miércoles, 8 de agosto de 2007

León y la Política Europea

El presidente de la Junta de Castilla y León ha solicitado al presidente del Gobierno de España una reunión para dialogar sobre el impacto de la reducción de fondos europeos sobre esta autonomía. Al hilo de esta petición Herrera viene incidiendo en que la reducción de estas ayudas está ligada a la mala negociación que el equipo de Zapatero realizó en los foros europeos.

La primera causa por la que existe un descenso de las aportaciones financieras europeas en Castilla y León está en su progreso. El territorio autonómico ha abandonado los valores por debajo del 75% del nivel medio de renta de la Unión Europea. Esta comparación hace referencia a la Europa de 25 miembros y a la anterior, de sólo 15, que lo ha sido durante muchos años anteriormente. En dicha situación se ha pasado de estar clasificados como “región objetivo 1” -que ahora se denominaría “región convergencia”-, más pobre, a “región competitividad y empleo”, más desarrollada. Así si fuésemos “región convergencia” recibiríamos muchos más fondos que siendo “región competitividad y empleo”.

Al margen de este efecto existe el propio de una negociación mejor o peor llevada para la captación de fondos entre 2006 y 2013. Es aquí donde, según parece, Herrera quiere hacer hincapié, aunque de poco puede servir a estas alturas.

El conjunto que reúne las nueve provincias ha sido considerado una unidad homogénea para realizar los cálculos estadísticos que rigen esta clasificación de las regiones. Sin embargo tal premisa no es cierta: los datos demuestran que León, Zamora y Salamanca están en niveles de renta inferiores.

Por esta razón si esas tres provincias formasen una núcleo estadístico, aunque no tenga entidad administrativa, pasaría automáticamente a ser considerado “región convergencia”. De esta manera Castilla seguiría recibiendo los mismos fondos europeos que ahora, pero León incrementaría su saldo de ayudas europeas en cantidad muy importante. Todo ello acontecería sin que la entidad administrativa de la Junta de Castilla y León se viese afectada.

Para formar una de esas unidades de cálculo estadístico -que reciben el nombre de NUTS-2- se necesita cumplir unos requisitos que las tres provincias reúnen en su totalidad. La configuración de esa región habría de ser solicitada por el gobierno de España a Bruselas. Dado que de todos es conocido el desfavorable estatus económico de la Región Leonesa, el presidente Zapatero debería participar la iniciativa de solicitud de la nueva NUTS-2 a Herrera inminentemente.

Si en algunos momentos han de prevalecer las razones de estado y de interés general, en éste se justifica plenamente. Con certeza Herrera, que se pronuncia como defensor de España y de León, acogerá con alborozo tal modificación, que tanto progreso puede traer a la autonomía.

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