jueves, 2 de agosto de 2007

León y el Futuro Aéreo

El aeropuerto de León asume una carga de tráfico cada vez mayor. Su crecimiento es notable y viene a confirmar las tesis de quienes lo apoyaron desde un inicio: el aeropuerto está generando su propia demanda.
En algunas estimaciones previas, partiendo de tráficos de 1994, se decía que, en situación de igualdad de recursos con otros aeropuertos intermedios -circunstancia que aún no se ha alcanzado-, el aeródromo civil de La Virgen del Camino podría llegar a los 160.000 pasajeros. Con la evolución que muestra en la actualidad se confirma que dicha tesis no era descabellada. Si se gestiona su desarrollo adecuadamente el aeropuerto puede rebasar los 200.000 pasajeros en 2008 ó 2009.
Una de las consecuencias que el crecimiento apareja es que las estrategias para su gestión a corto y medio plazo han de evolucionar. La mejora de las instalaciones es un objetivo que está relativamente resuelto: el alargamiento de la pista hasta tres mil metros está en marcha; el largamente deseado soterramiento de los depósitos de combustible también; la extensión del aparcamiento ya está previsto. Sólo la ampliación de la terminal debería ser considerada -aunque las instalaciones actuales sean suficientes- porque si nada tuerce la trayectoria del aeropuerto resultarán reducida.
En cuanto a la promoción del aeropuerto parece lógico mantener la línea seguida en el segmento de los vuelos nacionales, política que tanto éxito ha obtenido en sus objetivos. Tras el asentamiento de Lagun Air y de Air Nostrum, el desarrollo de una creciente interconexión con otros aeropuertos peninsulares es sólo cuestión de tiempo.
Sin embargo, los indicadores de actividad del aeropuerto de León y sus inmediatas mejoras dan pie a pensar en la captación de nuevas actividades que supongan un nuevo empujón. Las estrategias para captar una línea de vuelos internacionales de bajo coste debería ser, a partir ahora, una nueva e importante línea de trabajo para el Consorcio del Aeropuerto de León. Es en este caso cuando la actual terminal se muestra insuficiente.
En tal sentido hay que recordar que Easy Jet y Ryan Air vuelan desde Avilés, Valladolid y Santander. Por esta razón la búsqueda de acuerdos con otras compañías aéreas de bajo coste tendría que ser una de las claves a partir de septiembre. En ese orden de cosas, el nacimiento de Flick Air, la línea de bajo coste de Iberia, y su búsqueda de bases de operación podría ser una oportunidad para nuestro aeródromo. Los compromisos ya adoptados con otras compañías por aeropuertos de nuestro entorno les suponen una limitación para poder fijar actividades de la nueva empresa.
Por último, es indudable que el alargamiento de la pista de aterrizaje hacia Trobajo del Camino va a suponer un incremento de los ruidos en el área metropolitana. No obstante, podemos intuir que en un futuro, si la actividad lo justifica, podría acometerse la costosa ampliación por el otro extremo para paliarlo, lo que implicaría, de rondón, que el Aeropuerto de León podría acoger algún vuelo transoceánico.

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