viernes, 13 de julio de 2007

Municipio y Eficacia

El equipo de gobierno de la Diputación de León ha hecho público el propósito de impulsar una reordenación de los municipios. El anuncio ha recibido escasa atención, pero se trata de una propuesta de gran calado, que supone un cambio sustancial en la ordenación territorial de León.

La propuesta ha de calificarse de valiente, ya que son muchos los cargos políticos que lo verán con malos ojos. Una concentración de las entidades municipales puede dejar sin sillón a un número indeterminado de alcaldes que han permanecido en el puesto largo tiempo. Proponer esto cuando restan seis meses para las elecciones induce a pensar que el actual presidente no repetirá. Con esta medida podría dejar un valioso testamento político abordando un problema de compleja solución.

León cuenta con más de 210 consistorios. Si consideramos que los diez primeros reúnen casi trescientos mil habitantes nos quedarán unos doscientos para apenas doscientos mil ciudadanos. La media de este grupo no llegaría a los mil habitantes por ayuntamiento.

Los problemas en los municipios más pequeños son de varios tipos, pero la dificultad central para realizar una gestión correcta es la falta de recursos económicos. Para empezar, los gastos de cualquier entidad municipal arrancan con el pago del material de uso corriente y de nóminas: las del secretario y de los puestos administrativos elementales. Éstos posibilitan el funcionamiento básico de la institución. En el caso de ciertos ayuntamientos la debilidad poblacional llega incluso a impedir afrontar estos gastos, quedando la institución en la inoperatividad práctica.

En otros casos, menos extremos, la limitación económica impide acometer obras, inversiones o mejoras en el municipio. A veces ni siquiera se puede aprovechar la cofinanciación de la Diputación, ya que se carece de un mínimo presupuestario que lo permita. En estos casos resulta injustificable mantener un ayuntamiento que es incapaz de cumplir sus funciones con un mínimo de eficacia.

Que la estructura municipal de León requiere una reforma es una realidad, pero resulta esencial que se afronte sobre unos preceptos consensuados, que respeten nuestras peculiaridades culturales. Por ejemplo, se debería tender en primera instancia a la concentración dentro de las comarcas tradicionales, ya que de esa manera se fortalecerá la identidad colectiva, la autoestima y el compromiso de la población con su terruño. Además, como se van a generar municipios con gran cantidad de núcleos, se debería descentralizar fortaleciendo las juntas vecinales mediante la asignación de competencias y recursos.

Por último, cabe preguntarse qué tienen que decir los partidos políticos. Todos ellos aseguran en periodo electoral tener un proyecto para León. Si es verdad ha llegado el momento de demostrarlo.

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