La Crónica publicaba el domingo una entrevista con el secretario general de la Unión del Pueblo Leonés. En ella exponía su opinión sobre el pacto del Ayuntamiento de León. La interviú pone de manifiesto que el criterio de Otero discurre al margen del de los órganos de su partido.
Como es conocido, una parte crucial de lo pactado por la UPL son las “estipulaciones políticas”. En ellas se desarrolla aquello que los estatutos del partido marcan como objetivo: avanzar hacia la Autonomía de León. Para ello se detallan ciertas acciones y se plantea una comisión que estudie los pasos para la consecución del autogobierno.
Lo sobresaliente de las manifestaciones de Otero es que muestran su desacuerdo con esa línea de actuación. En contrapartida no justifica por qué inició una negociación con el PP por su cuenta, al margen de los concejales y órganos de la UPL. El dirigente tampoco explica el contenido de esos contactos, en un episodio que se asemeja al que protagonizó antes de la moción de censura contra Francisco Fernández. Hay que deducir por tanto que o hubo poco contenido en esas conversaciones o no puede hacer públicos los temas tratados.
Otro aspecto llamativo es que, aunque descalifica la actuación del grupo de concejales, pese a que ésta fue aprobada por el comité ejecutivo de su partido, Otero no apunta un camino alternativo. Es más, no se recuerda una propuesta concreta a favor de la autonomía de este procurador en las varias legislaturas que lleva ocupando escaño en Valladolid.
Tampoco repara en apuntarse tantos de otros como propios, como cuando afirma que se ha “coordinado” con “Ciudadanos del Reino de León” para convocar las manifestaciones por la autonomía. Sin embargo lo realmente sucedido es que la UPL se sumó a la iniciativa, y lo hizo sólo en la última de las convocatorias.
En resumen, cuando Otero afirma que va a luchar por la autonomía, no explica cómo, ni por qué vías. Tampoco actúa ni le gusta que otros lo hagan, pero pide el voto, proceder que le aproxima a quien le situó en una candidatura, aunque ahora se encuentren enfrentados.
Por añadidura, su gestión es cuestionable como demuestra que el pacto con el MAS, obra suya, les resta más que suma, su presencia en Zamora y Salamanca es marginal, y no se le suele conocer más documentación que recortes de periódico. Otero se confirma así como un líder populista, lo que sería legítimo siempre que no pretendiese engañar al electorado.
Por su parte, el grupo de concejales leonesistas del ayuntamiento leonés ha abierto en pocos días un camino que la sociedad esperaba hace años. A pesar de Otero y con independencia de los resultados del pacto, Chamorro y Pardo ocupan el centro del esperanzado panorama leonesista. Esto redistribuye los pesos dentro de la UPL, cada vez más madura.
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