domingo, 8 de julio de 2007

León en Internet

Se debate estos días acerca de la iniciativa para lograr que internet identifique las páginas web ligadas al ámbito sociocultural leonés. Las opiniones orbitan en torno a dos nudos. El primero es la conveniencia o necesidad de crear este “dominio” específicamente cisastur o no. La segunda cuestión es si el sufijo necesario debería ser “.leo” o bien “.lli”.

En cuanto al primer asunto de la discusión –la necesidad de crear un dominio para las páginas leonesas-, se debería valorar fríamente. En términos económicos se trata de una inversión menor, que puede ser cubierta por capital privado, público o mixto. Por tanto los 45.000 dólares necesarios no parecen un obstáculo si mereciese la pena. Por otra parte, la inclusión de cualesquiera páginas en el dominio cibernético leonés no reportaría perjuicio alguno a sus propietarios. Mucho más si se tiene en cuenta que su inclusión sería voluntaria.

En el capítulo de ventajas para los sitios que se acogiesen al nuevo dominio podemos contar con la de diferenciarlos respecto al numeroso grupo incluido en el “.es”. La identificación mediante un sufijo específico menos amplio supondría un distintivo para las web y haría su localización más fácil en ese mar turbulento y confuso que es internet. En este sentido hay que recordar que uno de los mayores problemas de la red actualmente es la indiscriminación de las páginas ante una búsqueda. Cualquier referencia nos proporciona centenares si no miles de direcciones propuestas, que hacen frecuentemente inútiles nuestros esfuerzos. La creación de un dominio leonés acotaría el problema y situaría en ventaja las páginas acogidas al identificador de nuestro ámbito.

La segunda parte del debate se cifra en si el sufijo propuesto debería ser “.leo” (de leonés) o “.lli” (de “llionés”, que es lo mismo en lengua autóctona). En una primera aproximación podría parecer que “.leo” tiene una proyección más rápida en el exterior, pero una vez valorada a fondo esta premisa resulta ser falsa. En cualquier caso un navegante de cualquier lugar, ajeno al ámbito cisastur, tendrá que informarse sobre el nuevo sufijo, sea cual sea.

De otro lado, consideremos que la institución que aprueba y autoriza la creación de sufijos en la red pondera especialmente la peculiaridad cultural. Por esta causa, incluso desde el punto de vista de un desconocedor de la lengua leonesa como un servidor, el sufijo “.lli” refuerza la posición de quienes reclaman el distintivo. Además la creación del dominio “.lli” lograría dos hitos al mismo tiempo: dar a conocer nuestro ámbito cultural y advertir de la existencia de una lengua autóctona que, aunque al borde de la desaparición, es nuestra. En definitiva, esta iniciativa es un recurso con el que potenciar la presencia leonesa sin mediar efectos negativos.

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