martes, 10 de julio de 2007

2006: Un Balance

Cuando está a punto de cumplirse el ciclo anual, los leoneses podemos hacer un repaso de lo que ha supuesto para el curso político de nuestra región. Este año tuvo mayor relieve por ser el último antes de unas elecciones locales y autonómicas. Más aún si se tiene en cuenta la influencia que estas convocatorias tendrán sobre las elecciones generales, que se celebrarán unos meses más tarde.

Desde el punto de vista municipal, la capital permenece en un estancamiento patente. No se ha ejecutado ni puesto las bases para una gran obra. La ciudad está perdiendo fuelle y, desde la peatonalización de la calle Ancha y su entorno, y la conclusión de Eras, León baja su perfil.

Por su parte, Ponferrada recupera un icono, el castillo, una de las obras importantes que se podían acometer para dar mayor calado a la urbe. Sin embargo la villa va identificándose con el escándalo urbanístico crecientemente. Los ponferradinos deberían valorar este aspecto, que terminará por minar la imagen y el crecimiento de la ciudad. Además, la falta de liderazgo del equipo municipal en las cuestiones estratégicas, como las autovías a Monforte, Asturias y Braganza, es otra faceta negativa.

Respecto al papel del gobierno central, se puede afirmar que está por encima de lo registrado normalmente. Hay que tener en cuenta que, tras completarse las últimas transferencias, la mayor parte de las competencias está en manos de la comunidad autónoma. Sin embargo, la actuación decidida sobre el aeropuerto de León, el desbloqueo de la autovía a Monforte o los pasos en la obra del AVE son aspectos tan sobresalientes que no pueden pasar desapercibidos.

Por el contrario, los institutos tecnológicos INTECO y CIEMAT están en fases tan inmaduras que todavía no se puede valorar su impacto en la sociedad leonesa. Queda en el debe otras obras, como la autovía de Valladolid o el palacio de congresos que completan un panorama de luces y sombras tras tanta promesa.

La Junta protagoniza el más abultado capítulo de este balance, ya que la mayor parte de los servicios públicos están bajo su responsabilidad. En lo referente a la atención sanitaria León continúa experimentando un notable deterioro; en el capítulo de educación la autonomía no destaca, pero se utiliza la formación para intoxicar con mentiras sobre la historia y la cultura leonesas; la promoción turística es deficiente; el patrimonio sufre un estado de abandono agudo; la promoción industrial es irrelevante; la cuota láctea se traslada a Castilla; la reforma estatutaria se ha llevado en secreto y de espaldas a los leoneses; los problemas territoriales siguen sin ser resueltos.

En definitiva, nuestra región ha atravesado un año negativo y los leoneses debemos reflexionar sobre ello y sus posibles causas para adoptar las medidas adecuadas.

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