jueves, 23 de agosto de 2007

Más Ponferrada que Bierzo

Algunas zonas del noroeste permanecieron apartadas a lo largo de la Historia. Muchas de ellas aún no abandonaron esta posición, pero otras, empujadas por una coyuntura favorable, comienzan a despuntar. Los casos de la ría del Eo, en Asturias, y de El Bierzo, en León, son los más llamativos.
En la comarca leonesa, se registra la consolidación de una ciudad como factor clave, por lo que más que de la comarca de El Bierzo habría que hablar del despegue del área de influencia de Ponferrada. La conexión con la red de autovías, la reestructuración urbana iniciada por Álvarez y los abundantes fondos MINER para la promoción industrial han imprimido un dinamismo sin precedentes al núcleo urbano desde los años noventa.
El nuevo escenario sitúa a Ponferrada como un centro ascendente que contribuye a enlazar el Arco Atlántico español (entre Vigo y La Coruña), con el corredor León-Gijón y el nodo político-empresarial de Madrid. Para consolidar ese papel la ciudad debe acometer dos metas: mejorar la oferta y calidad de sus servicios -públicos y privados-, y aumentar su reducido radio de influencia hacia territorios más lejanos.
La primera meta se sustancia en una ambición lógica, pero diversas voces proclaman aspiraciones confusas, otras poco realistas y algunas directamente vesánicas. Existe un sector que vitupera la “usurpación” histórica de recursos por la capital provincial. Sin embargo, cuando recordamos lo que era Ponferrada hasta la alcaldía de Álvarez –un poblachón desarticulado, feo y destartalado- se concluye que en poco se puede comparar con la ciudad de hoy. En consecuencia sólo actualmente tiene sentido la reivindicación para que acoja más servicios
Existe otro discurso que basa reclamaciones políticas en la “peculiaridad” cultural de El Bierzo. Sin embargo, el estudio del noroeste muestra que la comarca no es singular, puesto que se integra en un área cultural más amplia -en torno a los Montes de León- y presenta influencias gallegas por contigüidad. Además, no cuenta con una Historia local que subraye esa pretendida diferencia. Por añadidura, en el orden de lo imaginario, la débil demografía berciana tampoco permite florituras.
Sin embargo es un hecho que Ponferrada está a 100 kilómetros de León –lejos-. Además la urbe es una oportunidad naciente para prestar mejores servicios en el triángulo Lugo-Orense-León. Ambos constituyen argumentos clave para la reflexión estratégica, la planificación y la acción consecuente.
Por último, la ampliación del “hinterland” de Ponferrada está constreñida hacia la costa asturiana y hacia Sanabria y Braganza. El apoyo a los proyectos de comunicación en dichos horizontes contribuirá a paliar limitaciones actualmente insalvables y a proporcionar un mayor cosmopolitismo a la capital del Sil cisastur.

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