domingo, 8 de julio de 2007

Piscinas y Rentabilidad

En los últimos diez años la inversión en piscinas públicas en la Provincia de León se ha multiplicado. El éxito de algunas de ellas, como la de invierno de Trobajo del Camino, sirvió para mostrar a otros municipios cuánto pueden mejorar sus servicios de ocio, deporte y salud incorporando esta oferta.

La afluencia a las piscinas cubiertas es continua, sin que sufran la estacionalidad a que se someten las de aire libre. Al respecto sería muy interesante poder elaborar una estadística comparativa de la afluencia de los leoneses a las piscinas cubiertas frente a las clásicas. Probablemente produciría sorpresa el satisfactorio uso de las primeras. Más racionales parecen si se considera además que la amortización de la instalación cerrada, vista la experiencia, está casi garantizada, lo que no se puede afirmar de las piscinas aire libre. Veranos extraños por destemplados, como éste, ayudan a constatar tal aspecto.

A pesar de esta evidencia, las instituciones aún no han sacado enseñanzas que conduzcan a la adaptación de los complejos de baño yendo un paso más allá. El hecho de que las temperaturas sean moderadas en León la mayor parte de la primavera y el verano requeriría que los bañistas dispusiesen de una zona abrigada, alternativa a las zonas abiertas, donde el usuario pudiera permanecer, sin que esto implique un total aislamiento del exterior.

Por otro lado, la frialdad del agua cohibe a los visitantes, y reduce la permanencia y disfrute en el vaso de la piscina. Para paliarlo las piscinas veraniegas de León podrían disponer de placas solares para templar las aguas.

Otro aspecto a considerar es la adaptación de las piscinas a las nuevas demandas de ocio. Para ello habría que reducir la profundidad de muchas ellas, que no albergan competiciones, y romper las líneas rectas, dando formas creativas al vaso. Esto también facilitaría la habilitación de áreas semicubiertas, contiguas a otras más expuestas a la intemperie.

En definitiva, el agua es un recurso abundante en Cisasturia, lo que supone una oportunidad, y la demanda para su uso de ocio es creciente. La notable inversión actual en piscinas debiera derivar hacia la construcción de recintos con criterios propios de la idiosincrasia local. Se puede innovar en la creación de espacios que, a medio camino entre el parque acuático, la piscina clásica y las instalaciones de relajación, propongan una evolución y un nuevo atractivo. La originalidad residirá en hacer un conjunto adaptado a León y a las demandas actuales.

Una concepción leonesa de estas instalaciones (con elementos incorporados de otros lugares) se podría desarrollar inmediatamente en lugares con buen acceso al agua y capacidad financiera para abrir este camino, como Valencia de Don Juan, Cacabelos, La Bañeza, Bembibre, Ponferrada o León, por ejemplo.

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