lunes, 20 de agosto de 2007

Un Panegírico sin Tapujos

La fiesta de la radio que cada año trae Luis del Olmo a Ponferrada dan pie a ponderar la evolución de la ciudad y su relación con el radiofonista. Nunca se ha evaluado cuánto ha hecho el locutor de radio por su ciudad, pero se puede afirmar sin miedo a la confusión que del Olmo ha sido y es un factor de desarrollo trascendental para esa urbe.

Del Olmo puso Ponferrada en el mapa de España para gran parte de sus millones de oyentes. Además, ha potenciado la imagen de marca “Bierzo” con un poder de divulgación incomparable. Bajo ese paraguas aparecen los iconos del botillo, las castañas, los pimientos y el vino de mencía en una imagen atractiva para cualquier foráneo. La extracción del carbón aportó un punto de dramatismo al tapiz berciano que del Olmo ha difundido durante años. Su niñez en la Ponferrada del ferrocarril y las minas es una llamada a la ternura recurrente en su evocaciones de la ciudad. Luis del Olmo ha construido un territorio imaginario en el que el oyente se sumerge una vez y otra y del que desea saber algo más.

Por otra parte, hay que agradecer al conductor de “Protagonistas” el haberse adelantado a su tiempo en un aspecto crucial: Luis del Olmo nunca se mostró acomplejado por haber nacido en su pueblo. Jamás se le ha escuchado aceptar que ningún otro lugar esté por delante o por detrás. Del Olmo no renunció a su origen -que al fin y al cabo hubiese sido lo más fácil una vez alcanzado el éxito- y ha terminado llevando a su casa un certamen que para sí quisieran muchas ciudades más grandes.

En definitiva, del Olmo soñó con una Ponferrada cosmopolita y en su sueño arrastró a muchos paisanos que, por fin, descubrieron que su pueblo era el mejor para ellos y que eso era suficiente porque un ponferradino no es menos que nadie. El empresario-presentador creyó en Ponferrada y ha convencido a sus vecinos para que crean en ella. Hay espléndidos lugares para invertir en la Península con enormes rentabilidades prácticamente aseguradas, pero del Olmo lo hace en Ponferrada y su entorno. ¿Qué más se le puede pedir?

No es costumbre de estas tierras reconocer los méritos en vida, pero con Luis del Olmo merece que se haga una distinción. No hay nadie que, de buena fe, pueda tener dudas del compromiso de este hombre con su tierra, con independencia de que sus programas o estilo gusten más o menos.

Del Olmo ha dado una lección a los leoneses con su máxima subliminal: cree en lo tuyo y trabaja para que mejore. Nos haría falta, al menos en este aspecto, ser todos un poco más “delolmistas” y menos acomplejados con lo nuestro.

Esta semana pasaron por Ponferrada personajes relevantes de la sociedad española que de otra manera es probable que no hubiesen aparecido nunca. Y todo porque un niño creció sin renunciar a que su pueblo fuese grande.

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