sábado, 28 de julio de 2007

Un Estatuto de Encargo

El día 11 de Septiembre comienza en Fuensaldaña la discusión del anteproyecto de Estatuto de Autonomía de Castilla y León. El texto es el producto de un pacto entre las direcciones del PP y el PSOE sobre una base que se encargó a dos profesores universitarios de Valladolid.
El redactado final, que se empieza a discutir y cerrar hoy, eliminó en su mayor parte ciertas propuestas, que llegaban desde el PSOE leonés. En consecuencia una parte de los socialistas leoneses ha mostrado su desacuerdo en privado por lo que consideran que es una exclusión de la mayor parte de las referencias a León en el Estatuto.
También una parte del leonesismo civil participa de estos movimientos ante la improbabilidad de lograr la autonomía leonesa en un plazo breve. Las posibilidades de que el nuevo texto permanezca desconectado de la realidad birregional del ente son muchas y supondría una oportunidad perdida para conciliar la sociedad civil con la farándula política.
Las bases de la reivindicación leonesa para el nuevo Estatuto pueden considerarse poco ambiciosas, pero supondrían un notable avance si se comparan con el texto actual. En primer lugar estaría el reconocimiento del leonés, lengua que cualquiera puede escuchar en los pueblos de la mitad occidental zamorana y leonesa a poco que ponga interés. El segundo punto que se ha propuesto es la plasmación en el texto de la existencia de los dos territorios, una realidad que, si no se recoge, convertirá el nuevo estatuto en un camelo. La tercera cuestión que se sugiere es la creación de un organismo cuya razón de ser sea el conocimiento y promoción de lo leonés desde las perspectivas cultural, económica, etc.
De cuanto se propuso sólo el reconocimiento del leonés ha quedado en el borrador, cosecha bien pobre para una administración que quiere parecer cercana. El desconocimiento de la realidad humana sobre el territorio queda plasmado así en el anteproyecto e incluso el leonés podría quedar aún fuera del texto.
A esto se ha sumado la inexplicable ausencia del procurador de la UPL a toda sesión de trabajo, comportamiento que empieza a ser habitual. En consecuencia, este representante ya no es considerado interlocutor válido por una parte creciente del leonesismo. No así han actuado otros miembros de la formación que, entre bastidores, han invertido gestiones, tiempo y teléfono en tratar de que León se viese reconocido en el estatuto.
En definitiva, la discusión parlamentaria que comienza cerrará el texto estatutario que ha de regir esta comunidad autónoma los próximos decenios... si es que el leonesismo no termina cercenando tal pretensión. Los próximos días asistiremos a esclarecedoras manifestaciones de procuradores leoneses que nos van a iluminar sobre su compromiso con la circunscripción que representan.

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