El abrupto final del proceso de diálogo entre el Gobierno de España y la organización terrorista ETA ha producido un notable deterioro de la confianza de los ciudadanos en el Presidente. Dicho efecto sumado al discurso destructivo del PP y su corte mediática ha venido a minar la imagen de ZP.
En León este aspecto se traduce en una cierta desorientación de algunas capas sociales. Por un lado son muchos los leoneses que aprecian el hecho insólito de contar con un presidente del gobierno de aquí. Por otra parte, los acontecimientos desfavorables y el desacuerdo con algunas de las medidas que ha tomado -o con la idea que se ha transmitido de las mismas- en España les induce a la discrepancia. Se produce así una situación de ambivalencia del personaje que conduce a la confusión y la inquietud. Sin embargo, es conveniente escrutar los aspectos más influyentes para los leoneses y comparar.
Por una parte, hay que tener en cuenta el peso que la militancia de León tiene en los principales partidos. Si los de aquí importan poco en la estructura orgánica, las reivindicaciones que deberían dejar patentes quedarán en el olvido. Por otra parte, hay que atender al compromiso proleonés de los políticos locales. Por último, hay un factor subjetivo del ciudadano: si valora más lo que pueda hacer un político por León a pesar de que gobierne peor España o viceversa.
El PSOE cuenta con varonías desiguales. Se mezclan personajes seguidistas con otros que compatibilizan discretamente unas ideas propias con la vida orgánica. Por ello la continuidad de ZP -declaradamente implicado con León, pese a prometer cosas que no cumplirá - es positiva, ya que puede y de hecho coloca algunos de nuestros paisanos en las altas instancias de la administración. Entre éstos el pudor por arrimar el ascua a nuestra sardina se ha perdido y como consecuencia son varias las iniciativas públicas que se asientan ya en nuestra tierra. Con todo Zapatero presenta una inconsistencia evidente.
Por el contrario, los notables del PP provincial pesan poco fuera de aquí. La crisis interna les ha hecho perder parte de su credibilidad. El PP se despliega en grupúsculos donde León y sus problemas son una anécdota en medio de las pendencias. No es por ahora el PP un bastión de la defensa del interés de León.
Por fin, la UPL no cuenta con una superestructura que tapone la representatividad, pero arrastra una cúpula condicionada por la herencia que dejó el tránsfuga. Mientras la gente de segunda fila que ocupa los primeros puestos no deje hueco a aquéllos que forjan ideas, equipos y programas de gobierno solo se puede esperar una UPL capada. Con todo, son muchas las jornadas de debate en las instituciones que León debe al leonesismo, aunque le falta la proyección que da un líder de gran talla.
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