domingo, 19 de agosto de 2007

Deporte y Éxito Civil

Cuando los equipos que representan a una ciudad o una región adoptan la trayectoria del éxito y el ascenso, la ciudadanía se imbuye de cierto sentimiento de euforia colectiva. Por el contrario, si los representantes en el deporte de élite no logran las metas deseadas los ciudadanos ven reducida la autoestima del común.

La estimación de los resultados en el deporte levanta pasiones, lo que se contrapone a una valoración racional. Por esta causa la mentalidad colectiva de los leoneses se encuentra ahora en un estado de moderada desilusión, a pesar de que sus equipos en las categorías más altas han mostrado un rendimiento notorio.

El primer equipo, el balonmano ADEMAR, ha mantenido la trayectoria de estos años dentro de una leve variación a la baja en la clasificación. Si se analiza la relación coste/beneficio en sus resultados hay que calificar de excelente su nivel. Los recursos empleados son moderados, pero el ADEMAR lucha con los mejores equipos de Europa sin desmerecer.

El caso del Baloncesto León Caja España, aun estando en una categoría inferior, es reseñable. El número de victorias que ha ofrecido a su afición durante esta temporada no puede quedar oculto tras la frustración en la fase de ascenso. Objetivamente el equipo ha realizado una campaña buena. No lograr el ascenso de la forma en que se ha producido es doloroso por las expectativas generadas en la liga regular, pero caer así es hacerlo con honor.

Los escuadras femeninas de baloncesto (ACIS INCOSA) y balonmano (LEÓN BM) han mostrado una capacidad de lucha envidiable con unos recursos nimios. Estos clubes son los olvidados en la gran crónica deportiva de León y, teniendo en cuenta sus resultados, deberían recibir una atención preferencial e intensa. Ambos son ejemplos de desinhibición, combatividad y eficacia para el resto.

Es necesario recordar los equipos de alto nivel de otros deportes menos populares, como el RAM de fútbol sala. En este apartado aprovecho la ocasión para recordar el depauperado e ineficaz fútbol, en el que se fragua la posibilidad de ver la Ponferradina en segunda división. Ese debiera ser un objetivo para el que hay que reunir apoyo sin fisuras. Tampoco podemos olvidar los deportes individuales, que tantas veces han destacado el nombre de nuestras ciudades.

Sin embargo es necesario insistir en que no estamos explotando las posibilidades que abre la actividad deportiva para la promoción de León. La Diputación y los ayuntamientos podrían implicarse en una labor promocional sistemática al abrigo de nuestros equipos destacados. Basta ver la lista de ciudades que visitan para apercibirse de que existe un mercado relevante para la divulgación que es necesario explorar. Además así se podría generar un retorno a la cuantiosa inversión de las instituciones.

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