miércoles, 11 de julio de 2007

Por Qué a Monforte

Desde principios de los años ochenta se registran movimientos para desarrollar una autovía a Galicia entre Ponferrada y Monforte de Lemos. Más tarde llegó la construcción de las que enlazarían Galicia y Madrid. Ponferrada se configuraba como nudo de comunicaciones desde el que se bifurcaban dos ramales, uno al Norte, hacia Lugo -que ya está construido-, y otro hacia el Este, por Monforte de Lemos y Orense. Por el contrario, el gobierno central, socialista, impuso el trazado por Sanabria, contra la voluntad de la Xunta de Galicia, ya con Fraga al frente, cercenando el ramal valdeorrés.

Desde entonces se articuló la reivindicación ya citada para desdoblar el vial que une Ponferrada y Monforte. Fue primero Julio Gurriarán, entonces alcalde de El Barco de Valdeorras, una de las piezas fundamentales de este movimiento. Hoy vuelve a ser liderado desde Galicia con la sempiterna e incomprensible pasividad del consistorio ponferradino, antes con López Gavela y con Álvarez, y ahora con López Riesco.

Cuando por fin parecía existir un acuerdo para construir la autovía entre Ponferrada y Monforte se ha desatado un agrio debate que amenaza con estorbar su ejecución. Se discute sobre la conveniencia de un trazado u otro y, últimamente, sobre la posibilidad de que la autovía pueda tener diferente lugar de destino.

Sin embargo, el trazado a Monforte es una pieza clave dentro de cualquier planificación para el desarrollo del cuadrante noroeste. El proyecto más plausible para potenciar el papel de enlace de Ponferrada en el desestructurado sistema de ciudades del noroeste pasa por potenciar sus competencias como nudo de acceso hacia y desde Galicia en las redes de transporte por carretera.

Para que esa opción tome cuerpo se deben cumplir dos premisas. La primera es que desde esta ciudad se pueda acceder a Galicia por vías de gran capacidad hacia el norte y el sur del Arco Atlántico. La segunda es que los corredores de acceso se tiendan preferentemente por zonas donde se concentre la población, que aporten cargas de tráfico y un mayor potencial de crecimiento.

En consecuencia, cualquier opción que aleje la autovía del trazado a Monforte es desfavorable. El Barco, la Rúa, Quiroga y Monforte son los hitos más notorios y próximos entre Ponferrada y Orense. Además, a partir de Monforte se despliega la red de comunicaciones hacia Orense, Santiago y Lugo. En definitiva, alternativas como una reclamada, a través de Trives, distraen y conducen a la ineficiencia, lo que no cuestiona que esa comarca merezca mejores comunicaciones.

El fracaso de la autovía Rías Bajas como factor de crecimiento local debería ser aleccionadora. En consecuencia, la Diputación y los Ayuntamientos leoneses deben de pronunciarse en esta cuestión, que tanto puede condicionar nuestro futuro.

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