservación es compatible con las canteras aledañas y necesaria para un nuevo planteamiento del futuro de la cuenca alta del Bernesga.

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