sábado, 14 de julio de 2007

Aeropuerto y Autonomía

El desarrollo del Aeropuerto de la Virgen del Camino es un éxito en casi todos los órdenes. El crecimiento abultado del número de pasajeros y de vuelos es una constante durante su corta vida como aeródromo civil. La adecuación de las instalaciones a las necesidades del crecimiento también refleja una progresión acelerada. Esto responde a la presión social que ejercida a favor del despliegue de la base.

La actitud de las instituciones ha sido divergente. Los ayuntamientos y, especialmente, la diputación leonesa han apostado por el aeropuerto con decisión. Por el contrario, la Junta de Castilla y León se constituyó en un obstáculo permanente para el crecimiento de las operaciones en la Virgen del Camino. Son conocidas las intervenciones de algún alto cargo en la delegación de Aviación Civil, en Valladolid, para escatimar cuanta ayuda requiriese la pista leonesa.

La Junta ha contemplado el crecimiento del Aeropuerto de León como una amenaza para el de Villanubla, su apuesta desde siempre. Las importantes ayudas para ese aeródromo contrastan con la inhibición respecto al leonés. En resumen, nada bueno ha llegado de Valladolid para nuestro aeropuerto y, cuando vino, ha sido forzado por las circunstancias.

La habilidad del responsable del consorcio leonés ha permitido el asentamiento y crecimiento de una compañía local junto a la competencia de otra mayor. De esa forma el número de pasajeros nacionales desborda este año los cien mil y en dos años más podría rebasar al aeropuerto de Valladolid. Por su parte, la llegada de vuelos internacionales era complicada hasta ahora, dada la reducida longitud de la pista. Sin embargo el año que viene ese problema estará resuelto con su elongación.

Es justo en este momento cuando se producen dos movimientos coincidentes, que nada bueno auguran al aeropuerto leonés. En primer lugar la empresa aérea local anuncia su entrada en los otros aeropuertos de la autonomía y su apertura al capital de inversores de esa procedencia. Si tal medida no supone un aumento de vuelos desde León no puede ser bienvenida. Además, tras esta ampliación podría esconderse el traslado de la sede empresarial a Valladolid, una pésima noticia. Mucho más si se tiene en cuenta que su portavoz afirma que el aeropuerto “pivote” para ellos será el de Valladolid.

En segundo lugar el consejero de fomento invoca la constitución de un consorcio para supervisar y promover todos los aeropuertos autonómicos. Este movimiento se produce por el crecimiento del de León, ya que hasta ahora la Junta se había conformado con mimar el de Valladolid. En otras palabras, la Junta quiere controlar el aeropuerto de León. Atendiendo a los precedentes, dicha intención sólo puede causar alarma entre los leoneses. Convendría escuchar ya la opinión de cada partido.

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