lunes, 2 de julio de 2007

Excelente Museo

Cada vez que se inaugura un museo en cualquier lugar se vuelcan sobre él todo tipo de elogios y, entre tanta loa, se cuela la desmesura. El caso del Museo Provincial de León, que acaba de abrir sus puertas, podría ser un caso más en la larga nómina del reconocimiento inflado, pero no es el caso. Existen razones objetivas para afirmar que este nuevo espacio cultural es uno de los mejores en su género.

Un elemento diferencial que marca las distancias con la mayoría de instalaciones de su clase es la ubicación en la ciudad. El lugar elegido garantiza un flujo de visitas que van a dejar empequeñecida la mayor parte de las exposiciones de este país. El edificio Pallarés es un factor fundamental para garantizar el impacto público del museo, como vamos a apreciar en los próximos meses.

Tras este aspecto se puede citar la ambición de un proyecto que no ha renunciado a ninguna época histórica, a ningún aspecto relevante. Resulta variado, diverso, aunque sin desorden. Además se ha optado por la exposición de numerosas piezas, lo que llena de espectacularidad la exposición. Quien desee apreciar un gran despliegue tiene la oportunidad de hacerlo a placer.

También la explotación del volumen arquitectónico del que se disponía ha resultado sobresaliente, de forma que el espectador parece encontrarse en un edificio mucho más grande de lo que en realidad es. La distribución en pisos y alas, donde el visitante va descubriendo cada nueva etapa, resulta útil y estructurada, y permite la visita en varios días sin que por ello se pierda el hilo conductor de la muestra.

La explicación de cada periodo es suficiente -sin llegar a la pesadez desde el criterio divulgativo- y el uso de colores vivos, carteles retroiluminados, pantallas y juegos hace que la visita no pierda ritmo. En consecuencia se trata de un museo dirigido a una amplísima porción de la población. Es una exposición para recomendar sin que afloren las típicas dudas sobre la idoneidad de ese consejo. Es más, lo recomendable es una visita parcial porque es tanto lo que se puede apreciar que resulta poco abarcable en una sola vez.

Un aspecto destacado que hace a este museo importante es la calidad de ciertas piezas, superior a la de otros espacios de este tipo. Por añadidura, estos elementos están claramente destacados en el conjunto expositivo y el visitante percibe que se encuentra ante una pieza de gran valor. Esto es una virtud en un universo museológico que acostumbra a propinar cantidades indigeribles de datos sin rango ni discriminación expresa.

Hay otros aspectos destacables, pero los citados sobresalen más porque es apremiante abrir los museos al público general. Por eso hay que convertirlos en espacios accesibles en los que se vea la historia como algo atractivo, entretenido y espectacular.

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