miércoles, 18 de julio de 2007

Riaño como Problema

La configuración de la Provincia de León y la posición de sus ciudades está directamente relacionada con las posibilidades de desarrollo de cada comarca. Esta premisa condiciona la capacidad de atracción de cada una de ellas para fijar habitantes y actividad.
Aquellos pueblos que se encuentren próximos a un núcleo urbano grande van a disponer a sólo unos minutos de una oferta de servicios equiparable a la de cualquier capital. Esto dota a los leoneses domiciliados en unos treinta kilómetros de León ciudad, Ponferrada, Astorga, La Bañeza o Benavente de una calidad de vida muy similar. Incluso se podría hablar de cuarenta kilómetros en las zonas más llanas, de acceso más rápido.
Otro tanto se puede decir a favor de los pueblos que estén en las cercanías de una autovía. Sus vecinos pueden desplazarse con gran rapidez hasta los núcleos urbanos, disponiendo así de unos servicios casi iguales a los que tiene el ciudadano medio de una urbanización de chalets en un área metropolitana. Los más de cuatrocientos kilómetros de autovías y autopistas han permitido que gran parte de la Provincia, especialmente en la mitad sur, haya perdido su condición de aislamiento.
En este aspecto se puede afirmar que las obras pendientes para facilitar el acceso al centro de Ponferrada y, especialmente, de la colapsada ciudad de León serán un gran avance para todos los ciudadanos de esta provincia. Que el tránsito desde la periferia hasta el centro de la urbe legionense presuponga atascos es un mal que sufre toda la Provincia y que debería quedar subsanado con urgencia.
De las zonas rurales que persisten en el aislamiento hay dos que sobresalen. La Cabrera es el primero de ambos casos, pero su solución es la más fácil: la vía rápida de Ponferrada a Braganza es una medida radical en términos de eficacia, técnicamente viable y económicamente no sólo posible, sino muy recomendable. Con un túnel los cabreireses entrarían en Ponferrada en el corto espacio de unos minutos, hacia un nuevo tramo de su ronda: el septentrional.
Por la otra parte está ese espacio que se eleva en ángulo por el noreste de la Provincia. Ahí se reúnen los valles de Picos de Europa y todo su entorno, con las cabeceras del río Esla, el Porma y el Cea. En este caso no hay solución técnica posible que acerque los pueblos a alguno de los núcleos urbanos de esta Provincia. Si Cistierna, al sur, puede tener un repunte cuando se circunvalen todos los pueblos entre León y esa villa, Riaño, centro de aquella zona, no tiene ninguna posibilidad desde una perspectiva creativa de ese espacio. ¿Qué hacer entonces?
No hay más que una decisión que tomar: o se potencia Riaño con una concentración de medios notables o se posterga, como hasta ahora. El próximo día veremos lo que implica dicha elección.

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